Cada 15 de octubre se celebra en Chile el Día Nacional de los Abuelos y Abuelas. Fue instaurado en 1977 y, desde su origen, tiene como objetivo relevar el rol de las personas mayores en las familias, pero en especial a quienes efectivamente tienen nietos y nietas. No podemos olvidar que "mayor" y "abuelo" no son sinónimos; la primera palabra alude a la edad y la segunda a lazos de parentesco.

Es necesario hacer la diferencia en el uso del vocabulario. Lamentablemente por muchos años y por error se usó con paternalismo el término "abuelitos" para referirse genéricamente a las personas de más edad; actualmente se ha comprendido que ese apelativo es de uso privado y no corresponde utilizarlo en lo público, sin la correspondiente autorización.

Otra tendencia es a valorar el aporte social y económico que realizan quienes contribuyen con el cuidado de los hijos de sus hijos e hijas. Con frecuencia -y como es posible conocer a través de cientos de testimonios publicados o compartidos en Los Ríos y en todo el país- las casas paternas se transforman en refugio, en espacios de crianza y albergue. Y durante la pandemia, con todas sus consecuencias, esa realidad se ha multiplicado.

Para la sicóloga Pabla Arellano los abuelos son en Chile, mayoritariamente, "un puerto seguro" donde los nietos y nietas llegan frente a toda circunstancia de la vida. "Y eso hay que valorarlo y agradecerlo con gestos concretos de amor y de respeto por su individualidad", dijo y llamó a visibilizar positivamente a estas figuras fundamentales durante la infancia y juventud.

La profesional recalcó que ese cariño debe expresarse siempre y también traducirse en poner límites. "No ocupar el tiempo libre de las personas mayores, no imponer el cuidado como obligación, fijar distancias. Los mayores, con cariño y de manera directa, también deben decir cuando están cansados, cuando quieren tomarse su tiempo. Ya criaron a sus hijos e hijas. Cuidar no es criar y eso deben comprenderlo en particular los padres y madres de los menores de edad".

Reflexionar al respecto es importante hoy, porque la fecha invita a mirar de nuevo y reforzar los lazos al interior de las familias.

La semana recién pasada tuve la oportunidad de dar el vamos al encuentro nacional de equipos Indap, realizado en nuestra Región de Los Lagos. En esta instancia, pude apreciar la convicción de un equipo que está disponible para avanzar de forma estratégica hacia la búsqueda de soluciones reales y apoyar a la pequeña agricultura familiar campesina, con acciones que van más allá de lo ya conocido o tradicional.

A través de la Estrategia Regional de Desarrollo, como Gobierno Regional, los invitamos a establecer una nueva forma de apoyar a las comunidades rurales con acciones que tengan pertinencia local y que sean la respuesta a las necesidades reales de las y los agricultores.

Fuimos claros y enfáticos con el nivel nacional, desde que asumimos el cargo, al señalar que los esfuerzos y toda jugada estratégica debe ser coordinada con la región. Siendo de otra manera, estaremos marcando el paso y no el rumbo. La gente seguiría esperando reacciones ante la escasez hídrica y las emergencias agrícolas, sin tener respuestas oportunas.

Es por esto que Indap se ha puesto a disposición de la innovación, la sostenibilidad y toda acción estratégica que pone a la pequeña agricultura familiar campesina en el centro de nuestro trabajo. Además, se abraza como eje el pacto por una región sostenible e inclusiva, que trae consigo acciones claras y pertinentes, pues están naciendo de los protagonistas, entregando así factores que le permitirán a Indap avanzar sustancialmente en líneas de trabajo colaborativo, con otros sectores, fortalecer la capacitación de las familias agricultoras y aportar con tecnologías que llegarán a quienes muchas veces no han recibido el apoyo necesario.

Con esos conceptos, debemos alcanzar avances importantes para el mejoramiento de los ingresos de las familias y consolidar el cooperativismo como una opción segura y sostenible. Pero no se trata sólo de aplicar herramientas nuevas, si no más bien de traer lo que realmente se requiere para ir más allá de un discurso por la sostenibilidad.

Para crear y cuidar la región, se necesita que esas instancias se adapten y perfilen a la realidad del territorio. En esa línea, aseguramos que se debe caminar con celeridad para reforzar y modernizar las oportunidades, recursos y tecnología que debemos poner al alcance de la gente. De esa manera estaremos haciendo real el compromiso con la tierra, su producción sostenible y la cultura familiar campesina.

Patricio Vallespín, gobernador regional