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se ha visto afectado por este tipo de delitos, observa que a su alrededor varios colegas han sido víctimas de asaltos.

"Justamente por aquí hay un negocio, a menos de 100 metros de mi local, que fue el primero que salió a la luz pública por un asalto a mano armada", indicó.

Es por estos hechos de delincuencia que los almaceneros formaron una mesa de trabajo donde están presentes Carabineros, PDI, Fiscalía, Seguridad Ciudadana y la alcaldía, pero pese a ello, el comerciante señala que aún sienten que no hay una presencia policial suficiente.

Este grupo tiene almaceneros de todo Osorno, tanto de Rahue, sector céntrico, Ovejería, Francke y de la zona oriente.

El representante de los almaceneros agregó que muchos de ellos han debido invertir en elementos de seguridad para sus locales, como alarmas, cámaras o rejas, pero para los delincuentes éstos son un desafío que comienzan a estudiar para poder burlarlos al momento de un ataque.

"Ellos ven qué elementos de disuasión tenemos, nos estudian y las rejas nos dan más seguridad, pero a la vez bajan nuestras ventas, porque los clientes se sienten incómodos con ellas; muchos piensan que en invierno se van a mojar al no poder entrar y por eso dejan de ir a ese negocio", expresó Solís.

Trabajar tras un asalto

"Nunca había tenido problemas, eso que trabajo hasta las 3 de la mañana y lo hacía con la reja abierta… hasta el 28 de mayo, cuando me transformé en la primera que saltaron en un negocio de barrio. Entraron cinco tipos con revólver, antes de la una, como seguramente me tenían estudiada, porque yo cerraba la reja a la una. Los más grandes andaban armados y los otros que se metieron a robar detrás del mostrador eran menores, de unos 16 ó 17 años".

El testimonio corresponde a Lorena Ponce, propietaria del almacén Farellones, ubicado en la calle del mismo nombre en Altos del Sol en Rahue Alto, quien trabaja en este local desde el año 2014. Esa noche estaba detrás de los refrigeradores reponiendo botellas junto a su pareja, cuando vio que entraban a su negocio.

"Solo vi que venía un montón de gente y cuando quebraron el vidrio yo dije 'esto es un asalto'. Me escondí y mi pareja salió por lo que me acuerdo, porque uno queda en estado de stock, no escuché tantos gritos, pero sí vi que apuntaron a mi pareja, pero alcanzó a arrancar hacia adentro. Al otro día trabajé con la reja abierta con mucho miedo, pero después de ese episodio no pude trabajar sin rejas, por eso obviamente bajó la clientela en más de un 50%", expresó.

Por ello Lorena fue contactada desde Santiago por la Unidad de Protección a la Víctima, lo que en un primer momento no lo tomó, pensando en que esto pasaría, pero al pasar de los días, la angustia se fue incrementando.

"Tuve que aceptar esta ayuda, ya que días después me empecé a sentir mal, ya no confiaba en nadie, no salía, incluso un día sentí que me querían hacer un portonazo porque andaba un domingo camino al mar y sentí que detrás venía un auto con las luces apagadas y adelante otro que puso sus balizas. Por suerte a la vuelta venía Carabineros y arrancó el de atrás. No sé si yo me pasé rollo, pero andaba muy mal. Lo que hice fue buscar un maestro y ponerle rejas a mi negocio. Ahora estoy trabajando tranquila, aunque igual me han bajado mucho las ventas, porque a la gente le gusta entrar, elegir y sacar sus cosas", detalló la pequeña empresaria.

Inversión en seguridad

Mauricio Delgado es propietario del Supermercado Cachorro, ubicado en el primer sector de Rahue Alto, en la zona del mirador, quien si bien no ha sufrido actos delictivos, a raíz de todos los eventos que se ven en el lugar casi a diario, se vio en la obligación de asegurar su local.

"Me imagino que en algún momento me irá a tocar la mala y por eso estoy tomando medidas para disminuir los riesgos. Para eso enrejé todo el perímetro del local, puse chapa eléctrica, por lo que miro hacia afuera quién es la persona que quiere entrar y ahí abro. Tengo cámaras que sirven para identificar quién comete un ilícito y así estoy trabajando desde hace dos o tres meses. Atiendo hasta las 23 horas, no me quedo hasta más tarde", comentó.

El comerciante señaló que en cuanto a la presencia policial, Carabineros pasa con frecuencia por su lugar.

"No pasan todos los días, pero sí unas dos o tres veces a la semana, pero solamente hacen rondas, rara vez se bajan a preguntar algo o tampoco pasan a fiscalizar. Hay un WhatsApp donde los vecinos se quejan de que les han robado en sus autos, les rompen los vidrios y los abren. El grupo es numeroso y siempre se están alertando de algo sospechoso", indicó Delgado.

En cuanto al trabajo que se realiza actualmente con comerciantes de Rahue, el director de Seguridad Pública del municipio, Leonel Morales, explicó que en este caso, la

"Desde la mirada del municipio, este es un trabajo cercano a la comunidad y que involucra a estos comerciantes. Obviamente en los locales donde han ocurrido hechos delictivos, también se han intensificado estos patrullajes"

Leonel Morales,, director Seguridad Pública

"Solo vi que venía un montón de gente y cuando quebraron el vidrio yo dije 'esto es un asalto. Me escondí y mi pareja salió por lo que me acuerdo'"

Lorena Ponce,, dueña de un almacén