Microbasurales en la zona urbana
La acumulación de desechos en variados rincones de barrios y poblaciones se ha convertido en un problema habitual . Un barrio con microbasurales impacta inmediatamente en el bienestar de la población, además de consideraciones medioambientales.
La existencia de microbasurales clandestinos en tantas ciudades del país pareciera ser un tema de difícil solución. Si bien los respectivos equipos municipales efectúan ingentes esfuerzos por erradicar los puntos donde son depositados los desechos, lo cierto es que al par de días de realizada la limpieza nuevamente comienza el acopio de desperdicios.
Denuncias en torno a este problema son frecuentes en redes sociales, donde los mismos vecinos graban con sus teléfonos a personas que llegan en vehículos cargados con basura y los arrojan en estos sitios. El problema es de larga data y si bien ha habido algunas intervenciones exitosas realizadas por algunos municipios, se trata de soluciones de alto costo y que no atacan la raíz del problema, que es la poca empatía de algunos ciudadanos con el respeto por la limpieza de las calles de sus ciudades.
Por ello, para ponerle fin a los microbasurales tanto en las áreas urbanas como rurales de las comunas, se debe incentivar las fiscalizaciones y sancionar a aquellas personas que insisten en ensuciar el espacio público. Y en ese punto son esenciales las denuncias que hagan los propios vecinos, cuando sorprendan a inescrupulosos depositando basura o desperdicios en lugares que debiesen tener otro destino.
Además de las prohibiciones expresas que hay para dejar basura en cualquier lugar, la formación de microbasurales es un problema eminentemente cultural que, como tal, exige del compromiso medioambiental de la población. Nadie podrá negar que la sola visualización de un acopio de desechos en el espacio público se asocia de inmediato con descuido y abandono. Eso es lo que precisamente se debe evitar.
En este sentido, muy adecuado serían campañas de sensibilización de la población sobre la importancia de concretar una correcta disposición de los desechos domiciliarios y por, sobre todo, de cuidar la limpieza de las calles de la ciudad, lo que en definitiva redunda en una mejor calidad de vida para todos quienes residen en las ciudades.