Tan pronto se acerca la primavera y aumentan las actividades al aire libre en las zonas rurales, la población se encuentra más expuesta al virus hanta. Ello, porque tanto las familias como los colegios y otras instituciones que trabajan con jóvenes y niños, comienzan a programar actividades en zonas silvestres, donde podría invadirse el hábitat natural del ratón colilargo, transmisor de la enfermedad.

El hanta virus es una enfermedad zoonótica transmitida a los humanos por el roedor Oligoryzomys longicaudatus, que habita en zonas boscosas y rurales. Se contagia por inhalación de excrementos de ejemplares infectados (orina y heces) y saliva. Es por ello que se hace necesario que la población más expuesta a este virus, especialmente aquella que habita o trabaja en zonas rurales, así como las familias que realizan actividades al aire libre en áreas boscosas, adopten medidas tendientes a evitar el contagio. Para ello hay una serie de recomendaciones básicas, como manejar correctamente la basura, evitar que crezca maleza afuera de las casas en áreas rurales y no internarse en zonas donde posiblemente habite o circule el roedor.

Ello, además de reconocer los síntomas de la patología, los que aparecen entre tres y cinco semanas después de haber estado en contacto con el virus y que se manifiestan con fiebre alta, dolores musculares intensos, dolor abdominal, de cabeza y dificultad para respirar. En caso de presentarlos, se debe acudir inmediatamente a un centro de salud, ya que es necesario someter al paciente contagiado a un inmediato tratamiento, pues esta enfermedad tiene una alta mortalidad.

El hanta es una enfermedad grave, pero si se adoptan medidas preventivas podría evitarse los contagios. De ahí que la principal manera de enfrentar esta patología es con información y esa es una responsabilidad de todos, más cuando el invierno comienza a quedar atrás y las mejores condiciones climáticas invitan a reactivar la vida en las zonas silvestres, que abundan en nuestra región.

¿Es importante leer el borrador de la Constitución? Sí, lo es. Pero no basta sólo leerla de acuerdo con mi situación personal. Una Constitución representa a un colectivo: una comuna, una región y un país. Porque la Carta Magna debe regirnos durante décadas. Y es entonces donde las preguntas se amplían, porque sabemos que, lo que no queda explícito, generalmente queda a discreción de la interpretación.

Lo invito a ponerse la mano en el corazón. ¿Fomenta este proyecto de Constitución al emprendimiento como un pilar que pueda asegurar a nuestros hijos, nietos y cercanos la posibilidad de que ellos puedan concretar en algún proyecto lo aprendido en la época escolar, en la educación universitaria o técnico-profesional?

En lo que concierne al mundo del campo, ¿hay seguridad en el apoyo que puedan recibir los productores para proveernos de alimentos?. Quienes estamos permanentemente en contacto con corrales, trancas, animales y siembras, vemos que en el día a día cada vez se hace más difícil producir. Como nunca, este año todo se ha encarecido y agradeceríamos contar con una directriz, un plan de parte de las autoridades que permita ver cómo producir a un costo razonable que evite tener que subir los precios.

¿La nueva Constitución podrá entregar alimentos más baratos?. No creemos. La nueva Constitución apunta a la educación pública. Eso es un anhelo precioso, pero en realidad, ¿se han preguntado qué lleva a decidir a los padres para que más del 70% de los niños estudien en colegios particulares subvencionados? ¿La propuesta de Constitución es suficiente para dar respuesta a esas familias?.

Quien vive en Osorno pudo ver en los últimos días las largas filas, de más de 7 cuadras de extensión, para alcanzar una hora de especialidades en el Hospital Base. ¿Cuán preparado está el sistema público para recibir a más personas? y ¿qué chances tiene la clase media de poder pagar un seguro de salud adicional a la cotización mensual?.

Cualquiera sea la opción que tenga, lo importante es que todos vayamos a votar. Es un deber ciudadano y hoy es más importante que nunca, por amor a Chile.

Sergio Willer Daniel, presidente de la Sociedad Agrícola y Ganadera de Osorno (Sago)