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Los científicos se preparan para buscar el origen de la materia oscura

NUEVA ETAPA. En el Gran Colisionador de Hadrones, donde hace diez años se halló el Bosón de Higgs, se inicia en los próximos días la pesquisa de uno de los grandes misterios de la ciencia.
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Agencias

El Bosón de Higgs fue denominado -cuando sólo existía en la teoría- "Partícula de Dios" porque da masa a todo el resto de partículas elementales que hacen que la vida, los planetas y el universo sean como son y no de otra forma. Por eso el anuncio de su descubrimiento hace diez años hizo historia.

La hazaña científica fue posible por los progresos tecnológicos reunidos en el Gran Colisionador de Hadrones (conocido como LHC) y una estrategia de "competición colaborativa" entre los científicos del Centro Europeo de Física de Partículas (CERN), que después de más de una década buscando el Bosón de Higgs lograron detectarlo con certeza científica en 2012.

Esta partícula elemental era un ingrediente clave en la explicación del origen del universo, pero hasta entonces solo existía en una teoría elaborada por los físicos británico Peters Higgs y belga François Englert, que quedó así corroborada, completando una pieza que faltaba en el Modelo Estándar de la Física.

Partículas fundamentales hay unas cuantas, pero ninguna como la de Higgs, porque sin ella la materia existiría pero no habría masa. Si la masa de un electrón fuera distinta a la que es, los átomos no existirían y nosotros y lo que nos rodea no serían como son, igual que con las partículas que hacen que el sol brille; si su masa fuese distinta este brillo sería más rápido o más lento, cambiando radicalmente la vida sobre la Tierra, explica la profesora de investigación del Instituto de Física Corpuscular en Valencia, Carmen García.

LO QUE falta SABER

Celso Martínez, investigador del Instituto de Física de Cantabria, fue parte del equipo del acelerador anterior al LHC que entre 1989 y 2000 buscó el Bosón de Higgs, sin resultados definitivos, y ahora lleva una década -como otros miles de físicos del CERN y de instituciones científicas alrededor del mundo- estudiando sus características y siguiendo pistas a nuevos hallazgos.

"Esta partícula es muy especial y desde 2012 estamos estudiando en detalle sus propiedades y todas se están cumpliendo conforme lo dice la teoría", comenta Martínez, que es el representante del detector CMS en España.

Martínez recuerda que a pesar de todos sus aciertos el Modelo Estándar de Física (algo así como el modelo más completo del universo) muestra algunos "fallos" y que en el nuevo ciclo de investigaciones que se abre con el LHC no se cerrarán las puertas a otras teorías.

Entre las que se tendrán a mano está la Supersimetría, que abarca el Modelo Estándar, pero plantea diferencias como la existencia de no uno, sino de cinco tipos de bosones de Higgs.

"Entonces estamos intentando buscar si este que hemos visto es uno de cinco o uno de uno", dice Martínez, aunque reconoce que de la Supersimetría "no se ha visto nunca nada".

MáS ENERGIA

Los experimentos en el CERN quieren seguir "desmenuzando" y entendiendo el Bosón de Higgs, pero esta semana empiezan una nueva etapa a más alta energía en la que se espera hacer nuevos descubrimientos sobre otros aspectos del universo que siguen siendo un gran misterio, como la materia oscura.

"Tú me puedes preguntar cómo se busca una partícula que no se ve en el detector, lo que se hace es medir la energía. Yo se cuánta energía tengo de las colisiones de protones y al medir la energía final veo que hay energía que me falta y que va en una dirección, entonces allí se me ha escapado una partícula. Es así como la buscamos en el LHC", explica García.

La materia oscura representa alrededor del 25 % del universo y se le llama así porque no interacciona y no emite luz, así que no se le puede observar directamente, lo que hace que se desconozca su masa. Uno de los objetivos es recrear -al igual que se hizo con el Bosón de Higgs- la materia oscura para estudiarla. Una posibilidad es que sea otra partícula fundamental.

La materia oscura puede compararse a una goma que mantiene unidas a las galaxias. "Nuestra galaxia que está dentro de la Vía Láctea está rotando alrededor del centro pero no rota como si fuera cúmulos de materia, sino de una forma compacta y esa masa compacta es la materia oscura", agrega García.

Tecnología renovada

El Gran Colisionador de Hadrones (LHC) consta, además del anillo subterráneo de 27 kilómetros de circunferencia donde se producen las coaliciones a niveles de energía récord, de dos detectores principales (CMS y ATLAS), donde se leen y seleccionan los datos, que luego son procesados en un sistema informático. El renovado LHC funcionará a partir de la próxima semana a una energía de 13,6 miles de billones de electronvoltios (TeV), para recrear lo que sucedió en los primeros instantes de la creación.

2012 Los científicos del CERN anunciaron el hallazgo del Bosón de Higgs, la partícula que otorga masa al resto de las partículas del cosmos.

27 kilómetros tiene la circunferencia del Gran Colisionador de Hadrones, donde se realizarán los nuevos experimentos.

Una planta que florece cada tres años y que emite olores fétidos se convierte en un atractivo turístico

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El arum gigante es una planta que durante su rara floración desprende un olor fétido, y por ello es conocida coloquialmente como la "planta cadáver", aunque esto no ha supuesto ningún inconveniente para los más de 1.000 visitantes que han acudido al jardín botánico de Gante (Bélgica) para ver a esta especie, una de las más excepcionales de su colección.

Se trata de una planta que necesita al menos 10 años para florecer por primera vez desde el momento en el que se plantan sus semillas y, una vez se marchita esta enorme flor primigenia, no vuelve a florecer hasta al cabo de unos tres años. Así se inicia un ciclo vital que se va repitiendo.

"Nuestra primera flor fue en 2015, después de diez años criándola. Y tres años después tuvimos una segunda flor en la misma planta. Aquí tenemos muchas posibilidades de verla porque tenemos diez plantas de la misma especie", afirma el jardinero Herbert Evrard, encargado de la colección de arums.

Evrard comenta que el florecimiento de un arum gigante "siempre es una atracción para que vengan más visitantes" al invernadero de Gante, y para facilitar este acontecimiento atípico, el pasado fin de semana decidieron abrir las puertas hasta las 21:30 de la noche durante dos días en los que más de 1.000 personas pasaron por el jardín.

"La mayoría de la gente viene por el olor de las plantas. Pero normalmente dicen: '¡creía que sería peor de lo que es!'", asegura el jardinero, que detalla que el hedor del arum cuando florece es para llamar la atención de las abejas y lograr la polinización.

"El olor puedo describirlo como una mezcla de carne podrida y pescado podrido, algo así. Pero es solo el primer día. El segundo día de floración no es tan intenso", aclara Evrard.

Además del olor, otros aspectos que llaman la atención de la flor del arum gigante son, en primer lugar, el tamaño, ya que puede llegar a medir hasta dos metros y medio, y, en segundo lugar, también su figura irregular y alargada, que algunos asemejan con la forma de un pene humano.

De hecho, el nombre científico que recibe el arum gigante es Amorphophallus titanum, lo que significa 'gran falo amorfo' en latín, una vinculación que en el museo universitario de Gante, situado al lado del jardín botánico, han aprovechado para abrir una exposición que ahonda en los entresijos de los genitales masculinos y su concepción en la medicina y la cultura popular del mundo.

Sin embargo, fuera de la calidez de los invernaderos y los museos universitarios, el arum gigante es una especie que, en su hábitat tropical natural, está amenazada por culpa de la tala de los bosques y la creación de plantaciones de aceite en su zona de origen, la lejana isla indonesia de Sumatra.

10 años necesita el arum gigante (Amorphophallus titanum), para llegar a su primera floración, en la cual emite sus famosos olores.