Correo
Embajadas de consuelo
Aunque algunos dicen que ciertos candidatos derrotados en las urnas fueron designados embajadores como premio de consuelo, creo que los que dicen que no es así tienen razón, pues en muchos casos el premio de consuelo habría sido ganar la elección.
José Luis Hernández
Brújula para el Gobierno
Ofrezco de todo corazón al actual gobierno un pequeño presente virtual… una brújula.
José Manuel Caerols
Una hora no es suficiente...
El planeta está en crisis, una crisis que se arrastra hace años y que fue silenciosa durante mucho tiempo, hasta que llegó a su punto más álgido y recién ahí nos dimos cuenta del verdadero daño que le hemos provocado. El cambio climático es una señal clara de que debemos realizar acciones concretas en esta materia y la "hora del planeta" es una de ellas, una de las campañas más nobles, puesto que invita voluntariamente a desconectarse del consumo, ya sea energético o de otros recursos naturales, tomando una pausa para valorar que el agua, el gas y la electricidad, son limitados y cuestan más que sólo dinero.
Este momento del año es el llamado de atención y renovación del compromiso de ayudar, aunque efímeramente, desenchufando todo para meditar sobre nuestras acciones. Es más que un servicio a la comunidad, este es un voto de retribución y responsabilidad personal y comunitaria. Un momento que no es suficiente y que queda a criterio si se renueva con mayor frecuencia para tomar acción sobre cómo estamos impactando negativamente en la madre tierra.
Crear concientización es el principal objetivo de la hora del planeta, porque siendo honestos, se necesita mucho más que una hora para generar un impacto realmente grande, pero son las intenciones las que valen y darle un pequeño descanso a la tierra, a través de la desconexión de aparatos tecnológicos, siempre será necesario. Probablemente, en un futuro cercano tengamos que realizar muchas más "horas del planeta" al año para así seguir aportando en la lucha contra el cambio climático.
Ignacio Blanco, ejecutivo de Televisión de LG Electronics
Día del Agua y la constituyente
Este Día Mundial del Agua nos hace pensar en la centralidad de una "agenda común". El secretario general de las Naciones Unidas hace un llamado a la solidaridad global que permita ver lo común como esencial para la supervivencia del planeta y los seres que lo habitamos. Recientemente, el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) alertó que el cambio climático generará impactos irreversibles en las personas y los ecosistemas, y puso énfasis en que esta es la década clave para evitar los peores impactos del calentamiento global. Esta "agenda común" nos transmite un sentimiento de urgencia para atajar la triple crisis causada por la disrupción climática, la pérdida de biodiversidad y la capacidad destructiva de la polución de nuestro planeta. Pero no basta con una acción urgente, la visión ha de ser de largo plazo con una decidida participación intergeneracional guiada por la centralidad de los derechos humanos. El rol de la Convención Constituyente en Chile es, en ese sentido, esencial para renovar el "pacto social", la manera en la que el Estado y los ciudadanos se relacionan en temas tan cruciales como sus recursos naturales, siendo el agua un bien esencial que afecta de manera tan central nuestra calidad de vida.
El abastecimiento y calidad del agua dulce permite o limita de manera contundente las actividades sociales y económicas. Sin embargo, 2.200 millones de personas viven sin acceso a agua potable en el mundo. Sin acción decidida, se prevé que los efectos del cambio climático incrementen esas cifras en 2050 a cerca de 4 mil millones, situación que afectará de manera desproporcionada a las poblaciones y regiones del planeta más vulnerables. En Chile, la inseguridad hídrica preexistente impide que más de 250 mil personas tengan acceso al agua potable, a lo que podría sumarse un racionamiento del suministro en algunas zonas del país, si se mantienen las condiciones de sequía que ya llevan 13 años.
En este contexto, el proceso constituyente es una oportunidad única de generar un marco jurídico que asegure el desarrollo presente sin comprometer el de las generaciones futuras. Chile no está sólo en la tarea de crear la estabilidad jurídica necesaria en el tema del agua, más del 75% de los textos fundamentales del mundo reconocen asuntos ambientales en diversos grados.
El Sistema de las Naciones Unidas en Chile presenta hoy el documento "Constitucionalismo Ambiental en América Latina: Recomendaciones para Chile" con el fin de contribuir a la discusión constitucional.
Las principales recomendaciones plasmadas en el texto son: (I)Transversalizar a lo largo del texto constitucional el medioambiente como parte fundamental de la vida humana, definiendo responsabilidades y obligaciones en temas ambientales. (II) Explicitar la protección de la naturaleza en las bases de la institucionalidad a través de la inclusión de principios ambientales para orientar el quehacer del Estado. (III) Ampliar el derecho a un medioambiente libre de contaminación vigente para incluir el derecho humano a un medioambiente limpio, saludable y sostenible, lo que permite hacer efectivos otros derechos humanos (derecho a la vida, la salud, la alimentación adecuada, el agua y el saneamiento, entre otros). (IV) Incorporar explícitamente el carácter de bien nacional de uso público de los recursos hídricos, en línea con lo establecido por el Código de Aguas con sus reformas, y el derecho humano al agua, así como su priorización para los ecosistemas, el consumo humano, la agricultura de subsistencia y la alimentación. (V) Incorporar disposiciones ambientales procedimentales sobre acceso a la información, participación y justicia ambiental, en línea con los estándares del Acuerdo de Escazú, recientemente firmado por el gobierno. (VI) Por último, establecer un ordenamiento territorial basado en los ecosistemas que permita una gestión integrada de los recursos naturales y el medio ambiente, evaluando cierta autonomía de los pueblos indígenas en gestión de recursos en sus territorios.
Como ONU Chile reiteramos nuestra disposición a colaborar con el proceso histórico que se vive en el país a medida que se requiera. Confiamos en que este documento pueda ser un aporte para que los acuerdos que se alcancen puedan sentar las bases de una sociedad en armonía con los ecosistemas y, por ende, más justa y equitativa, sin dejar a nadie atrás.
María José Torres, coordinadora residente del Sistema de las Naciones Unidas en Chile