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Ahora que sí nos ven
Esta semana se conmemoró un nuevo Día Internacional de la Mujer, que nos recuerda la lucha que han llevado valientes mujeres para llegar al momento que estamos viviendo hoy, tiempo clave para posicionar nuestras demandas.
La historia con H mayúscula nos ha querido invisibles, sin registro en la historia de la humanidad, anónimas o relegadas a papeles secundarios, nos han querido hacer creer que nos encontramos detrás de los logros de un hombre, que somos buenas en determinadas áreas y tareas, que somos frágiles, aun cuando sabemos todas las batallas cotidianas que libramos por el sólo hecho de ser mujeres. Cuántas son las que realizan 2 y hasta 3 jornadas laborales diarias, las tareas de cuidado a las infancias y tercera edad, las dueñas de casa que parecen asumidas en ese rol, las que reciben pensiones de miseria, las lesbianas que sobreviven ataques de odio, todo esto nos lleva a enfatizar que este país no puede seguir siendo construido por la mitad de la población.
Estamos viviendo un proceso convencional que puso en la palestra temas tan vitales como lo es el reconocimiento del trabajo doméstico, a una vida libre de violencia de género, a la protección de la infancia y la maternidad, al reconocimiento de las diversas formas de familia y el derecho a la identidad de género, entre otras.
Acaba de asumir un Gobierno que se ha autoproclamado "feminista", donde se proyecta que todas las políticas públicas sean con perspectiva de género. Se ha planteado la preocupación por recuperar el empleo femenino, avanzar en una ley integral de violencia contra las mujeres y en un sistema universal de cuidados. Finalmente, señalan la intención de querer estar en constante diálogo con las organizaciones feministas, sin embargo, desde el feminismo autónomo está la válida desconfianza que esto termine siendo sólo reformas que maquillen nuestra realidad y no transformen las relaciones de poder existentes, por lo que se espera que más allá de una instalación simbólica del Ministerio de la Mujer en el Palacio de la Moneda, éste sea capaz de romper lógicas patriarcales, lo cual es un tremendo desafío.
Si bien nos queda mucho por avanzar, está la esperanza de que estamos frente a reales posibilidades de transformación social, ya sea desde las instituciones como desde las organizaciones de base.
A nosotras que tanto nos ha costado, hoy sacamos la voz para no callarnos nunca más, para escribir en colectivo una nueva historia, donde seamos protagonistas y dueñas de nuestras vidas y anhelos, porque siempre hemos estado, sólo que ya no más desde el anonimato.Katherinne Brevis Arratia, Mesa de Género y Diversidad, UACh Puerto Montt
Sentido público de educación
Nadie pone en duda que la educación es un derecho consagrado en la Constitución como un bien público. Su impacto no es sólo para la vida de quien estudia e invierte tiempo y dinero en ello, sino también para la sociedad que se ve beneficiada por la presencia de profesionales de calidad. Sin embargo, el juego competitivo entre lo público y lo estatal opaca el propósito educativo. El sentido público puede estar tanto en lo estatal como en lo privado y no debemos diferenciar ni distanciar a las universidades por su propiedad, sino por el aporte concreto al bien común.
El objetivo de eliminar esta división es generar lazos colaborativos entre las instituciones, con el fin de alinear los conocimientos y compartir métodos de aprendizaje. La sociedad vive un momento de cambios importantes que se ven reflejados en temas como salud, medio ambiente y desarrollo democrático. Por lo tanto, será vital que el nuevo gobierno electo impulse la colaboración académica como eje de las transformaciones que necesita el país.
Es importante mantener las instancias de interacción directa entre los rectores y directivos de universidades públicas, privadas e institutos técnicos, tal como la propuesta por el Mineduc en 2021 para realizar una estrategia en conjunto con foco en la transformación obligada por la pandemia. Las metodologías híbridas llegaron para quedarse y sólo con la colaboración de todos los actores podrá fortalecerse el rol público de la educación.
Rafael Rosell Aiquel, rector de la Universidad del Alba
Empresa Nacional del Litio
Considerando que el nuevo Gobierno propone crear una Empresa Nacional del Litio, la pregunta que surge es, ¿será realmente una "buena idea" como expresó hace poco el CEO de SQM?.
Creemos en principio que no. Primero, no sería necesaria, ya que tanto Enami como Codelco pueden desarrollar proyectos de litio.
Además, para evitar la pérdida de valor, los proyectos se deben desarrollar lo antes posible; la exploración y puesta en marcha requiere de altísimos recursos; y la disponibilidad de zonas donde podrían desarrollarse estas iniciativas es baja, ya que están cubiertas mayoritariamente por concesiones mineras de particulares. Esto significaría por tanto utilizar, en el corto plazo, muchos recursos, lo que choca con la realidad de que el próximo gobierno deberá hacer frente a una desafiante agenda social.
Sin embargo, podría ser una buena idea si, en vez de ser una empresa a lo Codelco que toma el riesgo y costo de los proyectos, centralizara en ella los buenos instrumentos que ya existen. Esto es: ser un ente que negocie los contratos especiales de operación del litio con los particulares y ofrezca al mercado los prospectos que tengan Enami, Codelco y otros organismos públicos, buscando siempre las mejores condiciones posibles para el Estado.
Alejandro Montt, abogado
Nueva subsecretaria Vemos con optimismo el nombramiento de la próxima subsecretaria de Economía y Empresas de Menor Tamaño, Javiera Petersen. Su designación es una señal importante dada su vasta experiencia en el mundo académico y económico.
Esperamos que para este nuevo gobierno las pymes sean prioridad en las transformaciones productivas del país, poniendo foco en el desarrollo de un sistema más adaptado a sus necesidades y que potencie su crecimiento. Producto de la pandemia han debido enfrentar grandes dificultades: menor cantidad de fondos para su financiamiento, aumento de tasas de interés, disminución en ventas de sectores económicos clave y su reinvención obligada para subsistir. Problemas inquietantes considerando que un 41% de las compañías formalizadas en Chile son pymes y el 39% microempresas.
Las pymes, con su poder transformador, pueden aportar enormemente al nuevo modelo de desarrollo que se construirá en los próximos cuatro años.Horacio Pavez