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El cultivo de papas diminuye por altos costos en la producción

AGRO. A ello se suma el bajo precio del tubérculo en el mercado, además de presentar una menor demanda. Los insumos como agroquímicos y fertilizantes, entre otros, no compensan el precio de venta, por lo que los agricultores viven un complejo momento, con escasas alternativas de apoyo para el negocio.
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Paola Rojas Mendoza

Un producto que está presente a diario en las mesas de la zona es la papa, en distintas preparaciones y de diferentes variedades, pero últimamente presenta un bajo interés en la intención de cultivo, debido a los altos costos de producción, tanto por insumos como por logística.

A estos factores se suma el bajo precio que tiene en el mercado, donde también llama la atención que es uno de los pocos alimentos que no presenta alzas, como por ejemplo el pan o el aceite.

El gerente general del Consorcio de la Papa, Luis Miquel, señaló que la entidad advirtió esta situación desde hace bastante tiempo, con cultivos de papa que se han ido profesionalizando, por lo que los rendimientos por hectárea, que si bien en superficie han bajado, al utilizarse mejores semillas, con mejores manejos y variedades, han subido considerablemente.

"Esto implica un aumento en la disponibilidad de la papa en un mercado que es finito, porque el mercado chileno, lejos de aumentar su consumo per cápita de papas frescas, lo ha ido disminuyendo sostenidamente y ha ido incrementando el consumo de papa procesada, por lo tanto, lo que sucede para nosotros no es una sorpresa", manifestó.

El gerente del Consorcio de la Papa agregó que las actuales condiciones de este rubro son completamente distintas a las que existían hace un año atrás y más aún a las de 2019, por lo que la intención de plantación es mucho más baja.

Esto se traduce en que hace 10 años atrás se plantaban 50 mil hectáreas de este tubérculo, mientras que actualmente son alrededor de 32 mil hectáreas.

No obstante, la producción ha crecido en un promedio de rendimiento en secano de 30 a 50 toneladas, y con riego de 50 a 70 toneladas o más, por lo que existe una compensación entre estos dos factores.

En cuanto a las proyecciones de plantación para este año, Miquel indicó que surgieron variables que no tienen solución por parte de los agricultores, donde en primer lugar los costos de producción que existen hoy en día son muy altos, ya que los fertilizantes y agroquímicos muestran un alza sin precedentes.

"Estamos hablando que pasó de 350 dólares a 1.300 y fracción de dólares por hectárea. Esa es una diferencia de costos que hay solamente en ese ítem, porque hay que agregar otros factores, como el costo del dinero, porque las tasas de interés para los capitales de trabajo han subido enormemente, se han restringido los accesos, por lo tanto, el productor que no es profesional en este tema, creo que no se arriesgará a plantar, sería muy poco sabio hacerlo", expresó.

Los precios muy bajos que se han registrado este año no permitieron que los productores puedan reponerse, sino que aún están cubriendo los costos directos que tuvieron el año pasado.

"Cubren lo que gastaron el año pasado, pero no alcanzan a comprar los insumos que tendrían que comprar este año y eso les produce una descapitalización enorme, porque tienen que cuidar el crédito y este último está muy caro", dijo.

Miquel comentó que además los créditos están siendo restringidos por efectos de la pandemia, en un momento en que además los agricultores no están manejando todos sus flujos para contar con la solvencia para recuperarse.

Además de ello, se suma la incertidumbre sobre lo que sucederá a mediano plazo.

"Estamos en una situación muy crítica respecto de las políticas del sector agrario, de lo que se espera en cuanto a la comercialización y de la delincuencia. Este año los robos de agroquímicos, que han subido tanto de precio, son pan de cada día, siendo robos millonarios que dejan al agricultor, que lo ha comprado con mucho esfuerzo y muchas veces con crédito, casi en la calle", concluyó.