En los últimos días -y a propósito de la franja televisiva- ha tomado fuerza el apellido para las opciones del plebiscito de salida del próximo 4 de septiembre. Ya existe prácticamente un consenso que en caso de ganar el Apruebo se deberán definir algunos cambios, el proyecto es perfectible como lo dijeron los en su momento convencionales y que a poco andar fue aceptado por el Gobierno, que impulsa acuerdos para aplicar pos referéndum.

Es el mismo predicamento que hoy tienen sectores conservadores y la centroderecha. Conscientes que no se puede vulnerar la voluntad ciudadana que en un 80% votaron por una nueva constitución, ya apuran reformas en las leyes para propiciar cambios en la actual Carta Magna. El principal es reducir el quórum para las modificaciones constitucionales de 2/3 a 4/7.

Ahora, la discusión es cuál es el mejor punto de partida, porque el plebiscito permite elegir sobre aprobar o rechazar el proyecto constitucional entregado por los convencionales. Si gana el Apruebo, lo que se sugiere es incluir cambios a lo entregado y de allí que se estén reuniendo los miembros del oficialismo para generar los acuerdos que sean necesarios para el país.

A juicio de ellos están garantizados todos los derechos fundamentales y los temas en controversia tienen fácil resolución.

Desde la otra vereda aseguran que el nuevo texto tiene articulados que no son convenientes para el desarrollo del país. No lo ven como un tema de maquillaje y están dispuestos a aplicar los cambios que espera la ciudadanía pero sobre otra base, que en este caso no es otra que la de 1980 con las reformas aplicadas en 2006.

Por ello, sectores antiguamente intransigentes a cambios constitucionales hoy se abren y aprueban rebajar los quórum y abrirse a los cambios manifestados por la mayoría de la población.

Lo que está meridianamente claro es que en cualquier escenario, tras el 4 de septiembre se hablará de reformas. Ese será el concepto predominante y el detalle de estos tendrá que verse con la altura de miras que apunte al desarrollo armónico del país y a avanzar sobre la unidad como base del desarrollo nacional.

Según cifras del Ministerio de Salud, las personas con diabetes mellitus abarcan un 10% de la población en Chile, lo que significa que 1 de cada 10 chilenos presenta esta enfermedad. Lo anterior, principalmente se debe al incremento de factores de riesgo como el exceso de peso que aumentó a 67% y el sedentarismo que se mantiene en un 89%, cifras preocupantes que desarrollan patologías como la diabetes y sus derivados.

El Técnico en Podología Clínica adquiere un rol importante en cuanto a la prevención, promoción, educación y cuidados que requiere la salud en el pie, principalmente en pacientes que son grupos de riesgo, como los que padecen diabetes mellitus. Su rol es cada vez más importante en la sociedad.

Las patologías podológicas provocan un impacto en la calidad de vida del ser humano, ocasionando dificultad en la marcha, dolor, infecciones y heridas, llegando incluso en casos más extremos a la amputación, cuando no son tratadas a tiempo.

Actualmente encontramos técnicos en podología clínica en centros de salud públicos, consultas privadas, clínicas o centros médicos, lo que permite a las personas acceder de manera más expedita y pronta para recibir el tratamiento correspondiente y no lamentar consecuencias posteriores.

Aquí también juega un rol fundamental la labor de este profesional al educar a la persona sobre su enfermedad y las consecuencias que puede tener al no realizar un buen autocuidado en la salud del pie. Cuando nos referimos al autocuidado, es la acción que genera el individuo de ser responsable de su salud, poniendo en práctica acciones que eviten arriesgar su calidad de vida, evitando así enfermedades o complicaciones.

Es fundamental, además, que la persona que presenta diabetes mellitus ante cualquier afección del pie acuda de forma inmediata a una podóloga para recibir la atención y tratamiento necesario, ya que es el profesional encargado de la salud del pie. No se debe intervenir en casa utilizando productos que pudiesen resultar peligrosos.

En Santo Tomás estamos contentos de impartir esta carrera, ya que la formación actual del Técnico en Podología Clínica en el CFT permite que esté inserto en los equipos de salud, entregando conocimientos, habilidades y valores que lo hacen propio de su rol.

Guissella Yáñez Torres, jefa de carrera Técnico en Podología Clínica CFT Santo Tomás Osorno