Macron eleva la edad de jubilación a 64 años y desata la ira de los gremios
PENSIONES. El Ejecutivo francés presentó los detalles de su proyecto que busca evitar "la quiebra" del sistema, ahorrando miles de millones de dólares. Diversos sindicatos ya anunciaron protestas.
Agencias
El Gobierno de Emmanuel Macron presentó su proyecto de reforma a las pensiones, que va a retrasar la edad mínima de jubilación en Francia de 62 años hasta 64 para garantizar el equilibrio financiero, y que proyecta abrir una nueva temporada de protestas ante el desacuerdo de numerosos sindicatos.
Ante gran expectación, el Gobierno francés reveló los detalles de su polémico proyecto de reforma del sistema de pensiones, con la que el Ejecutivo planea ahorrar 17.700 millones hasta 2030 para equilibrar el sistema de pensiones frente a los cambios demográficos.
El plan incluye una aceleración a partir de 2027 en el aumento del tiempo de cotización necesario para disfrutar de una jubilación completa, llegando a 43 años, así como que la pensión mínima suba a casi 1.200 dólares netos al mes desde este año para un periodo de cotización completo.
Equilibrar el sistema
El objetivo de la reforma es el "equilibrio" del sistema, debido a que "hace falta que las cotizaciones de los trabajadores activos financien las pensiones de los jubilados", afirmó la primera ministra, Élisabeth Borne, en la conferencia de prensa en la que presentó el plan del Ejecutivo.
La edad de jubilación subirá desde el 1 de septiembre en tres meses, con incrementos similares cada año hasta alcanzar los 64 años en 2024, siendo una de las medidas que más rechazo ha causado en diversos sectores.
El Gobierno había estudiado la posibilidad de los 65 años, pero optó por fijar la edad mínima en 64 años para facilitar un acuerdo parlamentario.
Excluyendo ciertas profesiones consideradas especialmente precarias, la duración de la cotización para poder disfrutar de una jubilación al 100% será de 43 años trabajados a partir de 2027.
Esta reforma contemplará la posibilidad de tener derecho a la jubilación anticipada entre los 58 y 62 años para quienes hayan empezado a trabajar formalmente antes de los 20 años.
"En 2030, cuando la edad legal de jubilación esté ya en los 64 años, alguien que haya comenzado a trabajar antes de los 16 años (normalmente como aprendiz) podrá tener su pensión a los 58 años", ejemplificó Borne.
En su opinión, el aumento de la edad de jubilación se trata de "una elección esencial para defender el modelo social y mantener la solidaridad entre las diferentes generaciones".
"El déficit va a crecer año tras año, dejarlo crecer sería irresponsable, como también dejarse llevar por medidas demagógicas lo sería aún más (irresponsable)", dijo Borne.
Ese déficit alcanzaría 14.500 millones de dólares en 2030, pero con el cambio previsto se generará un ingreso adicional de 19.000 millones para ese año, aseguró por su parte el ministro de Economía, Bruno Le Maire.
Oposición
Ante la resistencia que generó el anuncio, el ministro de Hacienda, Gabriel Attal, trató de dramatizar advirtiendo de que la disyuntiva es "la reforma o la quiebra" del sistema.
Los dos principales partidos opositores, Agrupación Nacional (derecha) y Francia Insumisa (LFI, izquierda), no tardaron en oponerse a la reforma.
La excandidata presidencial Marine Le Pen, tildó la reforma de "injusta" y aseguró que intentará bloquearla, mientras Jean-Luc Mélenchon, líder del LFI, consideró que la extensión de la edad mínima para la jubilación representa "una grave regresión social".
Previendo la férrea oposición a esta reforma, tanto en el Parlamento, como en la calle, Borne se mostró dispuesta a "la confrontación de ideas, pero sin agitar el miedo".
"El déficit va a crecer año tras año, dejarlo crecer sería irresponsable, como también dejarse llevar por medidas demagógicas".
Élisabeth Borne, Primera ministra