(viene de la página anterior)
"Yo jugaba a la pelota a pata pelada y me decían 'monito' porque era tremendamente ágil, lo que era un factor importante, por eso me llevaron a las infantiles y juveniles de distintos equipos. La mejor cancha siempre fue la de Ovejería y por eso da pena irse, pero donde vayan los chiquillos (Viejos Crack) iré yo. Tengo mis amigos, somos un gran grupo humano desde siempre, muchos ya no están con nosotros, porque en todas estas décadas la vida ha hecho lo suyo", comentó Uribe.
Durante los partidos, para amenizar el ambiente en la previa, entretiempo y posterior al juego, desde los parlantes del equipo se escucha música como boleros, rancheras y ritmos tropicales, en general melodías y artistas del recuerdo.
Son parte de las muchas situaciones y momentos que rodean lo que parece una simple pichanga de barrio, pero que en realidad es un campeonato deportivo organizado desde hace 47 años y donde muchos osorninos han pasado y lo seguirán haciendo.
José Cáceres (66 años) es el actual presidente de la Asociación de Viejos Crack de Ovejería, quien explicó que entre los más de 2.500 miembros hay muchos adultos mayores que incluso tienen más de 80 años y siguen activos, ya sea como dirigentes e incluso jugadores.
Explicó que desde hace casi 20 años no han incorporado más clubes a la asociación, debido a que los horarios no alcanzan para desarrollar los partidos, considerando que durante la semana son después de las 18 horas para no interferir con las jornadas laborales de los peloteros.
El dirigente explicó que cada club genera recursos propios a través de aportes municipales o fondos de proyectos regionales para adquirir sus camisetas, mejorar sus instalaciones o ayudar a los socios. Adicionalmente, cancelan una pequeña cuota por entrar a la cancha, que es utilizada por la asociación para distintas instancias.
"En este grupo humano son todos buenas personas, practicamos un deporte sano, no entendemos por qué la gente tiene tantos prejuicios, como si fuéramos curados, eso no es así. Jamás hemos tenido algún problema en cancha, accidentes o algo ligado a este tipo de prácticas que respalde este mito, que sólo se da por el aspecto de las casetas que, si están así, es por el paso del tiempo, pero en su interior son un lujo", explicó el dirigente.
Triste adiós
Agregó que están realizando gestiones para hacer una despedida simbólica de la cancha que fue testigo silenciosa de tantas alegrías y donde muchos de los bisabuelos, abuelos, padres, tíos, hermanos o amigos jugaron en algún momento durante todas estas décadas.
"Estamos trabajando porque queremos tener un complejo deportivo de los Viejos Crack, que es lo que se está desarrollando en la cancha Los Camellos, ubicada en el sector de Puerto Aravena en Ovejería. Vamos a trasladarnos, porque como siempre dijimos, no estamos en contra del progreso de la ciudad y si es necesario ceder nuestra amada cancha, lo hacemos, mejor dicho lo hicimos. Pero ahora es la oportunidad de hacer un espacio para nosotros y que permanezca en el tiempo así, porque somos una asociación dinámica que siempre tendrá jugadores", manifestó Cáceres.
Efectivamente, se está realizando el mejoramiento del espacio ubicado al final de Carabinero Apablaza y Mario Barriga, a la altura de Puerto Aravena, en la población Lago Rupanco. Las instalaciones tendrán 20 camarines, todos del mismo modelo, modernos y con las condiciones de cualquier recinto de este tipo, incluido el cierre perimetral, guardias, entre otros.
"En todos estos años hemos disfrutado de nuestra cancha, pero lo que finalmente nos une es el amor al fútbol, una forma de vida a la que todos destinamos parte de nuestro tiempo y donde nuestras familias también están integradas. Como parte de esta gran familia, cada año entregamos un reconocimiento a quienes tienen más de 70 años y siguen siendo nuestros socios. Vamos a despedir nuestra cancha, pero también daremos la bienvenida a la nueva con mucho ánimo, como siempre ha sido, con energía y dedicación", enfatizó Cáceres.
Vecinos y dirigentes tanto de Ovejería como del resto de la comuna reconocen a los peloteros como parte integral de la ciudad, ya que todos en algún momento han sido testigos de sus partidos, donde lucen orgullosos sus coloridas camisetas, aunque reconocen que una de las grandes curiosidades de la comunidad siempre ha sido qué hay al interior de sus casetas. Un mito urbano que en este reportaje se trató de resolver, aunque para muchos será parte de la historia que se cierra junto con la mítica "cancha de los jotes".