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Crear escenas entre trueques y tinkuys

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1-¿Dónde partió tu interés por el teatro? -Mi interés por las artes escénicas partió en el liceo experimental artístico de mi ciudad natal, Antofagasta. Después me fui a la capital a estudiar al Teatro Imagen de Gustavo Meza, estuve varios años en Santiago y luego viajé a Dinamarca, al Odin Teatret del afamado dramaturgo italiano Eugenio Barba, donde empecé a profundizar en el teatro antropológico. Volví a Chile, y en el año 2004 fundé en Antofagasta La Huella Teatro, tanto con actores que venían de Santiago y otros del norte y empezamos a girar, ganar fondos y proyectos regionales, desde eso ya han pasado 18 años.

2-¿Cómo se creó Identidades Festival? -Desde siempre tuve ganas de generar una instancia de festival, un encuentro de artes escénicas. El año 2014, celebrando los diez años de La Huella Teatro, hicimos una muestra bien importante y un libro. El 2015 tomó más fuerza todo este sueño y de ahí en adelante algunas empresas confiaron en nosotros y pudimos armar un grupo de trabajo que se afiató con los años. Las ideas que nos mueven son los espacios autorales, el trueque, el intercambio con la comunidad, y los tinkuys, una palabra quechua, que alude a los espacios de diálogo y reflexión.

3-¿Qué podremos ver a través de la plataforma digital ? -Hemos escogido este año, para la plataforma digital, dos obras de artes escénicas: una es el montaje "Allqu Yana, porque los perros negros son más buenos", que es de corte familiar. Y "Mollfun, territorio de agua y muerte" que es danza con el coreógrafo y bailarín mapuche Ricardo Curaqueo. Además estará el documental "Riu, canto ancestral Rapa Nui", subtitulado desde el rapanui, un cruce con lo que hacemos en el norte. Además tenemos programación para la televisión regional, Antofagasta TV durante todos los días que dure el festival.


En resumen

Desde Antofagasta y San Pedro de Atacama, del 1 al 8 de octubre, Identidades Festival, celebra su octava edición con énfasis en las lenguas indígenas. La actriz antofagastina Alejandra Rojas Pinto es la directora del certamen y adelanta parte de la versión digital.

Alejandra rojas ideó una parte del "identidades festival" en la web www.carpaidentidades.cl

3 preguntas

Alejandra Rojas, directora de Identidades Festival

Identidades festival

Una fábula oscura sobre la vida de Marilyn Monroe

Netflix estrenó el biopic basado en el libro homónimo de Joyce Carol Oates "Blonde".
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Algunas preguntas frente a "Rubia", el biopic de Marilyn Monroe que acaba de estrenar Netflix tras su presentación en Venecia: ¿Se puede defender una película por sus méritos formales y pasar por alto la hostilidad que demuestra ante una vida? ¿Son la actitud y la autoría virtudes valorables en tiempos de fórmulas y homogeneidades de manual? ¿Es posible una película biográfica diferente sobre una figura icónica de nuestra cultura popular?

Vamos por parte. "Rubia" es una experiencia cinematográfica de alto nivel. El director Andrew Dominik -quien ha realizado ficciones como "El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford" y los documentales "One more time with feeling" y "This much I know to be true", ambos sobre Nick Cave- juega con distintos formatos entre el blanco y negro y el color. Ralentiza y acelera imágenes sin tapujos. Usa el imaginario de Marilyn (atentos a la icónica escena del vestido blanco) como si fuese un kit para armar y desarmar. Se atreve a hundir todo en las brumas de lo onírico. Su estilo es, digamos, más parecido a David Lynch que a cualquier realizador de películas biográficas por encargo.

Ese aire de irrealidad que la película instala desde el primer fotograma tiene una explicación. "Rubia" no pretende recrear la vida de la diva de Hollywood sino que adaptar la novela homónima de la escritora Joyce Carol Oates. Con más espíritu creativo que investigativo, la autora se propuso indagar en los traumas de la rubia más famosa del siglo XX. Imaginó situaciones, se metió en su cabeza para relatar sueños y anhelos, indagó en su infancia con el fin de rastrear las huellas del abandono y la búsqueda constante del padre ausente en cada relación que mantuvo. Ese es el caldo de cultivo para el desarrollo de una película que funciona como una colección de traumas. No sería exagerado afirmar que la actriz Ana de Armas protagoniza un verdadero calvario frente a la cámara. Casi no ríe. Podemos sentir su desgaste. "Rubia" tiene pocos matices. Y es ahí donde se asoma el lado más controversial: la explotación del dolor que Dominik monta con tanta habilidad como crueldad. Algunas críticas han apuntado hacia ahí: una mujer que fue sometida bajo la violencia de muchos hombres vuelve a ser humillada por el cine después de muerta.

¿Es una exageración? Sí. Porque "Rubia" tiene el derecho a iluminar las zonas oscura de su retratada, funcionar como una fábula negra sobre el desamparo, el abandono, la soledad y la frialdad de las luces del espectáculo. El problema es otro: en busca de esa lobreguez, y con la clara intención de desmitificar a la actriz a través de una inmersión cruda en su intimidad, Dominik llega a un extremo que la película no necesita. Hablamos de una explícita escena de sexo forzado con John F. Kennedy, con unos insertos de montaje que la convierten en el peor momento del film. Una oda al mal gusto. ¿Intencionada? Se podría sospechar que sí porque el director busca cruzar los límites. Digamos que cuando deja de ser Lynch para convertirse en Lars von Trier, cae en el abismo de su propia pretensión.

La actriz ana de armas interpretó en "rubia" todas las zonas oscuras y los traumAS de marilyn monroe.


En resumen

"Rubia" tiene una duración de 2 horas y 46 minutos.

Por Andrés Nazarala

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