El Osorno para no olvidar: el río De las Damas y el inicio de su decadencia
Los cambios en el ámbito productivo a inicios del siglo XX, con la quiebra y cierre del 80% de las industrias situadas a orillas del cauce, generaron como consecuencia la pérdida de importancia en lo económico del río, tras lo cual se inició un periodo de languidez. Sus aguas fueron usadas para esparcimiento, pero también para arrojar basuras.
En los primeros años del siglo XX la ciudad de Osorno se vio enfrentada a una crisis económica originada, entre otras razones, por la aplicación en 1902 de la Ley de Contribuciones sobre el Alcohol. A su vez, se aplicó una nueva política aduanera que dejó en la indefensión a los productos nacionales frente a los artículos provenientes del extranjero.
Las industrias relacionadas con las actividades de alcohol, curtiembres y molineras debieron encarecer sus costos de producción y, por consiguiente, el precio de sus productos.
Ello provocó una considerable y ostensible disminución en la venta en el mercado, iniciando de esa manera una espiral de quiebras y el cierre del 80% de los establecimientos ubicados en las orillas del río De Las Damas.
Esta situación originó una acelerada transformación en los procesos productivos, derivando hacia las faenas agropecuarias.
Paralelamente a los cambios económicos que experimentó la ciudad de Osorno, la llegada del ferrocarril en 1905 permitió consolidar la actividad agropecuaria al comercializar sus productos a otros mercados consumidores en el país.
Estos giros en el ámbito productivo generaron otra consecuencia: la pérdida de importancia en lo económico del río De Las Damas, tras lo cual se inició un periodo de languidez.
En las primeras décadas del siglo XX, los osorninos utilizaron preferentemente las aguas del Damas para refrescarse de las temperaturas boreales, realizar actividades recreativas y de esparcimiento en sus márgenes.
Fue en esos años cuando comenzó a perfilarse la iniciativa de construir costaneras y parques en los alrededores del río De Las Damas, siendo el ciudadano Guillermo Hollstein Klickmann uno de los que lideró la opción de incorporar al río De Las Damas en el paisaje urbano de Osorno.
Basura y escombros
A esta iniciativa vecinal también se sumó la preocupación por la aparición cada vez más frecuente de basura y escombros en sus orillas y en el caudal. El problema se focalizó en sectores como Chuyaca, los alrededores de los puentes y desembocadura con el río Rahue.
En 1907, el entonces regidor León Henríquez denunció la suciedad en algunos sectores del tramo urbano del río De Las Damas señalando: "…el descuido en arrojar basuras es evidente, ensucian un hermoso río que nos refresca de los intensos calores".1
En 1911, el alcalde Domingo Negrón, en una sesión municipal, informó que se estaba haciendo común arrojar basuras y escombros en los puentes que atraviesan el río De Las Damas, siendo el caso más alarmante en la confluencia de los dos cauces: "ese basural debe ser eliminado para evitar más de algún contagio para la salud de los vecinos". 2
En la misma reunión, la autoridad comunal y los regidores acordaron, en primer lugar, enviar al personal de aseo para retirar las basuras; y en segundo lugar, sostener una conversación con el jefe de la policía local para realizar un mayor vigilancia en el sector y detener e infraccionar a quienes irresponsablemente ensucian el río y sus alrededores.
Hacia 1929, y ante el aumento de los desperdicios y aguas servidas que llegaban al río De Las Damas provenientes de las industria sobrevivientes de la crisis de comienzos de siglo y otras nuevas que se habían instalado, así como también de los propios vecinos, la municipalidad local debió aplicar por primera vez una multa de 10 a 50 pesos de la época a todas aquellas personas que arrojaran basura en su cauce y orillas. 3