Tan pronto llega septiembre y la primavera comienza a manifestarse en plenitud en el sur del país, afloran las molestas alergias en un porcentaje importante de la población.

Se trata de una serie de molestias que surgen como una respuesta inmunológica o defensiva del cuerpo de algunas personas frente a una sustancia que, por norma general, no genera ningún tipo de reacción en la población, y que es provocada por el polen, que es la partícula que emiten las plantas para fecundar.

Las molestias que las alergias pueden provocar afectan a diferentes partes del cuerpo como los ojos, la nariz, garganta, pulmones o la misma piel, y se manifiestan generalmente como cuadros de conjuntivitis, irritación de nariz y garganta, congestión nasal y estornudos, y en casos más complejos, con dificultad para respirar, siendo cuadros más comunes los ojos llorosos y el ardor nasal y de garganta.

Si bien la llegada de la pandemia de covid-19 mermó las actividades al aire libre, restringiendo la vida de las personas al interior de los hogares, hoy es factible recuperar esos espacios de recreación. Sin embargo, es importante tener claro que aquello se debe hacer con responsabilidad y evitando los contagios de coronavirus, cuyos síntomas, incluso, podrían confundirse con los de la alergia.

Actualmente la farmacología presenta una serie de medicamentos que ayudan a hacerle frente a las alergias, disminuyendo los efectos que producen en el cuerpo y minimizando la sintomatología. Sin embargo, es necesario que sea un médico quien examine al paciente, solicite los exámenes correspondientes y luego entregue la receta con las indicaciones necesarias para realizar un buen tratamiento.

De ello dependerá sortear sin mayores complejidades el cambio de estación.

Se acercan las fiestas patrias y el sentimiento de chilenidad se acrecienta por estos días. Con ello también se despliegan una serie de tradiciones y costumbres arraigadas en la cultura nacional, entre ellas, se destaca, la del rodeo chileno. El problema con esta actividad es que, de un tiempo a esta parte, está siendo seriamente cuestionada por grupos de protección animal y de la sociedad civil, por practicar un evidente maltrato animal y de vulneración de sus derechos.

Desde el viernes pasado, circula una carta de la ONG Animal Libre al Comité Olímpico de Chile (COCh) que solicita a esta organización que deje de respaldar al rodeo como un deporte nacional, argumentando que la actividad contempla maltrato y crueldad animal y que es rechazada por la mayoría de la población chilena. Esto último es respaldado por los resultados de algunas encuestas que arrojan, con un 83% de los participantes (Adimark), que los chilenos no se sienten identificados con el rodeo.

Cabe destacar que entre los valores del olimpismo se señala que "en el deporte se juega limpio, no con sangre"; por ende, el desarrollo del rodeo contraviene la esencia deportiva del comité, debido a que hay varios estudios, pero sobre todo la evidencia al respecto, que dan cuenta que esta práctica genera maltrato, estrés, sangramiento, lesiones internas, entre otros daños en los novillos que son atacados violentamente. Entonces, más que un deporte, señalan de la ONG Animal Libre, es una práctica de tortura.

Si bien, durante la historia de la humanidad, las sociedades deben convivir con las tradiciones y costumbres, eso no quiere decir que se deben mantener en el tiempo; por el contrario, estas también pueden ser cuestionadas, adaptadas e incluso erradicadas por el perjuicio que pudiesen ocasionar a los humanos y a otras especies no humanas.

Por lo tanto, en el caso del rodeo chileno, más que buscar la regulación de esta actividad, existe un imperativo ético y moral de prohibir esta práctica en el territorio nacional, considerando que siempre existirá un grado de maltrato, que atenta contra el derecho de los animales como sujetos de protección y seres sintientes.

Alejandro Retamal, investigador postdoctorante Ceder ULagos