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Matan a periodistas cuando volvían de una cobertura

COLOMBIA. Se investigan las razones que motivaron el crimen en Magdalena.
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Los periodistas Leiner Montero y Dilia Contreras fueron asesinados la madrugada de ayer en una carretera del municipio de Fundación, en Magdalena, en el Caribe colombiano, cuando volvían de cubrir unas fiestas patronales, informaron organismos de prensa y la Policía.

"Rechazamos y lamentamos el asesinato de los periodistas Leiner Montero y Dilia Contreras ocurrido en la madrugada de hoy (ayer) en la vía que conduce del corregimiento de Santa Rosa de Lima al casco urbano del municipio de Fundación, en Magdalena", dijo la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), en un comunicado.

Montero, de 37 años, era director de la emisora local Sol Digital Stereo y Contreras, de 39 años, era directora del programa digital La Bocina Col y ambos regresaban de cubrir las fiestas patronales de Santa Rosa de Lima.

El comandante de Policía del departamento de Magdalena, el coronel Andrés Serna, informó a los medios que los periodistas se movilizaban en un automóvil "cuando fueron abordados por dos delincuentes que se movilizaban en una motocicleta, quienes accionaron un arma de fuego en contra" de los dos periodistas.

Además, según la Policía, también resultó lesionada otra persona que estaba recibiendo atención médica, aunque no entregaron detalles sobre su estado.

Las primeras versiones policiales indican que en las fiestas patronales donde estuvieron los periodistas "se presentó un hecho de intolerancia, que está siendo investigado", pero no señalaron si eso tuvo algo que ver con el asesinato.

Se desconoce si los hechos tienen que ver con su trabajo ni quién está detrás de estos asesinatos, aunque en la zona hay presencia de varios grupos criminales como el Clan del Golfo y otros.

Ucrania busca aislar a Rusia fuera del campo de batalla

GUERRA. Mientras Kiev necesita armarse para afrontar el invierno y las primeras nevadas, el objetivo está en volcar a la comunidad internacional contra Moscú.
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Con la central nuclear de Zaporiyia en manos rusas, Kiev intenta implicar a toda costa a la comunidad internacional en su conflicto armado con Moscú, que se opone a la internacionalización de la guerra.

"Si dejamos que Rusia gane la guerra, entonces podrá dictar sus condiciones a Europa (...). En el mundo comenzará una reacción en cadena en la que otros Estados autoritarios entenderán que pueden lograr sus objetivos con la ayuda de una guerra agresiva", aseguró Mijailo Podolyak, asesor presidencial ucraniano, a un diario finlandés.

Kiev no sólo necesita armamento para mantenerse en el campo de batalla antes de las primeras nevadas, sino también el apoyo del mayor número de países en el mundo para aislar diplomáticamente al Kremlin.

INvolucrar a la onu

El primer paso de esta estrategia es involucrar a la ONU en el arreglo del contencioso por el control de la mayor planta atómica de Europa, objeto de bombardeos diarios y que esta semana fue desconectada durante más de 24 horas de la red eléctrica general.

El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) mantiene intensas negociaciones para enviar una misión de inspección a la planta, para lo que ya tiene el visto bueno de rusos y ucranianos.

Su director, Rafael Grossi, ya tuvo un papel muy activo en marzo para rebajar la tensión nuclear cuando las tropas rusas tomaron la central de Chernóbil, abandonada finalmente por las tropas ucranianas.

El problema es que, como dijo el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, la única forma de reducir al mínimo el riesgo de catástrofe nuclear es que el Ejército ruso ceda de forma permanente el control de la planta a la agencia nuclear ucraniana, Energoatom.

Moscú no está dispuesto a ello y todos sus esfuerzos diplomáticos, como quedó de manifiesto esta semana en el Consejo de Seguridad de la ONU, se limitan a presentar pruebas de que es la artillería ucraniana la que está atacando la central y no las tropas rusas y las milicias prorrusas.

Tampoco quiere oír hablar de la desmilitarización de la zona, donde Rusia habría emplazado vehículos militares, aunque no "armamento pesado", según desmintió el sábado el general Ígor Konashénkov, portavoz de Defensa ruso.

El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, fue duramente criticado por Rusia por dicha propuesta y por obstruir supuestamente la llegada de la misión del OIEA y negarse a condenar los ataques ucranianos.

La controversia salpicó a la ONU, ya que Rusia vetó la aprobación del documento de revisión del Tratado de No Proliferación (TNP) precisamente debido a la central de Zaporiyia, ya que Occidente pidió a Moscú que abandone la planta.