El año 2022 sin duda se puso a prueba la resiliencia del mundo ganadero. Si bien el primer trimestre del año había comenzado bien aspectado, producto de los mejores precios que se observaron, con el pasar de los meses el alza de insumos y costo logístico fueron dificultando la fracción operacional de los campos, y al mismo tiempo, se contrajo la demanda de consumo entre 30% y 50%, respecto a 2021.

Durante el segundo semestre del año se comenzó a observar un impacto negativo en el precio de los animales en pie, lo cual impacta de forma directa sobre el productor. Fue paulatino, primero los novillos, luego impactó a otras categorías y llegó ahora a una disminución importante de la demanda, incluidas categorías de reposición.

Si deseamos avanzar en materializar la seguridad alimentaria para que el país pueda abastecer a los consumidores de alimentos sanos, sustentables y en cantidad suficiente, debe atesorarse a quien lo produce.

Resulta entonces urgente que las autoridades puedan comprender la importancia que conlleva para este año el apoyo a la producción, no sólo con créditos, sino también con bonificaciones directas.

Entre los temas importantes está el programa de suelos degradados. Esperamos durante el verano concluir una propuesta de ley que permita dar respuesta no sólo a las demandas, sino también a la política de producción de alimentos real y factible, de acuerdo a las condiciones de entorno. A modo de ejemplo, si los precios de los insumos suben, y no así las escalas de bonificaciones de acuerdo a la realidad efectiva que enfrentan los productores, llega a un punto en que no pueden cofinanciar la diferencia y cabe el serio riesgo que se haya dejado de fertilizar. Sería un retroceso enorme, en particular para predios más pequeños.

Junto con lo anterior también es urgente avanzar en la modernización de la Ley Orgánica de Indap. Sabemos que los nuevos avalúos de activos en un predio de pequeña agricultura impacta sobre su posibilidad de continuar como cliente de Indap. Se requiere de forma urgente que se amplíe el techo de 3.500 al menos a 10.000 Unidades de Fomento.

Mejorar nuestra situación actual impactará positivamente no sólo el mundo rural de hoy, sino en la posibilidad de que los jóvenes no emigren a la ciudad.

Sergio Willer Daniel, presidente de la Corporación de la Carne (Corpcarne)

Tanto Los Lagos como las otras regiones del sur del país por estos días se encuentran en la etapa más intensa de las vacaciones de verano. Esto ha implicado la llegada de miles de turistas provenientes de otros lugares del país, además del desplazamiento de los propios habitantes locales a los distintos balnearios y zonas turísticas. Este intenso movimiento ha generado una mayor circulación vehicular por las rutas, lo que, lamentablemente, ha repercutido en una mayor accidentabilidad.

De hecho, la Ruta 5 Sur ha sido escenario de varios accidentes en su tramo por Los Lagos en los últimos días, lastimosamente con resultados fatales. Ha habido volcamientos y colisiones por alcance, en todos los cuales la principal responsabilidad ha estado en la conducción imprudente. El resultado ha sido fallecimientos, lesionados y, por cierto, un trauma familiar que permanecerá para siempre.

Si bien las causas de estos siniestros deben ser investigadas, son un claro llamado de atención para los miles de conductores que se desplazan por las rutas regionales. Ello, porque es habitual ver a conductores realizando maniobras peligrosas, como adelantamientos en zonas no aptas para ello o bien desplazándose a velocidades más allá de las permitidas en carreteras o zonas urbanas, lo que sin duda aumenta los riesgos de sufrir un accidente vehicular.

Por ello, es necesario insistir en el llamado a la precaución en la conducción de vehículos motorizados, evitando incurrir en conductas riesgosas. Una conducción atenta a la señalética vial, respetando la normativa y, por sobre todo, no incurriendo en conductas riesgosas y sin sentido, permitirá que estas vacaciones sean una etapa para recargar energías y no el inicio de una tragedia de insospechadas consecuencias.

Aunque este llamado se hace tradicionalmente todos los años, en esta temporada se ha hecho bastante más necesario, habida cuenta del aumento del parque automotor que se registró en los años de la pandemia y que, consecuentemente, arroja una mayor probabilidad de accidentes viales.