Lenguaje del plebiscito
¿Si aprobar es humano, como indica una campaña, entonces, rechazar es inhumano? Hubo un personaje, durante la dictadura, que gustaba hablar de humanos y humanoides. Este lenguaje, que pretende categorizar moralmente a la población según su preferencia política, puede ser funcional a un plebiscito, pero no a la edificación de una Constitución vista como la "casa de todos". ¡Qué los árboles no nos impidan ver el bosque! .
Diego Aguilar Vildoso
Violencia escolar
El impacto de la violencia escolar que hoy vemos entre los estudiantes chilenos, no puede dejarnos indiferentes. Todos los tipos de violencia en el aula afectan directamente al aprendizaje de matemáticas, lenguaje o historia, pero especialmente devastador es el caso de los impactos del ciberacoso, duplicando los efectos adversos, según reportó el análisis a 182 mil alumnos realizado por el Observatorio en Ciudadanía, Convivencia y Bienestar Escolar de UFRO.
Estas repercusiones no sólo las sufren las víctimas, sino también quienes ejercen el daño, lo que da cuenta de que es necesario hacer un esfuerzo país por dejar de validar la violencia como forma de acción social en todo ámbito, lo que se expande a todos los rincones de nuestra sociedad.
Eduardo Hebel, rector de la UFRO
Distinción a trayectoria...
El anuncio del cambio del reconocimiento a los puntajes nacionales por una "distinción a las trayectorias educativas" de los estudiantes que rendirán la PAES ha generado controversia. La medida fue presentada por la Subsecretaría de Educación Superior como una forma de "distinguir los logros académicos que obtienen las personas en sus contextos".
Las reacciones han sido dispares. Por una parte, la medida ha sido felicitada por los que ven en esta alternativa una instancia de justicia, de visibilización de esfuerzos y méritos que traspasan ciertas condiciones de origen. En contraste, también se interpretó como un ejercicio metodológico influenciado ideológicamente para forzar los datos de un fenómeno natural, instalando una igualdad artificial y como una trivialización del mérito al igualar el esfuerzo con variables como sexo o lugar de origen.
Creemos que la controversia en torno al reconocimiento es más bien estéril. En términos concretos, la distinción no tiene una función más allá de lo simbólico: no tiene implicancias reales en términos de beneficios de financiamiento, prioridad en procesos de selección, etcétera.
Lo que proponemos es avanzar en aspectos de fondo en la discusión educacional y que tienen que ver con el incentivo para establecer relaciones significativas entre educadores y estudiantes. Creemos que un currículo que se enfoca en el trabajo con conocimiento académico, y que recoge e interpela la experiencia vivida de cada uno, tiene un mayor potencial para proveer espacios para la concreción de una educación transformadora.
Rodrigo Fuentealba Jara
Mijaíl Gorbachov
Para muchos, incluyendo el actual líder ruso, Gorbachov fue una suerte de traidor, dado que facilitó la caída de la Unión Soviética a finales de 1991.
Estos grupos miran con nostalgia el poder y prestigio soviético, y añoran volver a la época en que EE. UU. y la U.R.S.S. negociaban las grandes decisiones de política internacional.
No obstante, aquellas personas olvidan que la genialidad del último líder soviético recae en su capacidad de abstraerse de la clásica política internacional, esa dictada por el interés nacional y la sobrevivencia del estado.
En contraposición, Gorbachov simplemente se enfocó en tratar de mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos, dejando de lado mezquindades tales como la carrera armamentista y la represión al pueblo soviético.
En resumen, Mijaíl Gorbachov, a pesar de su posición como líder del Partido Comunista de la U.R.S.S., no era un hombre controlado por la ideología, sino que simplemente una persona con un formidable sentido común. Juan Pablo Sims, Centro de Estudios de Relaciones Internacionales UDD.
Chile indefenso
Mauricio Rojas ha declarado estar convencido de una victoria contundente del "rechazo" y planteó que la izquierda dura no va a aceptar la derrota en el plebiscito, lo que será un retorno al camino insurreccional, combinado con la violencia en la Macrozona sur. Declaró, además, que tenemos sectores del Partido Comunista y extremistas que no van a renunciar a la vía insurreccional revolucionaria, a crear una situación de inestabilidad y violencia y que el presidente Boric va a tener que elegir: si defiende la institucionalidad y trata de controlar la violencia, o si se deja llevar por esta ola de guerrilla. El Presidente debe entender que está poniendo en juego al país si permite que la violencia se siga generalizando.
Ahora bien, la violencia ilegítima -sea esta revolucionaria, guerrillera o terrorista- no puede ser controlada, anulada o aniquilada con buenas palabras: ello solo puede ser logrado utilizando la violencia física legítima del Estado, de la cual este tiene el monopolio. No existe otra forma eficaz para enfrentar a grupos armados radicalizados, ideologizados y violentos.
Mi gran preocupación es que si bien el Estado cuenta teóricamente con esa fuerza legítima, me entran dudas si la tiene en la práctica, porque: a) los carabineros y militares están sometidos a reglas de uso de la fuerza absurdamente restrictivas, que prácticamente les impide utilizar sus armas letales; b) la casi absoluta indefensión jurídica de éstos si las usan; c) los jueces no les aplican las normas que los protegen (p. ej. los artículos 6, 208, 410, 411 y 412 del Código de Justicia Militar); d) la lenidad de las autoridades de gobierno para ordenar la aplicación de la fuerza a fin de mantener el orden público -su obligación esencial- y resguardar el Estado de Derecho, inhibidas por el "discurso de los derechos humanos" -un arma estratégica para quitar legitimidad al uso de la fuerza y para desarmar sicológica y moralmente a los gobernantes que, por deber de autoridad, están obligados en justicia a aplicar la fuerza para reprimir a quienes subvierten el orden social-; e) la inhibición de policías y militares para usar sus armas, incluso en defensa propia, porque saben que si lo hicieren perderían sus empleos y serían condenados por "atentar contra los derechos humanos"; f) la actuación del Instituto Nacional de Derechos Humanos, que solo se preocupa de registrar las acciones de los agentes del orden y no las de quienes los atacan.
Si nuestros gobernantes no hicieren uso de la fuerza con el rigor requerido, Chile quedará absolutamente indefenso y condenado a caer en manos de personas o grupos que están promoviendo la anarquía, el caos, la disolución social y la insurrección revolucionaria a fin de hacerse con el poder.
Adolfo Paúl Latorre