Salud mental: la Región de Los Lagos encabeza la tasa de suicidios a nivel nacional
FENÓMENO. Expertos aseguran que la tendencia histórica ubica a la zona como una de las más sensibles a la problemática, y que inciden diversos factores, especialmente el ambiental y social.
Una década de problemas en salud mental, sin muchas más lecturas. Así se podría describir cómo se ve la región en el Informe de Suicidios de Chile, que comprende lo sucedido entre 2010 y 2019. La zona lidera la estadística a nivel país de punta a cabo.
Según el estudio, al analizar las tasas observadas por región durante todo el periodo, Los Lagos aparece con 16,1 muertes por cada 100 mil habitantes, seguido por Aysén, con 14,7. En la otra vereda está la Región de Tarapacá, seguido por la Región de Antofagasta, con tasas de 8,1 y 8,5 muertes por 100 mil habitantes respectivamente.
En el desglose por tramos se observa que entre 2010-2014 Los Lagos tuvo una estadística promedio de 16,98 muertes por 100 mil personas, en el primer lugar del territorio chileno (661 personas en total), lejos del promedio nacional que llegó a 11,60.
En tanto, en la última parte, 2015-2019, pese a que cae al segundo lugar del ranking (siendo superada escasamente por Aysén), mantiene una alta incidencia de 15,17 (610 personas). Promedio en la década de un 16,06, lo más alto del país.
Estadísticas entregadas por el Ministerio de Salud, en que destaca que "la muerte por suicidio es una problemática de alta relevancia en salud pública, que causa impacto y dolor a cientos de miles de personas cada año en el mundo y contribuye importantemente a los años de vida perdidos por muerte prematura en Chile y en el mundo". Agregando que el objetivo del documento estadístico es "contribuir con una perspectiva epidemiológica desde el levantamiento de datos locales, tanto a las estrategias de prevención del suicidio en Chile y a la implementación del Programa Nacional de Prevención del Suicidio".
Variables ambientales
Tomas Baader, médico psiquiatra y parte de la ONG Alianza Chilena contra la Depresión, que se orienta a la prevención y detección precoz de la conducta suicida, dependiente de la Universidad Austral, dice que las cifras no son sorprendentes, por lo que ha ocurrido históricamente en Los Lagos y Aysén.
"Hay una gradiente de tasa de suicidios en la zona sur, y tiene que ver con factores biológicos y de luminosidad. La luz tiene una influencia sobre el estado de ánimo de las personas. En ese sentido, la luminosidad, sobre todo en la gente joven, tiene un mayor impacto en sus conductas. Nosotros publicamos hace unos meses la relación entre esa curva de suicidios del país y se compararon pobreza con luminosidad y vimos que en los jóvenes entre los 15 y 25 años de edad, las tasas de suicidio eran más altas en relación a una mayor nubosidad u oscuridad ambiental, eso como factor de riesgo", explicó.
Hace hincapié en que también es una variable destacada la mayor ocurrencia de casos en primavera- verano. "Tiene que ver con lo mismo, fenómenos de descontrol o desestabilización de pacientes con trastornos, por ejemplo, los bipolares, quienes muchas veces tienden a descompensarse en periodos de primavera-verano, y eso también tendría razones biológicas".
En el caso particular de Los Lagos, además, hay otro aspecto que tampoco ayuda: el territorio. "Nuestras regiones son las con más ruralidad y dificultad de acceso. Por ejemplo, si alguien tiene algún tema de salud mental, tiene más dificultad de acceder a un apoyo pertinente y adecuado en el tiempo, por la logística".
Consultado por lo que podría haber pasado en estos últimos dos años, con estallido social y luego pandemia, contrario a lo que podría pensarse, Baader aseguró que, "en datos preliminares, las cifras se han mantenido. Se sabe a nivel internacional que en períodos de crisis, los casos de muertes por suicidio tienden a bajar, porque las personas están ligadas a otras temáticas y no se centran en sí mismos y su situación emocional. La incertidumbre que hemos tenido este tiempo, ha hecho que la gente se cohesione más y eso ha funcionado a nivel familiar".
La sicóloga Evelin Pichinao, coordinadora del Centro de Atención Psicológica de la UST, Sede Puerto Montt, comparte este último punto, pero llama a tener cuidado.
"Investigaciones en curso indican que las tasas de suicidio durante la pandemia han disminuido, lo que se puede explicar por el apoyo mutuo que surge entre las personas ante la experiencia compartida de la crisis, fortaleciendo sus vínculos sociales y el sentido de pertenencia", comentó.
Eso sí, deja en claro que "pese a la baja en las tasas de suicidio, hay que estar atentos a las señales de alerta. No tomar medidas de prevención y apoyo a tiempo, podría generar un aumento sostenido en los posteriores meses".
Sobre el por qué de las cifras regionales, argumenta que "el comportamiento suicida es multicausal, nunca ocurre por una sola causa. Hay una serie de factores de riesgo y precipitantes que van empapando la vivencia de la persona".
"Las altas tasas de suicido referidas en la región pudieran estar asociadas al consumo de alcohol y otras drogas, estilos de vida no saludables, las redes sociales y el clima. Esto último tiene asidero en relación con las alzas de suicidio en meses específicos, desde agosto a enero. Este fenómeno estacionario es conocido como La "Primavera Gris", es una temporada del año en donde los factores climáticos influyen en el estado emocional de las personas, ponderando estados emocionales distintos al común de la sociedad. Mientras la mayoría se alegra con la llegada de la primavera, hay quienes la ven de forma negativa", agregó.
Prevención
Con tan drásticas y preocupantes cifras, y considerando que con el clima no hay mucho que hacer, ¿hay algo que pueda depender del trabajo de acompañamiento o prevención?
Según Baader, hay que entender que una cosa son las políticas públicas como el plan nacional de prevención de conducta suicida, que es general y para aplicar en distintos niveles y regiones del país, pero cada región tiene su temática y dificultades, entonces debe haber una política para todos, pero también una política local.
La crítica, eso sí, no está ausente en lo que se puede hacer: "Las seremis de Salud y el plan nacional de salud mental en conductas suicidas tiene un financiamiento paupérrimo de parte del Estado, es decir, no hay apoyo, es marginal comparado con otros programas de salud. Hay muchas cosas por mejorar", aseveró el experto.
En tanto, Pichinao estima que "la prevención y acompañamiento se hacen fundamental. Las muertes por suicidios se pueden evitar, y eso es alentador, pero hay mucho por hacer. Debemos tener claro que mientras más personas puedan abordar el tema, se espera que disminuya su incidencia, por tanto, hay que trabajar en educación y sensibilización, y en su detección precoz".
Ayuda telefónica las 24 horas del día
Dentro de las líneas de acción con las que cuenta Salud Responde, se encuentra la participación activa en el Programa Nacional de Prevención del Suicidio, que cuenta con profesionales capacitados para poder entregar primeros auxilios sicológicos, además de un equipo de sicólogos preparados para realizar acciones de contención frente a ideación o intento suicida. Para estos efectos está disponible el teléfono 600 360 7777.