Más allá de una mera estrategia organizacional de marketing o de una actitud de carácter filantrópica y/o filosófica, la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) es un enfoque muy valioso -y necesario- para gestionar y dirigir una empresa, por cuanto esta manera de proyectar a una organización hacia el futuro, está en condiciones de potenciar su nivel de competitividad e incrementar su propuesta de valor.
La RSE representa un gran desafío para la gerencia corporativa moderna, ya que requiere de un estilo de gestionar y liderar una empresa que toma en alta consideración elementos de carácter ético, económicos, medioambientales y sociales en la toma de decisiones. Y es una fórmula que llegó para quedarse.
En el mundo globalizado en el cual nos encontramos, una conducta y actitud responsable ante la sociedad se ha vuelto un factor clave y esencial para el crecimiento y el éxito de una empresa, ya que al poner en práctica un modelo de negocios que conjugue y armonice las variables sociales, económicas y medioambientales, las organizaciones mejoran ostensiblemente su valor competitivo.
¿La razón de lo anterior? Al potenciar su imagen de marca junto a su reputación corporativa y asumir un enfoque que lleve inscrito en su ADN un modelo de RSE, las empresas pueden verse claramente beneficiadas en su desempeño financiero, además de reducir sus costos operativos.
En este sentido, la RSE debe entenderse como una visión de negocio que integra de manera armónica el respeto por los valores éticos, las personas, la comunidad donde está inserta la empresa, así como por el cuidado de la naturaleza y el medioambiente de una manera ordenada y planificada.
Todo esto contribuye al logro de los objetivos estratégicos de la empresa, mejorando su competitividad y sustentabilidad, al mismo tiempo que se preocupa por la calidad de vida de las personas.
Por el contrario, el acto de alejarse de las prácticas socialmente responsables puede traer consigo consecuencias muy negativas, ya que estamos viviendo en una sociedad cada vez más dispuesta a "castigar" a aquellas instituciones y empresas que no asumen valores éticos con las personas, las comunidades y con el entorno en el que se encuentran.
Dr. Franco Lotito, profesor del MBA de la UACh