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"Este gobierno va a invitar a acuerdos y reformas y ajustes a esta Constitución"

A horas de que se disuelva la Convención, el constituyente que escribirá un libro sobre el proceso reconoce que quedaron mejoras por hacer y que al interior "la derecha efectivamente estuvo poco incorporada". Explica además qué se puede entender por plurinacionalidad y defiende que "no trabajamos para ser rechazados por la comunidad".
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Patricio Fernández Chadwick (Colectivo Socialista) vio en primera persona el día a día de la Convención Constitucional sentado en exCongreso Nacional como uno de los 154 que redactaron el documento que mañana será entregado al Presidente Gabriel Boric para que la ciudadanía defina su futuro el 4 de septiembre, aprobándolo o rechazándolo.

Conversador empedernido y observador testimonial de la historia contemporánea latinoamericana, como el proceso de paz colombiano o el adiós de los Castro en Cuba, el fundador del periódico The Clinic y panelista de programas políticos de televisión comienza desde mañana a intentar avanzar más rápido en la redacción de su propio texto, un libro que aún no tiene título, pero cuyo objetivo es registrar lo que se vivió en este año de trabajo constituyente.

"Espero combinarlo con mirar el techo, ojalá mirar el mar o algún infinito con poca gente", dice con la esperanza de bajar un poco la intensidad del trabajo que le demandó, especialmente en las últimas semanas, casi 24/7 de dedicación. Fernández anticipa que de su aventura editorial lo que más le interesa "es la historia viva de lo que ahí fue pasando; más que la historia de las normas, las historias humanas".

-¿Por ejemplo?

-Bueno, un mundo repleto de personajes. Esta Convención fue una reunión de muchísimas historias. Y lo que de alguna manera se vivió acá fue el encuentro de las historias, algunas más dolorosas y rabiosas que otras, y esto se mezclaba con personalidades muy diversas. En este proceso, 104 de los 155 éramos independientes, la mitad eran mujeres, había un porcentaje significativo de diversidades sexuales, gente de todo el territorio, están los escaños. Esa es una de las razones que llevó yo creo a que tuvieran una presencia muy alta en la discusión y en aspectos del texto, porque nunca habían estado en la escena y para muchos fue una impresión encontrarlo.

-Cuando partió el proceso se habló mucho de eso, de que la Convención representaba muy bien la diversidad del país. Pero no era una reunión social o de culturas, sino un grupo que tenía que redactar una nueva Constitución. ¿Cómo cree que se hizo este trabajo?

-Hay que entender que aquí, efectivamente, se tenía que llevar a cabo un texto jurídico, pero también se llevaba a cabo un acuerdo social y eso es lo que le da valor a esta diversidad que es la representación de mundos sociales muy diversos. Yo diría que estuvo muy bien representada social y culturalmente y, más discutible, esa representación en términos políticos, porque políticamente representa la intensidad de un momento. ¿Cómo evalúo el texto? Es un texto que desde ya incorpora las preocupaciones y realidades del Chile contemporáneo, que son de algún modo las preocupaciones también de buena parte del mundo de la actualidad. No es una cosa enteramente privativa de Chile. Estamos en un tiempo de cambio epocal, estamos en un tiempo cultural muy fuerte. Lo que acá vivíamos generó curiosidad e interés a muchísimos lugares del mundo. Ahora, el texto, ¿es un texto acabado?, ¿se incorporan acá, como un ajuste epocal, contemporáneo, los grandes pilares que la Constitución del 80 no contempló?, ¿está listo, limado, perfecto? Yo diría que no. Y esa es la razón por la cual para mí por lo menos me resulta tan importante entenderlo como un comienzo y no como un final; y más importante, que no sea un texto escrito en piedra, sino que sea uno invitando a su enriquecimiento, modificación y perfeccionamiento por la democracia por venir, desde el día mismo en que fuera aprobado, si es que es aprobado.

-Que recién entregado el texto ya se hable de reformarlo o modificarlo, ¿no es demostración de que no se hizo bien?

-Si alguien considerara que una Constitución quedó estupenda, y quedó tan estupenda que

"Llevamos 200 años de República y el pueblo mapuche se ha encargado de decirnos que sigue siendo pueblo mapuche. Si quieres insistir en la ficción de que no hay tal, allá tú, pero yo por lo menos diría que hay suficientes pruebas como para entender que existen concepciones, tradiciones, lenguas, que constituyen unidades y pueblos que resulta muy violento desconocer".