Mala señal del Gobierno
Dicen que la historia no se repite, pero rima. Hace 50 años vimos cómo nuestra clase política fracasaba y hoy vemos que la incapacidad de la actual nos conduce con vertiginosa velocidad a una nueva ruptura de la democracia y pérdida de la paz.
Así también, cuando observamos las acciones y declaraciones de los líderes de los grupos violentistas que operan en el país, en especial de los líderes de grupos mapuches más radicalizados, entendemos que hace rato le declararon la guerra al Estado chileno. Y ahora, a raíz de la remoción del jefe de la Defensa Nacional del BíoBío, contraalmirante Jorge Parga, y las interpretaciones que se pueden deducir de esa desafortunada decisión, me recuerda una frase menos conocida de Clausewitz:
"Una guerra en la cual las victorias solamente sirven para parar los golpes y donde no hay ninguna intención de devolverlos, sería tan absurda como una batalla en la cual la defensa más absoluta (la pasividad) prevaleciese en todas las partes y de todas maneras".
Reinaldo Reinike
Arturo Prat, un héroe para hoy
Lo reconozco, Arturo Prat es uno de mis héroes favoritos. Asumo que puede quizás ser una opinión muy sesgada y parcial frente a otros personajes patrios tan o quizás más relevantes que el mismo, como lo pueden ser un O'Higgins o Carrera. Pero que dadas sus propias biografías o de lo que hicieron resultan también ser personajes muy complejos y contradictorios. Pero Prat, quizás con una biografía más sencilla y ordinaria, se revela como un personaje más prístino y coherente.
Ante un nuevo aniversario que conmemora su temerario acto del 21 de mayo, justo es decir que dicha acción también ha eclipsado lo que fue su existencia en vida, es decir, adentrarnos más en su humanidad que en su sacrificio.
Está demostrado que Prat en su corta vida fue un hombre ético y honesto, con un sentido del deber y de servicio público quizás imposible de entender hoy. Vivió de manera muy sencilla y austera. Un hombre corriente que se convirtió en héroe bajo circunstancias extraordinarias, sin haberlo deseado ni buscado, arrastrado por la ola de la historia como a tantos otros. Como abogado de profesión ofició sus servicios en innumerables ocasiones para defender a muchos de sus compañeros de armas en las cortes marciales, incluso ante las infracciones más mínimas. Y ello con mucho celo y preocupación por ellos.
Será en su epistolario -principalmente en sus cartas a su esposa Carmela Carvajal- donde se revela quizás la fibra más íntima de su humanidad. No solo por las vicisitudes, temores y anhelos que a diario lo embargan, sino especialmente, de su inmenso amor y celo que expresa por su familia; desde la profunda nostalgia de extrañarles hasta de ocuparse de los mínimos menesteres del hogar desde la distancia.
Frente a toda la contingencia política y pública que vive el país, con una nueva y protagonista generación de jóvenes que parecen haber logrado "asir el futuro por las astas" abriendo el cauce de nuevos tiempos históricos, pero también envuelta muchas veces con cierta presunción de que el pasado es irrelevante y que la historia parece comenzar con ellos (aunque a decir verdad la historia logra la mayor de las veces siempre imponer sus propios derroteros y avatares de forma inédita, inesperada e impensada), no es aventurado afirmar que la figura de Arturo Prat Chacón aparece como un referente oportuno y aleccionador para nuestros tiempos. No en el sentido de endiosarlo como es ya lo habitual en estas fechas, sino más bien en reparar en su propia vida pública ejemplar. Lo que hace que su trascendencia histórica se enaltezca aún más.
Siempre se ha enseñado en nuestras escuelas rememorar a Arturo Prat por su inmolación y lo que significó para el país. Quizás ya sea bueno comenzar a recordarlo no por la forma en que murió, sino por cómo vivió.
Aldo Fredes Gallardo, director del Centro de Estudios Latitud Patagonia, Universidad San Sebastián
Un estado regional
El proyecto de nueva Constitución contempla dentro de las normas ya aprobadas por el Pleno la consagración de una forma de Estado Regional. ¿Qué significa esto?.
Hasta ahora Chile había sido un Estado Unitario complejo, con una progresiva descentralización, pero donde las regiones no dejan de ser una división administrativa. Sin embargo, la forma de Estado Regional es algo distinto, ya que está dotada de competencias legislativas para dictar normas, tiene una serie de potestades políticas y autonomía financiera. Las regiones tendrían un órgano legislativo y ejecutivo propio, que sería el gobernador o gobernadora regional y la Asamblea Regional.
El borrador del texto constitucional define a las regiones autónomas como "entidades políticas y territoriales dotadas de personalidad jurídica de derecho público y patrimonio propio que gozan de autonomía para el desarrollo de los intereses regionales, la gestión de sus recursos económicos y el ejercicio de las atribuciones legislativas, reglamentarias, ejecutivas y fiscalizadoras, a través de sus órganos en el ámbito de sus competencias con arreglo a lo dispuesto en la Constitución y la ley".
Así, además se establece que las regiones estarán dotadas de autonomía política, pero que en ningún caso ello puede atentar contra el carácter único e indivisible del Estado de Chile, ni permitirá la secesión territorial.
Esta nueva forma de Estado propuesto en el texto constitucional da cuenta de una necesidad no solo política, sino también económica. El 2009 se consignaba en un informe de la OCDE que Chile era uno de los países más centralizado de la organización, donde la mayor parte de la inversión pública y privada se decidía a nivel central. Esa concentración precisamente generaba desigualdad regional y frenaba el desarrollo país.
La configuración de un Estado Regional permitiría contrarrestar la tendencia a centralizar inversiones lo que, acompañado de un mecanismo de solidaridad regional, impulsaría un desarrollo más inclusivo. Además, permitiría una distribución del poder más profunda y vertical, que es un elemento elemental para las democracias modernas.
Priscilla Brevis, académica de la carrera de Derecho, Universidad de Las Américas Sede Concepción
Abdicación de centroizquierda
En 50 años más se escribirá cómo fue que la centroizquierda abdicó ante la izquierda radical.
Gonzalo Figueroa