Correo
Bajas pensiones VIP
Varios rostros estelares televisivos han salido en distintos medios de comunicación a contar sobre los bajos montos de sus pensiones. Actores como Alfredo Castro, Mauricio Pesutic, Consuelo Holzapfel, también comediantes como Coco Legrand y Gloria Benavides, o panelistas televisivos como Raquel Argandoña y Patricio Maldonado, tienen en común bajas pensiones, pero también tienen en común millonarios ingresos durante su vida laboral.
Aquello que se menciona como crítica, es decir una baja pensión, realmente es una fortaleza del sistema privado de pensiones, pues el sistema entrega una pensión justa asociada a la cotización previsional durante la vida laboral, es decir, no guarda relación entre los ingresos, que pueden ser altos, y por lo que se cotiza, que en muchos casos es por el sueldo mínimo.
Los casos anteriores muestran la relevancia de cotizar por los ingresos reales, y el error subcotizar, pues sus pensiones serían muy superiores, y además hubieran tenido otros beneficios como licencias médicas, protección en caso de invalidez, etcétera.
Eduardo Jerez Sanhueza
Los dolores del inmobiliario
El dicho "le llueve sobre mojado" encaja perfecto entre los desarrolladores inmobiliarios por estos días. Hace mucho que no se sentía un ambiente tan enrarecido en la industria, ya que no son pocos los frentes que deben abordar; algunos más con efectos más preocupantes y permanentes que otros.
El primer malestar es común a todas las industrias productivas, pero no por eso menos nocivo. Las inversiones cayeron en forma significativa en los últimos meses y no van a volver hasta que mejoren las oportunidades de negocio. Por lo pronto, las condiciones económicas -como alta inflación y tasas de interés-desincentivan el consumo y, aunque los niveles de stock son saludables, tampoco se avista la entrada de nuevos proyectos. Esto porque, aunque la economía se reactive, hay otros elementos que golpean a esta actividad en particular y, por lo mismo, paralizan la llegada de capitales y el inicio de obras en nuevas inversiones.
Este es un escenario negativo, que desencadena otra serie de problemas. Hay que tener en cuenta que un proyecto inmobiliario maneja tiempos extensos, la tramitación normativa demora cerca de 24 meses y otro tanto tarda el periodo de construcción; adicionalmente, hay que esperar entre 6 y 12 meses para que las instancias normativas de recepción en las obras. Así las cosas, el panorama es lúgubre: vamos a estar un buen tiempo con la actividad completamente detenida, con los efectos que ello significa en términos de empleo y dinamismo económico.
A lo anterior se suma la presión para los desarrolladores de que los permisos caducan a los tres años, por lo que muchos ven con preocupación la opción -cada vez más cierta-de que se deban renovar todos los trámites de aquellos proyectos que quedaron listos para comenzar.
Una nueva dilación de tiempos, que espanta a los inversionistas, sobre todo ante la creciente incertidumbre jurídica; uno de los grandes males que aquejan a la industria. Hoy en día no hay claridad de por qué se entregan o no permisos que antes tenían un procedimiento claro. Tanto así, que incluso hemos visto proyectos que, ya con todos sus permisos aprobados, terminan paralizados por diferencias de interpretación, o el capricho y creatividad de algún funcionario de turno.
A lo anterior se suman los reparos que deja el proyecto de ley para la Reforma Tributaria, que saca del mapa a un perfil de cliente completo: los inversionistas hormiga. Con la pérdida de las exenciones del DFL2, este grupo se verá obligado a pagar impuestos por las ganancias de sus arriendos, lo que provoca que para muchos el negocio sea menos atractivo y, para tantos otros, inabordable.
El 2023 no pinta bien para el desarrollo inmobiliario. Parece que seguirá "lloviendo sobre mojado" y los capitales seguirán reacios a volver.
Ignacio Ruiz
IVA en servicios profesionales
La Ley 21.420 que en cuanto a los servicios profesionales empieza a regir en enero de 2023, señala que estos serán gravados con IVA, a menos que la ley establezca una excepción. Una de ellas son las sociedades de profesionales, concepto respecto del cual no define sus características esenciales.
Haciendo uso de sus facultades de interpretación, el Servicio de Impuestos Internos (SII) ha dado a conocer lo que en su visión son los requisitos para determinar la presencia o no de estas sociedades.
Sin embargo, la vía interpretativa para delimitar bordes a una exención tiene dificultades. En primer lugar, la autoridad tributaria solo puede interpretar la ley, y como dice muy poco no puede entregar elementos en base a algo no regulado. En segundo lugar, las interpretaciones administrativas son vinculantes para los funcionarios, y no los contribuyentes, por lo que se pueden discutir en tribunales. Esto puede generar una mayor judicialización de las operaciones, pues la interpretación del SII, respecto lo que deben ser sociedades de personas, es discutible.
La falta de definición de límites legales en la sociedad de profesionales implica que esta herramienta podría llegar a ser muy usada por los contribuyentes, existiendo el caso de quienes ejerciendo la misma actividad estarán afectos a IVA y otros no. Aquellos que tengan una adecuada asesoría, sabrán con mayor claridad si esta figura se ajusta a sus requerimientos.
Ante ello, sería prudente que el legislador dé certezas. No hacerlo constituye una desventaja a los que no tienen acceso a una asesoría, contrario a lo que persigue una economía que promueve los pequeños emprendimientos.
Gonzalo Polanco, director Centro de Estudios Tributarios, Facultad de Economía y Negocios Universidad de Chile
La crisis educacional
El ex Presidente Ricardo Lagos identificó tres grandes problemas que afligen al país: constitucional, inflación y seguridad. A ellos cabría agregar otro: la catastrófica situación en educación.
Al respecto cabria citar a Gonzalo Vial Correa quien decía: "La única forma de vencer la pobreza es una enseñanza básica y media de calidad. Sin ella no habría cultura, civilidad, vida en comunidad, ni democracia estable, ni desarrollo económico en el país". Sin una buena educación "ningún sistema, ni capitalista o socialista, sacará al país del subdesarrollo".
En relación con esta catástrofe, al presenciar el desmantelamiento del Instituto Nacional y habiendo tenido el privilegio de estudiar en sus aulas, parafraseando a Miguel de Unamuno, digo: "me duele el Instituto".
Adolfo Paúl Latorre