Los bomberos son un ejemplo
Ser voluntario es una opción de vida para desarrollar un trabajo desinteresado y para acudir al llamado de quienes requieren de sus servicios. La pandemia de coronavirus y sus efectos en la crisis económica han afectado también las fuentes de financiamiento de la institución.
El Cuerpo de Bomberos es la institución más prestigiada del país, si se considera que a diferencia de lo que ocurre en otras naciones, está formada por voluntarios no remunerados, que restan horas de trabajo o de descanso, con el fin de ayudar a la comunidad.
Se trata de una institución que surge de la voluntad y decisión de la comunidad para proteger la vida y los bienes de los habitantes, inicialmente ante los incendios que destruían viviendas y comercios, pero con el paso del tiempo se ha extendido a todos los riesgos que ocurren.
Bomberos debe atender emergencias como incendios o para rescatar heridos en accidentes de tránsito, hasta situaciones más cotidianas, como alertas de escapes de gas o para ayudar a alguna familia que no puede ingresar a su casa porque olvidó las llaves. Así, cada vez se amplía más la acción de esta entidad y pareciera que se ha vuelto ilimitada, impulsada por el altruismo y la vocación de servicio desinteresada de sus voluntarios, en cada rincón del país.
Ser voluntario es una opción de vida para desarrollar un trabajo desinteresado y para acudir al llamado de quienes requieren de sus servicios, sin hacer distinciones políticas, de credos religiosos o filosóficos, cuestión que constituye un verdadero ejemplo para la ciudadanía, acerca de la necesaria unidad que se requiere para enfrentar situaciones difíciles que nos golpean.
La pandemia de coronavirus y sus efectos en la crisis económica han afectado también las fuentes de financiamiento de la institución, ya que en los últimos años los gastos se elevaron, al tener que enfrentar nuevas emergencias, pero los ingresos se mantienen estables. La institución realiza en diversas ciudades campañas para recaudar fondos, como de la del sobre y la rifa anual en el caso de Osorno, que le permita la adquisición de nuevos equipos y cubrir en parte los gastos de funcionamiento.
Los bomberos chilenos son un ejemplo, aunque con frecuencia deben hacer frente a las incomprensiones de las personas cuando acuden a algunos incendios y sufren agresiones o ataques a los costosos vehículos de trabajo, o porque sus centrales telefónicas se llenan de llamadas falsas que distraen la atención de los voluntarios.