No a los plásticos de un solo uso
La nueva ley comenzó a regir ayer y busca terminar con la utilización de objetos de plumavit y plástico no degradable. Los envases usados principalmente para delivery de alimentos, deben ser reemplazados por contenedores de pástico compostable certificado.
Algunos de los principales desechos que llegan a las orillas del mar y de los ríos son los envases de plumavit. Se trata de los recipientes más utilizados para las ventas con delivery, por su versatilidad, posibilidad de mantener el calor, proteger su contenido y cumplir con la higiene razonable, que requiere el traslado -especialmente- de alimentos pedidos a domicilio; algo que se ha multiplicado durante la pandemia.
Sin embargo, esas características positivas no se extienden después del primer uso. Al ser desechados junto con los desperdicios comunes, generan severo daño ambiental, pues son de poliestireno, un material derivado del petróleo, no degradable, que puede durar hasta mil años como basura al aire libre. Algo grave, si se considera que en Chile se calcula una generación de casi 24 mil toneladas anuales de ellos.
Prevenir este daño y crear conciencia sobre el problema ambiental que causa este tipo de materiales, es el objetivo de la ley sobre Plásticos de un Solo Uso, promulgada en agosto del año pasado, que entró en vigencia el domingo y que incluye también cubiertos, vasos y bombillas plásticas.
La nueva norma otorga, además, un plazo máximo de tres años para la total adaptabilidad a ella, considerando que muchos locales deben tener aún en stock embalajes de plumavit. La idea es que no los renueven y que los vayan reemplazando por plásticos compostables certificados, además de acostumbrarse a vender solamente bebidas con envases retornables.
En diversas regiones las autoridades han realizado un acompañamiento público al comercio para que implemente estas disposiciones; tal como antes ocurrió con la Ley Rep (Responsabilidad Extendida del Productor) sobre embalajes, y con la prohibición de uso de bolsas plásticas, materia en la cual Osorno fue una ciudad pionera en Chile. Además, a nivel local se ha estimulado el reciclaje y la reutilización como una forma de contribuir a la sustentabilidad y protección del entorno.
Por lo mismo, esta nueva regla debiera encontrar una buena acogida, incluyendo a una comunidad consciente, que no demande estos productos y que denuncie si la ley se incumple.