Cuando la pandemia de covid-19 aún continúa afectando la vida de las personas, aunque en menor grado que cuando apareció la enfermedad, a inicios del año 2020 en nuestro país- una nueva patología inquieta a las autoridades sanitarias. Se trata de la viruela del mono, de la que poco se sabe, pero dada la alarma mediática surgida en torno a este tema, conviene estar alertas y preparados.

De hecho, la semana pasada la Subsecretaría de Salud Pública emitió una alerta epidemiológica a todas las seremis de Salud del país, con el objetivo de coordinar la vigilancia que se activó ante la eventual aparición de casos de viruela del mono, debido al brote reportado en al menos 11 países. El documento, que también llegó a La Araucanía, entrega las directrices para abordar la sospecha, investigación y manejo de los posibles casos que pudieran aparecer en el territorio.

¿Pero qué es la viruela del mono? Se trata, en términos simples, de una enfermedad provocada por un virus, que de forma inicial se presentó en simios y otros animales, pero posteriormente se transmitió a las personas (zoonosis viral), sumándose, posteriormente, la transmisión comunitaria. Ahora, las formas de transmisión de este virus se hallan en el contacto directo con fluidos corporales, sangre o con lesiones del cuerpo del animal infectado o por mordedura del mismo animal. Aunque también puede existir contagio entre personas por gotitas respiratorias (al toser, estornudar por ejemplo), o tomar contacto con zonas que están infectadas, por ejemplo la piel de una persona o fluidos corporales a través de las relaciones sexuales", explica la doctora Carla Concha, infectóloga y académica de la Universidad Mayor.

Y si bien la especialista explica que la mayoría de los casos evolucionará de manera leve, sin embargo, algunos más graves pueden derivar en compromiso respiratorio o del sistema nervioso central.

Y si bien en nuestro país no se conocen casos de esta enfermedad, es necesario que la comunidad continúe manteniendo medidas preventivas, ya conocidas y puestas en práctica tras la llegada del covid-19, en el sentido de que la prevención y la adopción de conductas responsables ayudan a evitar el contagio no solo de Sars-CoV-2, sino de otras patologías.

El Gobierno Regional de Los Lagos junto a la Universidad de Los Lagos, como resultado de un convenio de colaboración forman parte de la secretaría ejecutiva de un "Pacto para una Región Sostenible e Inclusiva", una iniciativa que reúne a ocho mesas de trabajo en áreas productivas de relevancia para nuestra región: Salmonicultura, Miticultura, Turismo, Pecuario, Silvicultura. Agricultura, Construcción y Transporte Marítimo Naviero.

La vocación regional y compromiso con el territorio, nos impulsa a generar alianzas y relaciones con actores estratégicos que contribuyan al desarrollo sostenible e inclusivo. Este pacto es parte de esa labor permanente de instituciones del Estado para visualizar y generar acciones que configuren un mayor crecimiento y bienestar a la población, con énfasis en desafíos actuales que involucran, la sustentabilidad, el cambio climático, la competitividad, la cooperación publico privada y la innovación. Todo ello, en armonía al bienestar e inclusión de la comunidad local.

El pacto busca consolidar de manera articulada procesos que faciliten un equilibrio entre las áreas productivas, la conservación de la naturaleza y su uso responsable, como un sello característico de nuestra región. El pacto es transversal al desarrollo, potenciando acciones integrales y coordinadas entre todos los actores involucrados, para adoptar prácticas sostenibles, amigables con el medio ambiente y calidad de vida de los habitantes de la región.

Un pacto que busca establecer los principales desafíos de nuestra Región, generando acuerdos entre la industria, servicios públicos, universidades, centros de investigación y organizaciones de trabajadores, generando acciones y compromisos en un plan de trabajo que potencia la articulación, desplegando un modelo de desarrollo sostenible con un enfoque territorial de políticas públicas. Ello es posible, si avanzamos sumando las capacidades existentes en la región para concurrir a un pacto para el desarrollo regional, que reconozca las brechas y nudos críticos existentes en cada sector productivo, y así, generar políticas regionales que los fortalezcan. Un acuerdo que impacte en el desarrollo económico de la región y se preocupe de los riesgos sociales, económicos y ambientales.

Óscar Garrido, rector Universidad de Los Lagos