Xi abre Congreso del PC chino que podría darle un inédito tercer período en el poder
PEKÍN. Jinping dijo que acelerará el desarrollo militar, que no renunciará a las armas para "defender" su soberanía y prometió que habrá "reunificación" con Taiwán. También mencionó que el "socialismo moderno" debe preocuparse de la estabilidad social.
El secretario general del Partido Comunista de China (PCCh) y líder indiscutible del gigante asiático, Xi Jinping, inauguró ayer el XX Congreso de la formación, llamado a afianzar aún más su poder con un tercer mandato quinquenal inédito entre sus predecesores.
Horas antes del cónclave, que se celebra con un Pekín blindado tras unas protestas inéditas y bajo fuertes restricciones para los periodistas debido a las draconianas medidas contra el covid, desapareció la espesa capa de contaminación que cubría la capital china en los últimos días para dar paso al cielo azul característico de los grandes eventos.
El actual número dos de la formación, Li Keqiang -que en marzo abandonará su cargo como primer ministro- declaró inaugurado el evento -que durará una semana- y luego sonó el himno nacional, antes de que Xi comenzara su discurso, en el que rindió cuentas sobre lo acontecido en el país desde el último congreso, celebrado hace cinco años, ante los casi 2.300 delegados que siguieron por televisión lo que ocurría en el Gran Salón del Pueblo.
Lo hizo, además, ante antiguos mandatarios del partido presentes, como el predecesor de Xi, Hu Jintao, o Song Ping, de 105 años y miembro del Comité Permanente del Politburó entre 1989 y 1992.
El gran ausente fue Jiang Zemin, el nonagenario expresidente considerado cabeza de una de las facciones contendientes en el seno de la formación comunista, desde donde se acusa a Xi de anteponer sus objetivos políticos a la economía.
Sí apareció el ex vice primer ministro Zhang Gaoli, acusado el año pasado de abuso sexual por la tenista Peng Shuai, quien después se retractó y dijo haber sido malinterpretada.
Clave del discurso
Xi solo detuvo la monótona cadencia del discurso leído para dar unos sorbos de agua y recibir ovaciones de los delegados presentes.
El mandatario abrió con menciones a la adaptación del marxismo-leninismo al contexto chino, la defensa de "la eficacia de la democracia popular" comunista o llamadas a construir "un país socialista moderno en todos los aspectos bajo el imperio de la ley".
"La nuestra es una causa noble, no debemos olvidar nuestra misión original. Tenemos que tener el coraje y la confianza para hacer avanzar el socialismo", proclamó.
Agregó que el PCCh ha establecido "estrategias" para lidiar con "cambios no vistos en el mundo en más de un siglo", prometiendo una mayor distribución de la riqueza o recalcando los "avances tecnológicos" y la "innovación" del país.
"Tenemos que mejorar el bienestar de la gente" y "garantizar la seguridad y la estabilidad social para construir una China fuerte y próspera", acotó.
Xi también tuvo palabras sobre el "ataque súbito" de la pandemia de covid-19: "Pusimos a la gente y sus vidas por encima de todo con nuestra tenaz política de covid cero".
Injerencia extranjera
El tema de Taiwán también estuvo presente. "En respuesta a las actividades separatistas que buscan la 'independencia', y a las burdas provocaciones del exterior, hemos luchado con determinación, demostrando habilidad y fuerza para salvaguardar nuestra soberanía e integridad territorial", arguyó.
"Perseguiremos una reunificación pacífica, pero nunca prometeremos renunciar al uso de la fuerza como opción", dijo Xi antes de decir que China como potencia promoverá la paz mundial y "nunca buscará la hegemonía" ni el "expansionismo".
El Gran Salón del Pueblo salió del letargo y estalló en la mayor ovación de la mañana cuando el mandatario aseguró que "la reunificación se conseguirá".
El Ejército de Liberación Popular (el segundo más grande del mundo después de EE.UU.), dijo Xi en este punto, debe "salvaguardar la dignidad y los intereses de China". Por esto, agregó, "trabajaremos más rápido para modernizar la teoría, el personal y las armas militares", como el desarrollo de misiles balísticos, portaaviones y puestos avanzados en alta mar.
También tuvo palabras sobre Hong Kong y los "desarrollos turbulentos" que ocurrieron allí en el último lustro.
"El Gobierno central ejerció su jurisdicción para asegurar que Hong Kong lo gobernaban patriotas. Restauramos el orden", sostuvo.
Así, la "inferencia extranjera" tuvo un lugar destacado en el discurso: "En medio de cambios drásticos en la arena internacional, nos mantuvimos fuertes y mostramos un espíritu de lucha para salvaguardar nuestra dignidad e intereses. Estamos bien posicionados para seguir con nuestro desarrollo y garantizar nuestra seguridad".
El cónclave nombrará a los líderes del país para los próximos cinco años y se espera que Xi (69) se otorgue un tercer mandato de cinco años como secretario general del partido, algo inédito pero necesario para reafirmar su estrategia de imponer sus ideas en la economía, la sociedad y la cultura.
2.300 delegados participan en el XX Congreso del PC chino. Estos cónclaves son cada 5 años.