Trabajo a distancia como un derecho
Algunas organizaciones civiles solicitan que la opción de laborar desde casa sea siempre permitido para los cuidadores. En octubre ingresó el proyecto de ley respectivo y entidades como "Yo quiero estar" se han reunido con parlamentarios para modificar el Código del Trabajo.
La pandemia causó muchos dolores, pero también dejó algunos aprendizajes importantes, que pueden tener continuidad. Por ejemplo, en materia laboral, la flexibilidad y el teletrabajo son opciones que se proyectan como permanentes para algunas ocupaciones cuya naturaleza se hace compatible con esta modalidad y que funciona en la medida que exista acuerdos y respeto entre trabajadores y empleadores.
Incluso hay propuestas para ir más allá. Instituciones de la sociedad civil se han reunido con parlamentarios para que el desempeño no presencial sea considerado un derecho para quienes deban compatibilizar la vida profesional con las obligaciones de cuidador o cuidadora, tareas de alta complejidad que también lograron mayor visibilización con la crisis sanitaria.
En octubre fue presentado un proyecto de ley que establece esta opción de manera permanente para padres y madres de niños/as en edad preescolar, con neurodivergencia o con alguna discapacidad. Y la semana pasada la Agrupación "Yo quiero estar" -integrada por valdivianos- asistió a la Comisión de Trabajo del Senado para que se incluya a cuidadores de personas con discapacidad y de adultos mayores.
En todos los casos los argumentos están en el ahorro de tiempo y recursos por traslado, la tranquilidad, la eficiencia y el refuerzo del compromiso laboral. También recuerdan que la medida tiene buena mirada ciudadana. Un estudio de EY Work Reimagined 2022, indicó que el 83% de los trabajadores en Chile quisiera desempeñarse de forma remota al menos dos días a la semana y otros análisis de la materia señalan que medidas de esta naturaleza generan un 84% en mejora de la calidad de vida. Por otra parte, visto desde las regiones, la posibilidad del teletrabajo permite que muchos se queden en sus ciudades o zonas de origen, activando las economías locales.
La discusión está en desarrollo y hay miradas diversas. Lo importante es que se abra el análisis y que se busquen las mejores vías para que las personas puedan desempeñarse con plenitud en sus distintas dimensiones, utilizando las tecnologías, adecuándose a nuevos escenarios tecnológicos y de vínculos, redefiniendo objetivos y adecuando normas, para que "flexibilidad" no implique "precariedad".