La inacción del Estado
Luego de ocho meses de violenta ocupación de la sede del Instituto Nacional de Derechos Humanos, finalmente fue entregada con daños en su infraestructura, baños rotos, basura orgánica acumulada en los pasillos y muebles destruidos. El organismo cifra en más de cien millones su reparación.
Durante esos ocho meses de ocupación ilegal, el INDH no utilizó las herramientas legales que le permitían el desalojo de un bien público, se abstuvo de intervenir y permitió el vandalismo. Hoy día no hay responsables: ni los violentistas destructores ni los directivos del INDH. Y paga Moya, es decir, nosotros los chilenos con nuestros impuestos. ¿Le parece razonable que se siga destruyendo nuestro país y los responsables se laven las manos?.
Rodrigo Montesinos Vásquez
El dilema tras las 40 horas
En la reciente cuenta pública, el Presidente Boric reafirmó que el Gobierno impulsará la reducción de la jornada laboral de 45 a 40 horas semanales, alcanzando así algo que es una realidad en muchos países.
Si se miran las cifras, Chile figura entre las naciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que más horas trabaja al año, en un rango similar a Brasil, El Salvador, Honduras y República Dominicana (41 a 45 horas) y muy lejos de países como Holanda, cuya jornada laboral alcanza las 29 horas a la semana.
Sin embargo, más allá de los números, es fundamental reflexionar en torno a cómo lograrán las empresas mantener la productividad y el rendimiento sin afectar a sus trabajadores. La respuesta, frente a ello, es una sola: se debe invertir en capacitación para potenciar sus habilidades y fomentar el tan ansiado equilibrio vida-trabajo. Nuestros índices de salud mental han ido en decadencia y esta modificación, mal articulada, podría empeorar esa realidad.
La nueva ley debe impulsar estrategias para la formación de personas más efectivas, mejorando el desempeño de la fuerza laboral y no agobiándola con la presión de ser más productiva en menor tiempo. Más de 3 años han transcurrido desde que se planteó por primera vez la idea. Es de esperar que las organizaciones hayan tenido tiempo para reflexionar en torno a cómo abordar este cambio sin afectar el bienestar de los equipos.
Rodrigo Correa
Inclusión
Actualmente en nuestro país 2.400 personas viven con Esclerosis Múltiple (EM) y se estima que cada año habrán 179 casos nuevos. Chile reconoce que las personas con discapacidad tienen derecho a la accesibilidad universal, así como también a la inclusión social, inserción laboral, su participación política, económica, social y cultural. Es importante que la inclusión no quede sólo en el papel, sino que se vea plasmada en acciones concretas y oportunas para potenciar el desempeño de todos.
Sin embargo, se ha podido visualizar que a pesar de los grandes esfuerzos individuales por superar los síntomas de esta enfermedad, el ambiente en que nos desenvolvemos, en ocasiones no facilita su participación e inclusión dentro de la sociedad.
Nuestro sistema de transporte público está colapsado, con escasa opción de sentarse y descansar, los traslados de larga duración, jornadas de trabajo extensas, veredas en mal estado para deambular, entre tantas otras barreras, que pueden limitar la participación en la comunidad.
Por lo tanto, es necesario cuestionarnos, ¿cómo podemos pensar en su plena inclusión en la sociedad frente a tantos obstáculos externos?.
Paulina Del Solar, académica de la Escuela de Terapia Ocupacional, U. de los Andes
Una oportunidad inmejorable
No han sido fáciles los primeros meses del mandato de Gabriel Boric. Una serie de factores políticos, económicos y sociales han resentido profundamente la confianza ciudadana en su Gobierno, así lo demuestran encuestas como Cadem o Pulso Ciudadano.
Por ello, no es de extrañar que la cuenta pública ante el Congreso haya sido particularmente importante, ya que se transformó en una inmejorable oportunidad para comunicar a la ciudadanía sus principales proyectos y desafíos, pero sobre todo para mostrar un liderazgo que hasta la fecha ha estado escondido.
La cuenta se articuló sobre 5 pilares centrales: derechos sociales, una mejor democracia, justicia y seguridad, crecimiento inclusivo y medio ambiente. El análisis del discurso permite apreciar claramente cuál es la hoja de ruta del ejecutivo para estos próximos 12 meses y el acento en los temas centrales ya indicados nos lleva a sostener que efectivamente se está haciendo cargo de muchas de las actuales inquietudes de la ciudadanía, especialmente en lo relacionado con la inseguridad ciudadana y la migración descontrolada (más de un millón de migrantes en los últimos cinco años).
Sin embargo, estos anuncios deben concretarse y ser percibidos como reales por la ciudadanía, de lo contrario poco o nada de valor tienen. Sin una economía estable y que dé señales inequívocas de recuperación, cualquier medida, especialmente las que apuntan a satisfacer derechos sociales, no podrá llevarse a cabo, lo que podría generar un alto costo político al Gobierno.
Jorge Astudillo Muñoz académico Facultad de Derecho U. Andrés Bello, sede Viña del Mar
Cicloturismo, un desafío
En el Día Mundial de la Bicicleta, imposible no referirme al cicloturismo. Esta es una actividad muy consolidada en los países que tienen un desarrollo turístico importante; acá estamos partiendo. El aumento en los traslados en bicicleta, tanto urbanos como interurbanos, permite conocer lugares donde el bus no te deja, tomarse tu tiempo, disponer de tu propia planificación, llegar a espacios y compartir con personas que en el auto no lo harías.
El cicloturismo cobra cada vez más importancia en todas sus modalidades y, como país, no podemos quedar atrás. Es cierto que a nivel de macrocifras no aporta tanto, no es un tour cerrado, con grandes gastos que luego podamos mostrar como logros, pero sí es una actividad que aporta mucho al desarrollo local, tiene bajo impacto en ruido, en contaminación, en polvo, permite parar y conversar, permite conocer lugares.
Es un gasto turístico pequeño, pero altamente democrático, llegando a lugares donde el turismo tradicional no llega.
Pablo Rebolledo