La conducción y el uso de drogas
Son varios los especialistas que coinciden en que la gente no está al tanto de los verdaderos riesgos que corre, para sí misma como para un tercero. La conducción bajo los efectos de las drogas también se da entre los automovilistas y sobre todo en los más jóvenes.
De acuerdo con un estudio reciente de la Comisión Nacional de Seguridad en el Tránsito (Conaset), si bien es cierto es el alcohol el que tiene mayor presencia en las tragedias de las calles y carreteras, cada vez toma más presencia la conducción bajo los efectos de las drogas.
Los accidentes de tránsito bajo la influencia del alcohol o en estado de ebriedad suelen tener una amplia cobertura noticiosa. Sin embargo, hay otras sustancias que son igual de peligrosas a la hora de manejar, pero respecto a las cuales la población todavía no toma real conciencia. Es el caso de la marihuana, cada vez más extendida en nuestro país y en el mundo, cuyas consecuencias al volante pueden ser nefastas.
En Chile, la Asociación Médica para la Prevención ha dado una voz de alerta la semana pasada al decir que "conducir después de haber consumido marihuana es tan peligroso como hacerlo después de haber ingerido alcohol, porque el consumo afecta la capacidad de tomar buenas decisiones, baja el tiempo de reacción y pone más lentos los reflejos, por lo que implica un peligro cuando hay cualquier actividad que puede poner en riesgo la vida de otros".
Los especialistas coinciden en que la gente no está al tanto de los riesgos que corre, para sí misma como para un tercero. Por eso, alertan a los conductores.
Son frecuentes las quejas de los usuarios de algunas líneas de locomoción, cuando señalan que los choferes muestran signos notorios de haber consumido alguna droga, por lo que circulan a alta velocidad o se muestran excesivamente irascibles. En ocasiones, éstos admiten en la privacidad que lo hacen para enfrentar jornadas extenuantes y una alta competencia para cortar más boletos.
Sin embargo, la conducción bajo los efectos de drogas también se da entre los automovilistas y sobre todo en los jóvenes, cuestión que no puede soslayarse, por lo cual es necesario en forma periódica ir revisando la legislación y adecuarla a las nuevas situaciones, junto con adoptar las medidas preventivas para evitar accidentes que cobran vidas y dejan lesionadas a muchas personas, y acentuar la fiscalización en las calles y carreteras.