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Redes sociales y riesgos
Con la popularidad del documental de Netflix "The Tinder Swindler" ("El estafador de Tinder" en español) y el crimen ocurrido en Inglaterra -donde una joven de 19 años perdió la vida tras convivir durante tres meses con su pareja, a quien conoció a través de una aplicación de citas y que hoy es sindicado como el responsable de su muerte - queda abierta la pregunta de si las redes sociales son o no peligrosas. Mi respuesta es no.
Las redes sociales existen para conectar personas en torno a un tema en común, ya sean familiares o amigos, o personas que aman un videojuego, tomar fotografías o bien buscan un espacio dónde conocer gente y pasarla bien.
Como todo en la vida, el secreto es ser responsables a la hora de usarlas e interactuar en ellas. Tanto las personas como las empresas deben cuidar la información personal, no exigir datos privados a otros usuarios y proteger la privacidad de la información que se comparte voluntariamente entre usuarios.
En el caso de los jóvenes, el rol de los padres es de extrema relevancia. Su labor es advertir sobre el uso responsable de la tecnología o redes sociales, sin la ingenuidad de pensar que detrás de una foto o perfil se encuentra la misma persona que creemos conocer y con la claridad de que es imposible conocer las motivaciones o intenciones del que está tras la pantalla. Este rol educativo es el mismo que se entrega para cuidar su integridad cuando se enseña a no tener secretos con los padres o tutores, no hablar ni recibir regalos de extraños o aceptar una invitación para irse con un desconocido en la calle.
En el documental y en la tragedia ocurrida en Londres hay un factor común: las personas involucradas se conocen mediante una aplicación de citas, luego interactúan por mensajería y llamados telefónicos para, eventualmente, conocerse en persona. Pero ojo, Simon Leviev (del documental de Netflix) era un ladrón y estafador antes tener un perfil en Tinder, al igual que el joven acusado de asesinato en Londres que, de acuerdo a los antecedentes recabados, sería un hombre controlador y violento, que no supo lidiar con el inminente regreso de la víctima a Canadá.
El cuidado hay que tenerlo con las personas con las que se interactúa, ya sea en línea o en vivo. Los usuarios de redes sociales debemos hacernos responsables del uso que le damos y de la información que compartimos.
Las redes sociales permiten a la gente seguir conectados con seres queridos que están lejos y no todas las historias de amor nacidas en el mundo digital han terminado en tragedia, muchas parejas han tenido un final feliz, pues han tenido los cuidados y precauciones necesarias a la hora de pasar de la virtualidad a la presencialidad.
Ariel Jeria
El futuro motor de Chile
Quizás a muchos les cuesta creer que nuestro país puede convertirse en una potencia mundial en materia de energías limpias. Sin embargo, los últimos hitos en la materia dan cuenta que esto puede ser una realidad más temprano que tarde. Ya no hablamos de proyecciones, sino de hechos concretos.
Chile volvió a ser elegido el mejor país americano para invertir en energías renovables y se posicionó en segundo lugar a nivel mundial tras India, de acuerdo con el reporte Climatescope 2021 de Bloomberg. La evaluación mide diferentes factores, como experiencia, oportunidades, entre otros y genera un ranking de las 136 naciones más atractivas para invertir en ese aspecto.
Ya van cuatro años en que lideramos este ranking y entre las razones encuentran que el país logró atraer cerca de US$4.600 millones en este tipo de energía, principalmente en energía solar y eólica. Otro factor importante fue el anuncio de la estrategia de electromovilidad hacia 2035. El Gobierno se la jugó al anunciar que solo se venderán autos eléctricos en el mercado.
Cuento aparte es el avance del hidrógeno verde donde los especialistas han afirmado que podemos ser capaces de producir el hidrógeno verde más barato en el año 2030 y estar entre los tres principales exportadores durante la década del 2040. Una industria energética que debe ser acompañada de equipos de trabajo calificado, tanto desde el mundo académico como técnico, y deben pensar en serio para formar de la mejor forma a quienes deberán lidiar con estas tecnologías.
Desde el mundo Técnico Profesional, diversos son los desafíos que esto conlleva, donde sin duda alguna, una sinergia adecuada entre la industria y la academia para la formación de los especialistas, en términos de uso, manejo y mantención de estas tecnologías, jugará un rol fundamental para el continuo progreso del país. De esta manera lo ha hecho notar el Ministerio de Energía, donde hace tan solo unos meses realizó el seminario "Desafíos de capital humano para la transición energética en Chile", expresando e incentivando la adecuada capacitación de estos profesionales.
Las energías renovables serán el motor de Chile y el mundo, por lo que nuestra mirada debe ir más allá de nuestras fronteras, lo que implica continuar sellando acuerdos de colaboración con otros países o empresas internacionales, y capacitando a nuestra fuerza laboral a ser agentes de cambio en todo el mundo, quienes sin duda serán vistos como los especialistas de esta materia a nivel global.
Cristián Cavieres, director carrera Técnico en Energías Renovables Duoc UC
Alimentación como derecho
Entre las iniciativas populares de norma, a través de las cuales los convencionales han podido conocer el sentir de la ciudadanía y sus intereses para llevarlos a la nueva Carta Magna, hay tres que tienen como eje que la alimentación debe ser garantizada por el Estado. Si bien esto ya se encuentra dentro de la Declaración Universal de Derechos Humanos, no está de manera explícita en la actual Constitución.
Tanto en las propuestas presentadas a la Convención como en las definiciones de la FAO, esto va mucho más allá de una ración de comida que permita subsistir. La alimentación es una actividad vital para el ser humano. En ella se asientan, expresan y fortalecen culturas y formas de vida.
Además, es una de las mejores formas de cuidar la salud de la población. Las enfermedades producto de una mala nutrición generan impacto en las sociedades. Por ejemplo, expertos estiman que la obesidad cuesta hoy al Estado de Chile unos 1.700 millones de dólares al año.
Más allá de que este derecho se incorpore como tal en la nueva Constitución, es importante que como país pongamos este tema como un eje central en las políticas públicas, apoyando a quienes no pueden acceder a alimentos, fortaleciendo leyes y programas que se enfoquen en educación sobre alimentación.
A su vez, el sector privado no puede alejarse de esta temática. Este es un rol que pueden y deben cumplir todos los integrantes de la sociedad, donde la alimentación, especialmente sana, se transforme en un derecho.
Francisco Droguett