Esta semana se cumplieron siete años desde que entraron en vigencia las normas del Acuerdo de París en el que los países se comprometieron a impulsar medidas para reducir el cambio climático y efecto invernadero. A pesar de que hace un par de años hubo confinamientos en gran parte del mundo debido a la pandemia de covid-19, la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera no se redujo en forma significativa.

El Acuerdo de París fue adoptado como parte de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que estableció medidas que deben adoptar los países para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. La concentración en la atmósfera de los principales gases de efecto invernadero -dióxido de carbono (CO2), metano (CH4) y óxido nitroso (N2O)- marcó un récord durante 2018. En el caso del CO2, el principal de estos gases responsables del calentamiento global, habría que retroceder al menos tres millones de años para encontrar una concentración tan grande en la atmósfera, cuando ni siquiera existían los seres humanos.

Como nunca, nuestro planeta está sometido a cambios que tienen un origen antropogénico, vale decir, causados por nosotros y no por situaciones naturales, como las explosiones de volcanes o caída de meteoritos, como tantas veces ocurrió en millones de años. Ya está bastante socializado que el daño causado a la Tierra es mayúsculo. Aguas y territorios contaminados, más enormes emisiones de gases de efecto invernadero, que tienen a nuestro hábitat en un cambio con insospechadas consecuencias.

Chile es un país pequeño e influye poco en esta realidad, pero está haciendo lo suyo, en especial en el sector energético, donde en un plan por etapas se están cerrando las plantas generadoras termoeléctricas a carbón junto con desarrollar energías renovables no convencionales, como solares y eólicas. Más allá de los grandes tópicos medioambientales, existen los más particulares y domésticos, pero no por ello menos importantes, confinados a las comunidades, en las que la conciencia ecológica es escasa o tal vez no existe. Es importante ver el problema en el que estamos involucrados y asumir compromisos que garanticen la vida de las personas y del planeta.

Los profesionales de la topografía son parte fundamental del crecimiento de nuestro país. Se dedican a recoger información de terreno para diferentes proyectos mineros, agrícolas, arquitectónicos, de obras civiles y viales, entre otros.

La topografía está estrechamente ligada al avance tecnológico, situación que a lo largo de los años ha modificado las competencias de los profesionales que la practican. Por otra parte, este avance tecnológico ha permitido la evolución de las actividades productivas del país, como la construcción, la minería, la agricultura, servicios públicos, entre otros, provocando una mayor demanda de topógrafos calificados.

Es, por lo tanto, importante hoy en día formar topógrafos altamente calificados con conocimientos teóricos y prácticos para efectuar mediciones topográficas, que permitan determinar las posiciones espaciales relativas o absolutas de los elementos presentes sobre o bajo la superficie terrestre, así como también la representación gráfica o estadística de los datos obtenidos en terreno, a partir de los cuales se puedan determinar perímetros, superficies, volúmenes, alineamientos horizontales y verticales.

No todos saben que la topografía es aquella rama cuyos profesionales se dedican a desarrollar levantamientos de información con técnicas e instrumental geodésico, procesando e interpretando información directa.

Dado sus profundos conocimientos en la materia, los topógrafos pueden representar la información mediante el uso de softwares especializados, para cumplir con los requerimientos del proyecto y la normativa vigente que rige a la especialidad, para luego informar los resultados de manera precisa.

Su campo laboral también es bastante amplio, no sólo el ejercicio independiente de la especialidad, sino también en empresas constructoras de edificación u obras viales, además de entidades como consultoras vinculadas a proyectos de obras sanitarias y movimientos de tierra.

El área se relaciona estrechamente con una de nuestras carreras profesionales: Construcción Civil. Un ejemplo de aquello es que el topógrafo es fundamental para determinar la forma de la superficie terrestre y la posición de los detalles o accidentes naturales y artificiales para la ejecución de proyectos de ingeniería y construcción.

Claudio Angulo Torres, director de carreras Área Ingeniería