Ernc, las energías limpias del futuro
Un informe ambiental de la Agencia Internacional de la Energía reveló que el escenario en 2020 fue positivo.
En 2022 la inversión que realizaron todos los países en Energías Renovables No Convencionales (Ernc) superó por primera vez los mil millones de dólares, lo que significa un aumento del 31% respecto al año anterior, pese a que fue un año con problemas económicos. China ha sido el mayor inversor, con 546.000 millones de dólares, seguido de Estados Unidos, Alemania, Francia y Reino Unido.
Las Ernc son las energías limpias del futuro y Chile no está ajeno a esta tendencia. Las autoridades las han apoyado y estimulado en las últimas décadas, con el respaldo de la ciudadanía, que ve en ellas la solución no contaminante al abastecimiento de electricidad. Hace unos años se señaló que se espera que en 2030 éstas representen el 40% de la matriz, porque las energías limpias continúan su avance a paso firme este año. Entre ellas, se encuentran la energía fotovoltaica y la eólica. En nuestro país tienen una participación de un tercio de la matriz nacional y todavía tienen mucho espacio para crecer. Al mismo tiempo, la energía fotovoltaica se encuentra en un lugar de privilegio en una industria que podría tener un gran crecimiento en el futuro próximo: el hidrógeno verde, llamado de esta manera, ya que para su desarrollo se utilizan energías limpias y puede darse, incluso, una cadena de suministro completamente autosuficiente si es utilizado como combustible. Esto es especialmente importante si se considera la crisis que se ha producido con una sequía que ya se prolonga por catorce años en el país.
Un informe ambiental de la Agencia Internacional de la Energía reveló que el escenario en 2020 fue positivo, ya que el uso de combustibles fósiles tuvo un descenso histórico de 5,8% en todo el mundo, debido a la pandemia, las medidas de confinamiento, y a que en un primer momento la recuperación de la economía se sustentó en fuentes limpias.
La energía es vital para que la economía y el país crezcan. Cuando las empresas programan su desarrollo para los años siguientes, requieren de electricidad, de la misma manera que los hogares consumen más. En Chile, los grandes consumidores son las compañías mineras. Por eso, el país debe proyectar su requerimiento energético para décadas venideras.