Granjas educativas: la opción para alejarse del estrés en los campos rionegrinos
AGRO. Tres emprendimientos ofrecen contacto con la naturaleza y animales como gallinas, ovejas, pavos reales, llamas, entre otros, siempre con el resguardo sanitario por la pandemia. Es un nicho ya consolidado en la comuna, ideal para visitar durante todo el año.
Los habitantes de las grandes ciudades han experimentado durante la pandemia cambios en sus motivaciones, que se orientan al medio rural y contacto con la naturaleza. Las granjas educativas son los nuevos nichos que han surgido en Río Negro y se trata de establecimientos turísticos de carácter agropecuario donde se realizan actividades de conocimiento del medio rural, como también sobre el cuidado de los animales y medio ambiente, encauzados principalmente a la familia y niños en edad escolar.
En esto coincide la encargada de Turismo de Río Negro, Viviana Moraga, quien señala que en vacaciones estas áreas turísticas "diferentes" se activan y que no todo es playa y sol.
"En nuestra comuna se apuesta al turismo todo el año. Salir los fines de semana a lugares cercanos es la mejor opción para divertirse, realizar paseos cortos. En este sentido, los emprendedores de las granjas educativas saben que sus negocios tienden al alza después de una ajetreada estación estival. Ofrecen visitas guiadas dentro de los recintos donde el visitante observa animales, aves, plantas y árboles", indicó.
El rincón de Arturito
A seis kilómetros al interior de la Ruta 5 Sur, por el camino asfaltado y señalizado, funciona la granja "El Rincón de Arturito" en Ñancuán, proyecto que según su propietaria, Sandra Mancilla, es un sueño cumplido.
"Porque estamos en este lugar hace 22 años y lo fuimos armando de a poco. Era una pampa pelada con un laurel precioso y eso creo que es un privilegio, porque tiene 500 años, dicen los expertos. Ese laurel nos ha dado la fortaleza y cosas positivas más increíbles. Es nativo y arroja mucha energía. En la actualidad tenemos un huerto de avellano europeo, bosque nativo con arrayanes, maqui, coigües, cipreses y canelos. Un lugar encantador", describió.
Sobre el nombre de la granja, Sandra Mancilla señala que "Arturito es mi cable a tierra. Tiene 8 años y es mi hijo. En honor a él pude concretar este proyecto. Es el guía de la granja. Yo lo acompaño siempre, pero él explica lo que tenemos con respecto a las aves ornamentales y exóticas, animales domesticados. Todo el entorno de la naturaleza".
La granja funciona desde 2019, pero lamentablemente el virus no ha permitido trabajar como se debiera. Sin embargo, igual recibe visitantes, familias de diez personas como máximo en cada recorrido, que primero deben enseñar su pase de movilidad, mantener la distancia, usar la mascarilla y lavarse las manos de forma frecuente. El contacto con la Granja El Rincón de Arturito es vía telefónica al 989002670. Las familias de la zona pueden acudir, distraerse y disfrutar de la naturaleza. Hay juegos para los niños, camas elásticas y bicicletas para que hagan deporte. Una granja completa escenificada en una superficie de una hectárea y cuarto. Ofrecen desayuno, almuerzo y onces campestres, con reserva previa.
La granjita de leo
Siempre en la localidad de Ñancuán, y a escasos 5 kilómetros del enlace de Río Negro en la Ruta 5, se ubica "la Granjita Educativa de Leo". A ella se accede por un callejón que luce un vistoso letrero a la usanza campesina. Jéssica Hinostroza con su marido Juan Pablo Hernández y su pequeño hijo Leonidas iniciaron el emprendimiento hace seis años, aunque hace sólo uno están formalizados con su actividad, dando cumplimiento a la normativa vigente en el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) para funcionar con su vivero.
"Comenzamos desde bien abajo y con pocas visitas, porque esto no era muy conocido. Fuimos tal vez los pioneros en la comuna y ahora seguimos sumando visitas por recomendación de las mismas familias", explicaron.
En un cuarto de hectárea mantienen peces de pileta como el koi, de origen chino, y los cometas, además de especies en peceras que se han ido reproduciendo, animales exóticos, pavos reales y aves pequeñas, como gallinetas, palomas cola de abanico, entre otros. También está la "Casa de los Pájaros Tropicales", como los inseparables, las ninfas, diamantes y rosellas; la tortuga de oreja roja y los accelotes, que se clasifican dentro de la familia de los ambistomátidos, parecidos a una salamandra pequeña, especies que fueron donadas por particulares a la granja luego que comprobaron que todos los animales están bien cuidados.
La granja fue el resultado de una necesidad para el matrimonio, con el propósito de lograr recursos para su mantención. Además, funcionan con un vivero donde cultivan plantas madres que también sostienen la compra de alimentos y ayudan al pago de los impuestos del emprendimiento.
Jéssica admitió sonriente que ella es la mente maestra. Es una dueña de casa que administra todo y sirve de guía durante el recorrido de los visitantes a la granja. Dice que siempre tuvo mucho amor por los animales y que hubiera estudiado medicina veterinaria.
"Fui criada por mis abuelos y los recursos no alcanzaron para una educación superior", reflexiona. Contó que en su familia la gran mayoría de los animales eran mascotas.
"Me acuerdo que nos ofrecieron unos programas municipales que tenían que ver con el empoderamiento (jefas de hogar). Muchas mujeres comentamos esa vez lo que hacíamos en nuestras casas y yo expuse que tenía muchos animales. Me aconsejaron que organizara una granja y aquí estamos", explicó.
El fuerte de la afluencia de público se da entre agosto y diciembre, con cuatro o cinco familias al día, que previamente deben concertar la hora. El grupo no puede ser más de diez personas, con el propósito de cumplir con el aforo y las medidas sanitarias. Su número de contacto es el 983027298.
Altos del mirador
Por cuarenta minutos se extiende el paseo guiado que llevan a cabo diariamente Paola Toledo y su esposo Juan Carlos Urrutia en su "Granja Altos del Mirador", en el sector de Chapaco, al lado de Agua Potable. Cuentan, como su nombre lo dice, con una vista maravillosa de las cordilleras de Los Andes y de La Costa, además de un valle precioso que se asoma en lontananza.
La granja educativa surgió hace 4 años como parte de un proyecto de ampliación de su conocido centro de eventos rural. "Teníamos algunos animales en realidad, pero fuimos creciendo en variedad. Partimos con ovejas, cabritos, cerdos, pavos y aves en general. Después agregamos llamas, gallinas y pavos reales. Este año ya tenemos producción. Hace dos años que compramos las pavitas y nacieron hace muy poco pavitos nuevos que cuidamos como tesoro. El pavo real es muy distinto al que conocemos en el sur. El secreto está en la comida y en el agua limpia. Esta ave es muy delicada y generalmente se enferma del hígado", manifestó Paola.
Contó que tienen media hectárea donde funciona el centro de eventos, la granja, una piscina y los animales. No obstante, el recorrido del visitante se amplía a todo el campo de siete hectáreas que es de sus hermanos. Hay doscientos animales en la granja, incluidas las llamas, ese animal pariente sudamericano del camello, aunque no tiene joroba. Tienen un macho, una hembra y su cría que se llama Pintita.
"La visita guiada debe hacerse con reserva mínimo un día anterior, llamando al teléfono 964807674", informó Paola.
En un futuro próximo, este matrimonio espera incrementar su variedad de aves exóticas, entre ellas las gallinetas. Lo que le importa a Paola y Juan Carlos es que la familia citadina conozca la vida del campo y disfrute compartiendo las actividades que se desarrollan diariamente.
La entrada a la granja ubicada a 9 kilómetros de la ciudad de Río Negro tiene un valor de $3.500 por persona y los niños menores de 4 años no pagan. Se organizan dos paseos diarios, uno a las 11 horas de la mañana y otro a las 15. Esto incluye el trabajo de las visitas y alimentar a los animales con un baldecito de comida.