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Boric y su complejo momento
Hace cerca de 100 días Gabriel Boric asumió la presidencia de Chile, rodeado de ovaciones y esperanzas de cambio. En su discurso inaugural, el nuevo mandatario, además de homenajear a Allende, mostró sus dotes de oratoria y se expresó refinadamente frente a los chilenos, lleno de optimismo y buena voluntad, pero también con moderación en lo que concierne a los plazos de los cambios que tendrían lugar en su gobierno. Se trató de una aproximación discursiva moderada que distó mucho de la narrativa expresada por él mismo en la primera ronda de las presidenciales.
A pesar de dicha moderación, las expectativas relativas a los cambios que tendrían lugar en el nuevo gobierno, sobre todo las de los partidarios de Boric, ya habían sido creadas. Es más, el actual presidente, quién para sus seguidores encarnó la primera posibilidad de un cambio real en Chile desde el régimen militar, iba a gobernar en una etapa crucial de la historia del país, a saber: un momento constituyente que, según sus defensores, sentaría las bases de un nuevo Chile. Sin embargo, era evidente que para Boric sería difícil satisfacer las expectativas de sus seguidores, promover la moderación, al mismo tiempo que consolidar la gobernabilidad.
Actualmente, el gobierno ha estado marcado por errores políticos, conflictos internos y baja aprobación. Según Pulso Ciudadano, el presidente posee un 24,2% de aprobación. Según Cadem, un 62% de los chilenos cree que Chile avanza por un mal camino. ¿Era predecible este escenario antes de que Gabriel Boric llegase a la presidencia?. Sin duda.
La primera razón es económica. Chile es una economía altamente dependiente del sector externo. Por ende, la pandemia ha contribuido fuertemente al alza de los precios; el retiro de dinero de las APF (factor interno) también; mientras que la guerra en Ucrania empeoró esta situación. En tal sentido, era difícil imaginar que el nuevo gobierno resistiese incólume la crisis. Asimismo, para llevar a cabo los cambios prometidos se necesita dinero y, por mucho voluntarismo que se tenga, Chile no está ni estaba en condiciones de financiar muchas de las promesas que Boric hizo en su campaña. Un ejemplo de esto es la actual posición del presidente frente al CAE y el quinto retiro de las AFP.
La segunda razón tiene que ver con la posición del presidente dentro de su coalición. Boric fue expulsado públicamente de Izquierda Autónoma (2016), fue criticado tras el acuerdo por una nueva constitución (2019) y hasta el día de hoy, parte de su sector lo tilda de 'amarillo'. A esto se le suman los desacuerdos que ha tenido con Daniel Jadue. En tal sentido, la mayor oposición a Boric se ha encontrado dentro de su propio sector.
La tercera razón tiene que ver con la experiencia en gobernanza. Si bien tenía experiencia política, no tenía gobernando. Esto puede ser ilustrado por el caso Siches, el incidente con el Rey de España o el caso de la primera dama.
Con todo, Boric asumió la presidencia en un contexto complejo tras haber avivado irresponsablemente las expectativas de la ciudadanía. Por ende, ¿qué esperaban sus seguidores? ¿Qué el presidente abriera las alamedas para que pasara el hombre libre con el fin de construir una sociedad mejor? Sinceramente, espero que no.
Dr. Sebastián Rumie, académico Escuela de Gobierno y Comunicaciones UCEN
Cobro de "peaje" en protesta
Una cosa es manifestarse y exigir demandas justas, como mayor seguridad en las vías del país, y otra es cortar la principal ruta nacional y más aún pedir plata a modo de peaje a los automovilistas para que puedan pasar.
Los contratistas forestales que tienen tomada la Ruta 5 no hallaron nada mejor que pedir dinero a los conductores, a modo de peaje ilegal, para dejarlos circular. El aprovechamiento brota como el agua de una vertiente del chileno y desvirtúa cualquier demanda justa. Me parece un abuso y una sinvergüenzura, que sólo muestra la calaña de personas que son. Lo peor es que no hay autoridad para frenar esta situación.
Miguel Bernales
Aliadas en el lenguaje
Sabemos que el ambiente juega un papel muy relevante para estimular el desarrollo del lenguaje en los primeros años. Y una de las figuras más significativas en el entorno de un niño, es la madre. El estrecho contacto con mamá, permite que ella se convierta en una de las personas clave que sustenta los dos pilares que promueven el desarrollo lingüístico: generar oportunidades de experiencias comunicativas y proveer modelos. Mamá, entonces, es nuestra primera "compañera de conversaciones"; nos enseña palabras, hace preguntas, nos muestra el mundo a través de su relato.
Parece algo tan simple, sin embargo, es fácil que las horas del día se vayan entre quehaceres, responsabilidades y distintas tareas cotidianas. Esto disminuye las posibilidades de intercambio y, en su lugar, otras situaciones reemplazan el rol de interlocutor con los niños, como la televisión y la pantalla del celular.
Aprovechar las distintas rutinas del día para hablarle a los hijos, es la primera oportunidad de experiencia comunicativa que se puede entregar. Hablar con los hijos sobre aquello que está en su foco de atención, aumenta mucho más las posibilidades de aprender nuevas palabras y mejorar la estructuración de oraciones.
El proceso de adquisición y desarrollo del lenguaje, si bien, se relaciona con factores biológicos individuales, encuentra sus aliados en el ambiente para alcanzar las mejores oportunidades de desempeño. Y la aliada por excelencia será la madre.
Gisella Malatesta, académica Fonoaudiología U. Andrés Bello
Valores de la tradición chilena
En relación con los desvaríos de la Convención Constitucional que con su idea de la plurinacionalidad pretende destruir a la nación chilena, leyendo un discurso que pronuncié durante el año 1999 -y rogando perdonar la autoreferencia- encontré el siguiente párrafo:
"Al llegar a este punto me parece pertinente recordar aquel pasaje del Evangelio que dice: No tengan miedo de los que les puedan matar el cuerpo; sólo teman a quien les pueda matar el alma. Es por ello que el mayor peligro actual es el cambio cultural, que va penetrando, corrompiendo y cambiando la sociedad, ya sea consciente o inadvertidamente. Y esto es así, porque si el cambio cultural consigue que se olviden aquellos valores esenciales de la tradición chilena, aquellos valores que han ido formando a nuestra nación; si consigue que la moral de la sociedad tome rumbos distintos de aquellos que hemos recibido; si llega a cambiar nuestra forma de ser y nuestro modo de reaccionar; en vez de un ciudadano amante de su patria, nos encontraremos con un individuo sin voluntad y sin coraje, dispuesto a la resignación y a la entrega".
Adolfo Paúl Latorre