Osorno para no olvidar: el Salto de Pilmaiquén, un paisaje sobrecogedor
Fue antaño uno de los destinos naturales más frecuentados en el sur.
Texto: Ricardo Becerra Inostroza / Fotos: Guillermo Sáez
El río Pilmaiquén, del vocablo mapudungun "golondrina", tiene su origen en el lago Puyehue y en un momento de su recorrido sus aguas precipitaban a una altura de 20 metros, naciendo un sobrecogedor espectáculo de la naturaleza llamado el Salto de Pilmaiquén.
Ubicado a 45 kilómetros de la ciudad de Osorno hacia la cordillera de Los Andes, en las primeras décadas del siglo XX se convirtió en uno de los circuitos turísticos más frecuentados en el sur de Chile.
El Salto Pilmaiquén era imagen obligada en revistas, postales y publicaciones a nivel nacional e internacional, donde resaltaban su singular belleza escénica, rodeado de un exuberante bosque nativo.
Incluso, en 1928 se filmó la película "Bajo el Cielo Austral" del director Enrique Campos, en cuyas escenas se destacaban las majestuosas cascadas del río Pilmaiquén. Ese largometraje fue exhibido en el entonces Teatro Central de Osorno y por muchas semanas estuvo en la cartelera, ante el entusiasmo que generó en la comunidad osornina y alrededores. Lo propio sucedió a nivel nacional, donde fue presentada en los principales teatros, incluidos los de Santiago, Valparaíso y Concepción.
En los años '30 del siglo pasado se ofrecían viajes turísticos que incluían el Salto de Pilmaiquén y las Termas de Puyehue. La salida era a eso de las 8 de la mañana desde la plaza de Armas y el traslado se realizaba en las recordadas góndolas, precursoras de la actual locomoción colectiva.
En las márgenes del Salto de Pilmaiquén se instaló un restaurante con un amplio mirador donde se apreciaba en toda su dimensión aquel hermoso paraje fluvial. Marta Henkes Nielsen, ex concejala de la comuna de Osorno, tiene el siguiente recuerdo al respecto: "Con mi esposo, cuando veníamos a visitar el sur, siempre nos decían 'no se olviden de ir al Salto de Pilmaiquén, porque les va a encantar' y así fue, nos encantó demasiado. Es más, nos enamoramos de ese hermoso salto de aguas y de todo su entorno…Era como estar en un paraíso terrenal, porque contemplábamos la inmensidad del salto y ese ruido atronador del agua. También había senderos que bordeaban el salto y percibíamos muy de cerca el aroma y fragancia de la vegetación y muchos árboles nativos… Había un restaurante muy concurrido donde uno tenía el privilegio de observar en forma panorámica el Pilmaiquén, sirviéndonos unas ricas onces alemanas. Era todo un ambiente muy agradable. Llegaban bastantes turistas extranjeros y comentaban que el sur de Chile era muy parecido a Suiza, ellos nos felicitaban por vivir en un país con tantas bellezas naturales… Me acuerdo muy bien que en esos años se hablaba del gran potencial turístico que tenía esta zona y que generaría grandes aportes en lo económico y fuentes laborales, que era muy importante tener una cultura de respeto y limpieza para no ensuciar o contaminar, como se dice ahora, esa hermosa naturaleza y que debíamos aprender y tener de ejemplo de cómo se desarrolla el turismo en Suiza. Pero, al parecer, no aprendimos mucho de ellos lamentablemente" (entrevista hecha el lunes 18 de abril de 2016).
La construcción de la Central Hidroeléctrica Pilmaiquén en octubre de 1940 y el movimiento telúrico de 1960 catapultaron aquel paradisiaco Salto de Pilmaiquén. Y en la actualidad solamente queda conformarnos con observar aquellas fotografías de antaño que evidenciaban un paisaje sobrecogedor.
1. El salto de Pilmaiquén en todo su esplendor, antes de la central y el terremoto de 1960.
2. El lugar era visitado por turistas nacionales y extranjeros.
3. El salto de Pilmaiquén en 1952.