La basura lanzada en las playas habla muy mal del comportamiento que tenemos frente al medio costero, ya que la mayoría de los residuos que se observan son envases de plástico, bolsas, botellas, latas de cerveza y colillas de cigarrillos.

Solo una bolsa plástica puede tardar más de 500 años en degradarse y una colilla de cigarrillo, hasta diez años, si no se dan las condiciones para su desintegración. Las latas de bebidas, unos diez años, y una botella de vidrio, de las mismas que quedan abandonadas en las playas tras un "carrete", tarda más de 4 mil años en degradarse.

La Universidad Católica del Norte desarrolla en forma periódica el proyecto "Científicos de la basura", con la participación de voluntarios, por lo que se obtuvieron datos de 32 playas correspondientes a trece regiones del país, incluyendo Rapa Nui. El cuarto muestreo nacional de basura se realizó en diciembre de 2020 y reveló que pese a las medidas que se han tomado en Chile, como la prohibición de la entrega de bolsas plásticas en el comercio en general, en la última década no se aprecian cambios en la cantidad de desechos que llegan a las playas.

El estudio indicó que se mantiene la tendencia de los muestreos efectuados a lo largo de años, y que Antofagasta sigue siendo la región con mayor abundancia de basura en sus playas, en especial plásticos, colillas y vidrios, que se pueden atribuir a fuentes locales, es decir, dejadas por los mismos visitantes. Además, los consumidores, no han cambiado las conductas para elegir productos que no sean de un solo uso, y no se ha dejado de tirar la basura directamente en el ambiente, pese a toda la información y campañas de educación que existen sobre esos temas.

Es vital que exista conciencia y compromiso para el cuidado de las playas. La tarea debe incluir la educación de los niños, para que comprendan la necesidad de proteger el medio ambiente, para el bien de ellos mismos y de las siguientes generaciones. Chile tiene más de 6 mil kilómetros de costa, que deben ser resguardadas.

Durante el mes de febrero, la Corporación de la Carne recibió en Chile la visita de un representante de la cadena productiva del Reino Unido (UK). Con apoyo del Instituto de la Carne de Gales, se estimó que Chile es uno de los países interesantes de visitar, para conocer los avances que se han logrado a la fecha, en materia de integración de machos de lechería a la cadena cárnica nacional.

A muchos puede sorprenderlos este hecho, ya que durante los últimos meses hemos visto una fuerte caída del poder adquisitivo de los consumidores, lo cual claramente ha influido en los precios del ganado en pie. Ello pone una traba adicional a los esfuerzos para generar centros de crianza y modelos de encadenamiento, ante esta incertidumbre del mediano plazo.

El contacto con nuestros pares de Europa genera intercambio de información, y la posibilidad de ir viendo que no sólo en Chile hay desafíos para la ganadería, sino que es un tema global.

De acuerdo a la información recabada, el sector lechero se transforma a pasos agigantados en la principal fuente de provisión de recría para el sector de carne bovina, y actualmente ya el ganado se acerca a un 70% de su participación.

Cruzas de carne sobre madres lecheras son entonces formas cada vez más frecuentes, y si bien los centros de crianza están mucho más desarrollados, y la cadena productiva en su conjunto mucho más integrada, se rescata de Chile el avance rápido en nuevos sistemas nutricionales, que permiten optimizar la fase inicial de crianza.

También es al parecer muy interesante los ensayos que se llevan a cabo con cruzas terminales con madres de raza Jersey, ya que su influencia en los últimos tres años ha sido exponencial, generando un desafío para los ganaderos ingleses, que llevan a término animales con cerca de 700 Kg de peso vivo.

Para Chile, en tanto, resulta interesante ver cómo el sector lácteo en UK impulsa la crianza de machos de lechería. También los avances en modelos con ciertas razas que permiten líneas de novillos de 10, 12 y 15 meses de edad. Y cómo éstas nuevas corrientes han impactado positivamente sobre la reducción de la huella de carbono y las emisiones de GEI.

Sin duda, el análisis sectorial nos permitirá avanzar en los próximos meses en nuestros modelos locales, ya que es la rentabilidad de los sistemas el punto central que debemos perfeccionar.

Sergio Willer, presidente de Corpcarne