Lluvia acumulada en primer trimestre del año superó promedio histórico
CLIMA. Se contabilizaron 197 milímetros (mm), superando los 162,4 mm establecidos en este mismo lapso para un año normal, alcanzando un superávit en enero y marzo. Expertos coinciden en que es parte de la variabilidad interanual y no cambiará la tendencia a largo plazo.
Durante el primer trimestre del 2022, la provincia de Osorno vivió una temporada marcada por el alza de precipitaciones, superando los registros del año pasado y los valores normales establecidos por la Dirección Meteorológica de Chile.
En enero, el agua caída -de acuerdo con datos de la Estación Cañal Bajo- alcanzó los 80,6 milímetros (mm), lo que representa un incremento de 65,5% respecto a los 48,7 mm de ese mismo mes en un año normal. Mientras en febrero hubo un déficit de 37,85%, debido a que las precipitaciones fueron de 37,6 mm sobre la base de los 60,5 mm estipulados, lo que cambió nuevamente en marzo cuando se contabilizaron 78,8 mm, un 48,12% más que el promedio de 53,2 mm.
"Marzo cerró casi con 79 mm, debían caer 53 mm en un año normal, hay cerca de 30 mm de excedente en las precipitaciones. Eso se debió, principalmente, a sistemas frontales que pasaron más de lo normal por la zona sur en ese mes", indicó Nelson Varas, meteorólogo de turno de la Dirección Meteorológica El Tepual.
En total, el acumulado de los tres meses llegó a 197 mm, sobrepasando los 162,4 mm de lo regular a la fecha. La diferencia fue aún más marcada con relación al año anterior, ya que en 2021 el informe evidenció que cayeron 17,2 mm en enero; en febrero, 10 mm y en marzo 14,4 mm.
La Niña
Pese a la gran cantidad de precipitaciones registradas, el meteorólogo explicó que es una situación que se encuentra dentro de lo normal y que irá declinando durante los próximos meses.
"El primer trimestre de este año la lluvia fue mayor que el año pasado, no obstante, ahora en los tres meses que vienen estará por debajo de lo normal, motivado principalmente al fenómeno de La Niña", precisó.
Varas explicó que "La Niña" está asociada con un déficit hídrico, sobre todo en la zona central del país, pero aún no está muy claro su impacto en el sur.
"Eso es lo que ocurre normalmente en años donde hay este fenómeno, hay disminución en las precipitaciones, además las mínimas tienden a estar bajo lo normal", agregó.
Pronósticos
Sumada a la opinión del meteorólogo de El Tepual, profesionales coinciden en que lo ocurrido durante este trimestre obedece a un factor puntual, que no impactará significativamente el escenario en la zona sur en un futuro.
"Es parte de la variabilidad interanual del clima. Este año la condición de variabilidad permitió que el agua caída esté en condiciones de superávit. Esto no cambia la tendencia de largo plazo de disminución de las precipitaciones en el sur de Chile, debido a las perturbaciones generadas por el calentamiento global", explicó Rodrigo Bravo, investigador y encargado de la Red Agrometeorológica del Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (Inia) Remehue.
En cuanto al panorama para los agricultores, agregó que las condiciones meteorológicas de las praderas en el inicio del otoño han sido buenas, por lo que al término de la época estival no han tenido problemas. "En el invierno, el factor limitante de variabilidad climática es, principalmente, la temperatura, y no la falta de agua. Se espera que este invierno la condición no varíe en forma significativa", remarcó.
Sobre este punto, el académico el Instituto de Producción y Sanidad Vegetal de la Universidad Austral de Chile (Uach), el doctor en Ciencias Agrarias, Patricio Sandaña, comentó que "este nivel de superávit ayudará un poco, pero hay que tener en cuenta que en los meses de primavera-verano (octubre-febrero) de ambas temporadas 2020-2021 y 2021-2022 existió un fuerte déficit hídrico. Por lo tanto, cultivos de verano como la papa y las praderas se vieron fuertemente afectados".
Respecto a los pronósticos de este año, Sandaña consideró que es difícil saber qué ocurrirá en los próximos meses, pero espera que en otoño-invierno no existan déficit hídricos, ya que la demanda atmosférica es mucho menor, "por lo tanto, la evapotranspiración de praderas se reduce notoriamente. La preocupación es en primavera-verano, donde se ha visto que en las últimas 10 temporadas (2012 al 2022), solo en la 2016-2017 no se produjo déficit, mientras que en el resto fluctuaron entre -11 y -57% en el agua total caída entre octubre y febrero".
"Esto no cambia la tendencia de largo plazo de disminución de las precipitaciones en el sur de Chile, debido a las perturbaciones generadas por el calentamiento global".
Rodrigo Bravo Investigador del Inia
78,8 mm de agua caída contabilizó la Estación Cañal Bajo durante marzo, muy por encima de los 14,4 mm reportados en 2021.