El Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones ha desarrollado intensas fiscalizaciones al transporte escolar, con el objetivo de controlar y brindar seguridad a los estudiantes al momento de utilizar este medio.

En ese sentido, es importante que así como la autoridad realiza estas revisiones, quienes están a cargo de contratar este servicio tengan presentes algunos de los requisitos mínimos que exige la ley.

Dentro de ellos se cuentan que el conductor tenga un acompañante adulto en el caso que trasladen a más de 5 niños o niñas de pre-básica, así como también que ambos deben contar con licencia profesional clase A1 o A3 y portar tarjeta identificatoria visible con sus datos personales. Además, los padres y apoderados pueden revisar el registro de inhabilidades para trabajar con menores de edad publicado en el Registro Civil y en el portal del Ministerio de Transportes denominado www.fiscalizacion.cl .

Por el otro lado, el vehículo debe contar con toda su documentación vigente y al día, la que consiste en: certificado del Registro Nacional de Transporte Escolar (obligatorio para trabajar en este rubro), revisión técnica, certificado de emisiones contaminantes, permiso de circulación y seguro obligatorio.

Respecto de los vehículos de transporte escolar, también está habilitado un sistema online a través de la página www.fiscalizacion.cl, en la que pueden ser revisados con la patente los furgones, para ver si estos cumplen con los requisitos.

Considerando que las herramientas para acceder a la información de vehículos que se dedican a este rubro y de las personas que los operan están disponibles, es deber de quienes están a cargo de los menores el realizar la revisión correspondiente, lo que evita riesgos y malas experiencias.

Muchas veces se advierte la falta de legislación en algunas temáticas específicas, pero en el caso de existir no siempre son utilizadas por la ciudadanía en general, pese a la importancia de la información que, en este caso, incide directamente en el día a día de niños y adolescentes. La prevención y la denuncia de quienes infrinjan estas normas son relevantes y ayudan a evitar no sólo eventuales transgresiones a la normativa, sino también delitos de mayor connotación social.

Muchas veces cuando hablamos de alimentación saludable, nos preocupamos o comenzamos inmediatamente a pensar en preconceptos o ideas que como sociedad hemos ido aprendiendo. Una alimentación saludable no solo se enfoca en el efecto físico de la persona, sino también en lo emocional, en el rendimiento e incluso en la relación con sus pares.

Así cuando hablamos de guía en alimentación saludable, podemos destacar temas como la "variedad", en donde lo que comemos no puede ser monótono o aburrido.

En este sentido, no olvidar las diversas frutas, las proteínas variadas, los vegetales, aceites de oliva o uva y los a veces temidos carbohidratos, los que a pesar de tener mala fama son muy necesarios para nuestro cuerpo, sobre todo carbohidratos complejos de lenta absorción como los cereales integrales, los granos enteros y la papa, entre otros.

Debemos acordarnos siempre de la "suficiencia", ya que la variedad de alimentos que consumimos debe ser en una medida suficiente acorde al requerimiento de cada persona. Necesitando más unos que otros, dependiendo del nivel de actividades que se realicen.

Una dieta saludable y "equilibrada" para un joven es aquella que contiene todos los nutrientes, tanto en cantidad como en variedad necesaria para cada persona; además en los tiempos necesarios durante el día.

Siempre se ha dicho que el desayuno es parte importante del día; sobre todo luego de pasar horas durmiendo y sin comer; así también es de suma importancia no saltarse almuerzos o meriendas, cosa que normalmente hacen los estudiantes dentro del estrés del estudio, pero no hace más que perjudicar su rendimiento y sobre todo su salud.

Finalmente, y de acuerdo al punto anterior, cada vez toma mayor relevancia el no saltarse las comidas, no solo por el requerimiento nutricional de las personas, sino también por la necesidad de poner ojo en ciertos trastornos alimenticios que se van dando cada vez más al alza y que tenemos a toda costa que evitar en nuestros adolescentes y jóvenes; aportando no sólo desde la mirada alimenticia, si no que desde el acompañamiento emocional y del relacionamiento familiar o entre pares; por ejemplo, con algo tan nuestro como lo es alimentarnos en compañía o tratar de que por lo menos una comida al día sea en familia o con amigos.

Álvaro Schürmann, dir. Turismo y Gastronomía CFT Santo Tomás sede Osorno