Durante el año 2022 la producción de alimentos fue tema central de noticieros, paneles de especialistas y propuestas de avance público-privado, debido, en forma principal, al valor que han alcanzado éstos para un bolsillo del consumidor que cada vez es menos capaz de satisfacer sus requerimientos.
Hoy vemos un sinnúmero de conferencias, talleres, reuniones, mesas y propuestas de agendas para establecer los componentes de definiciones enfrascadas como "soberanía" y/o "seguridad" alimentaria. ¿La razón? Por primera vez en muchos años se palpa algo advertido innumerables veces por quienes tienen las manos curtidas con la tierra: la sombra angustiante de no poder comprar si no se puede importar.
Da lo mismo si es por razones económicas, catástrofe ambiental o problemas sociopolíticos; la verdad es que Chile no es autosuficiente en provisión de muchos alimentos que antes sí eran generosamente abundantes. Los altos costos de capital de trabajo y el valor de la tierra han contribuido a mermar la producción.
En el marco de la colaboración público-privada, tal vez existe el peligro que éste deseo inicialmente planteado sea difícilmente alcanzable. Insistimos en que las medidas para la ruralidad, desde el prisma urbano, terminan no siendo efectivas. Basta ver lo que está ocurriendo en Europa. Países como España ahora caen en la cuenta que nada es lo que pensaban. Las personas que no logran vender sus productos a un valor adecuado simplemente terminan por irse del campo…..no hay reemplazo. ¿Quiénes producirán estos alimentos?
No olvidemos que el foco principal es cómo Chile produce alimentos en cantidad suficiente. Naturalmente que debe realizarse bajo parámetros de sustentabilidad ambiental, pero también debe ser socialmente factible. Los efectos del agro son diferidos temporalmente: los altos costos de insumos del 2022 impactarán a productos el 2023, incluso el 2024.
Por ello, el impulso a la producción debe ser una herramienta fuerte, mucho más de lo que tenemos hoy en día. Modernización de la Ley Orgánica de INDAP, inyección de recursos a programas masivos de recuperación de suelos son necesarias y sin duda ayudarán a este proceso.
Sergio Willer, presidente Corpcarne