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CHILESAURUS: el dinosaurio hallado por un niño de 7 años en patagonia chilena

DIEGOSUAREZI. Una de las especies más antiguas encontradas en Sudámerica fue descubierta por el menor Diego Suárez, tras golpear una roca en Mallín Grande, Aysén, en 2004.
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Agencias/Redacción

Jugaba con unas piedras en medio de la Patagonia chilena. Diego Suárez tenía solo 7 años cuando descubrió por casualidad el "Chilesaurus", uno de los dinosaurios más extraños e interesantes del mundo.

Era el año 2004 y en ese entonces niño había acompañado a sus padres, dos reconocidos geólogos de nuestro país, a realizar una investigación en unas montañas cercanas a la localidad de Mallín Grande, en austral región de Aysén, 2.000 kilómetros al sur de Santiago.

"Diego estaba obsesionado con los dinosaurios y jugaba con huesos de vacas como si fueran huesos de Diplodocus. Ese día golpeó una roca y saltaron varios fósiles. Así empezó todo", recordó ahora en aquellas mismas montañas, Manuel Suárez, su padre.

Luego del descubrimiento, el material fue enviado a Argentina, donde empezó un arduo trabajo de investigación liderado por el paleontólogo del Museo de Ciencias Naturales de Buenos Aires, Fernando Novas, quien rotuló el hallazgo como la "Piedra Rosetta de la paleontología", en referencia a la losa egipcia que permitió entender los jeroglíficos.

Diegosuarezi

Pasaron once años para que en junio de 2015, el Chilesaurus fuera portada de la prestigiosa revista Nature y hoy día sigue siendo estudiado por expertos de todo el orbe porque su descubrimiento cambió radicalmente lo que se sabía sobre la evolución de los dinosaurios y forzó el replanteamiento de la historia.

"Es un icono de la paleontología local, nacional y mundial. Los propios británicos describieron el hallazgo como el más importante de los últimos 100 años", aseguró a Efe Gustavo Saldivia, director del Museo Regional de Aysén, donde se exhibe una réplica del espécimen y el húmero y una garra del dedo originales.

El Chilesaurus diegosuarezi, bautizado en honor al pequeño paleontólogo, es hasta ahora la única especie encontrada que mezcla rasgos de los dos principales grupos de dinosaurios: los terópodos, que caminan sobre dos patas y son carnívoros, y los sauropodomorfos, de cuello largo y herbívoros.

En este sentido, el director del museo, donde el Chilesaurus es la gran estrella, indicó que el espécimen de 1,30 metros de cola a cabeza, recuerda al Velociraptor, el Carnotaurius o el Tyrannosaurus, pero sus manos tienen solo dos dedos cortos con garras ligeramente curvas, "lo que indica que no las usaba para capturar animales".

De igual manera, su tipo de piel y su color siguen siendo una incógnita, aunque los expertos creen que podría ser parecido al de las culebras.

Para el académico de 75 años Manuel Suárez (75), padre del niño del hallazgo y profesor de la Universidad Andrés Bello, el ejemplar descubierto en Mallín Grande "es como un Frankenstein, que reúne huesos de distintos animales, una cosa extraña".

Antigüedad

Con 148 millones de años de antigüedad, el Chilesaurus, que vivió a finales del Jurásico Tardío, casi al inicio del Cretácico, es una de las especies de dinosaurio más antiguas encontradas en Sudamérica, que vivió a finales del Jurásico Tardío, casi al inicio del Cretácico.

La piedra que encontró Diego , quien se cansó de los fósiles y terminó dedicándose a las ciencias empresariales, "era como una torta de milhojas, en la que los dinosaurios eran el dulce de leche y los hojaldres las rocas volcánicas", dijo su orgulloso padre.

Añadió que "es así cómo pudimos determinar por métodos radiométricos la edad del dinosaurio".

Burkesuchus

En las mismas tierras de la Patagonia chilena y unos años más tarde, una expedición conjunta de científicos chilenos y argentinos se topó en julio de 2021 con el ancestro de los cocodrilos modernos.

El hallazgo correspondió a el Burkesuchus mallingrandensis, uno de los pocos cocodrilos que habitaban tierra firme junto a los dinosaurios.

El último fue Stegouros Elengassen

En la región de Magallanes, investigadores de la U. de Chile descubrieron una nueva especie de un dinosaurio acorazado, Stegouros elengassen, que también fue portada de Nature. "El sur de Chile está dando los dinosaurios más importantes de este siglo y eso que apenas hay recursos. Si se destinase más dinero, ¿qué otras sorpresas nos podrían deparar Aysén y Magallanes?", dijo Saldivia, cuyo museo está nominado este año a los Leading Culture Destinations Berlin Awards (los "Oscar de los museos").

2004 fue descubierto

148 en la localidad de Mallín Grande en la región de Aysén, por un niño de 7 años.

Basura orbital: denuncian El peligro que representa para el uso sostenible del espacio el aumento de estos desechos

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Más de un millón de objetos de un tamaño superior al centímetro, capaces de provocar daños potenciales de diferente índole se encuentran en el espacio, según indicó GMV, la empresa de de ingeniería española referencia mundial en el estudio, monitorización y prevención de la proliferación de la basura orbital, y "la cantidad aumenta peligrosamente".

De esta manera, y con el objetivo de conseguir un uso sostenible del espacio y combatir la creciente basura, diversas entidades del sector, entre ellas GMV, presentaron la iniciativa internacional "Net Zero Space", una plataforma que involucra a representantes de cualquier misión espacial: lanzadores de satélites, fabricantes, operadores, organizaciones de la sociedad civil, investigadora y académica, agencias espaciales y actores públicos de todo el mundo.

Asimismo, la coalición llamó a abordar de forma "urgente y consensuada" la contaminación orbital" cada vez más creciente y pidió acciones urgentes y concretas para mitigarla.

Y es que, el aumento de la basura orbital pone en peligro el uso sostenible del espacio y los beneficios de más de un billón de dólares en su explotación previstos para 2030, por lo que es urgente asegurar que todos los actores que intervienen en el mercado espacial consensúen su uso seguro y sostenible.

Prevención

La basura contamina cada vez más el espacio debido a la proliferación de objetos que orbitan sin control alrededor de la Tierra, particularmente en las órbitas bajas y geoestacionarias, que son las más interesantes para ser utilizadas y explotadas.

Ante esta situación, GMV se comprometió a mejorar y promover el uso de sus servicios de prevención de colisiones y continuar desarrollando nuevas soluciones que garanticen la seguridad y sostenibilidad de las operaciones espaciales.

"El espacio es un bien común que ofrece importantes oportunidades y servicios, así como notables beneficios sociales, económicos, científicos y estratégicos para toda la humanidad", indicó la compañía, que empezó hace veinte años a trabajar con la Agencia Espacial Europea (ESA) en actividades de catalogación de objetos y evasión de colisiones en órbita.

En este sentido, en el 2009, la ESA puso en marcha un programa para el desarrollo de tecnología para hacer seguimiento de la basura espacial y, desde entonces, GMV ha participado en más de treinta proyectos.

La ingeniería GMV también opera desde 2017 su centro comercial de operaciones Focusoc para prestar servicios anticolisión a más de diez operadores comerciales y más de 80 satélites.

Hasta ahora, forman parte de la iniciativa "Net Zero Space": Arianespace, Astroescala, CGSTL/Chang Guang Satellite, Clutch Space Systems, CNES, EUSST, Eutelsat, GMV, IAASS, Inmarsat, International Institute of air and space law, ISISPACE, Planet, Scout, Share my Space, Skyroot Aerospace, SpaceAble y Viasat.