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Buscar la genealogía en las estrellas

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1-¿Cómo empezó su interés por el cosmos? De forma natural, mirando las estrellas con mis padres en el Sur de Chile. Fui a Alemania a doctorarme. Me aceptaron en un lugar con personas del mundo entero, así empecé a abrir mis horizontes y partí a Francia e Inglaterra para otros postdoctorados. Hace algunos años desarrollo una idea sobre un árbol genealógico estelar, uso la biología de los árboles para contar la historia de la Vía Láctea. Eso es posible porque los elementos químicos se heredan entre generaciones estelares, al igual que el ADN. El proceso de herencia es otro, pero herencia es herencia.

2-¿Cómo tomó forma este libro? -El libro está basado en un curso universitario que doy que se llama "Estrellas de la Vía Láctea". Las personas no le dan la importancia a las estrellas en la astronomía, siendo que son las que iluminan el cielo. "Gaia", el proyecto fundamental de la astrofísica moderna hoy, tampoco es conocido en Chile. El libro no solo se trata de astronomía, también de las personas en la astronomía, de nuestros desafíos, dudas, ambiciones y sueños. Hay una pagina web (fosilesdelcosmos.cl) que sirve como introducción del para aclarar algunas dudas, ahí hay información complementaria.

3-¿Qué información aporta el satélite Gaia de la Agencia Espacial Europea?

- "Gaia" cumple con la tarea fundamental de medir posiciones y brillos de estrellas, esto lo hace para miles de millones. Esas cartas estelares después sirven para mucho: para ubicarnos en el cielo, para saber qué tan lejos están las estrellas y sus propiedades intrínsecas. Y si esto podemos hacerlo para miles de millones, somos capaces de estudiar el comportamiento de poblaciones estelares, esas que forman la Vía Láctea. Eso hoy no puede ser hecho por una sola persona: la colaboración es fundamental.


En resumen

La chilena Paula Jofré es astrónoma y acaba de lanzar para público general "Fósiles del cosmos. Descifrando la historia de la Vía Láctea" (Debate), libro y plataforma interactiva en Instagram: @fosilesdelcosmos, para conocer cen detalle cómo es nuestra galaxia.

Paula Jofré enfatiza el rol de las mujeres en el desarrollo de la astronomía.

3 preguntas

Paula Jofré, astrónoma:

cedida

Denzel Washington se pone en la piel de Macbeth

Dirigida por Joel Coen, "La tragedia de Macbeth" aterrizó en Apple Tv+ para mostrarnos la eterna vigencia de la obra de Shakespeare. El protagonista le da un nuevo vuelo a una trama clásica de todos los tiempos.
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Más que cineastas, los hermanos Joel y Ethan Coen son especialistas en géneros cinematográficos. Son, digamos, pedagogos dotados de la capacidad de filmar. Y nos hablan de la historia del séptimo arte a través de sus ejercicios. El thriller ("Blood Simple", "Fargo"), el western ("True Grit") o la comedia de enredos ("Crueldad intolerante") forman parte de su cátedra junto a entregas un poco más inclasificables, pero repletas de guiños cinéfilos, como "El gran Lebowski" o "El hombre que nunca estuvo".

"La tragedia de Macbeth", gran estreno de Apple TV+, marca el camino en solitario de Joel Coen, autor inquieto que, sin su media mitad creativa, no pierde un milímetro de actitud, riesgo y sabiduría cinematográfica. Su aproximación a la obra que William Shakespeare estrenó en 1606 podría parecer, en teoría, una mala idea, tomando en cuenta que ya fue adaptada por gigantes de la talla de Orson Welles y Roman Polanski. Alejarse de ellos es, sin embargo, una forma de homenajearlos tácitamente y no atentar en contra de sus propuestas. Coen busca otro camino. Es fiel a Shakespeare y sus textos, pero entiende que la mayor carta, es decir, donde se juega todo, es en la puesta en escena. Ahí está su marca autoral. Lo que importa es la forma en que envuelve esta lúcida tragedia sobre la ambición política. Lo hace en una escenografía artificial que recuerda los espacios angulosos y amenazantes del expresionismo alemán, en un blanco y negro que resalta las gestualidades faciales e instala un distanciamiento con el espectador. No es, en ningún caso, teatro filmado ni tampoco cine con ambiciones de representación realista. "La tragedia de Macbeth" está en otro lugar.

Tomando en cuenta la fuerte carga autoral del filme, lejos de toda concesión comercial, es curioso que Coen haya elegido para el papel de Macbeth a Denzel Washington, no sólo porque es un actor afroamericano (la flexibilidad racial es un asunto que ya está zanjado en las tablas shakespearianas) sino porque se trata de un especialista en cine de acción que, enfrentado al texto original, ofrece un tono distinto a las declamaciones teatrales habituales. A ratos parece murmurar, lejos de las muletillas británicas tan propias de la interpretación del personaje. Frances McDormand, en el rol de Lady Macbeth, es un gran complemento. Juntos lideran una tragedia que, reducida al intimismo artificial que propone el director, funciona como un pequeño ensayo sobre la ambición que sigue teniendo vigencia en el espectro político contemporáneo.

Quienes no estén familiarizados con la pieza teatral, deben saber que Macbeth es un general que, al regreso victorioso de una batalla, se encuentra con tres brujas que le vaticinan que será primer barón de Cawdor y, posteriormente, rey de Escocia. Ese augurio será el comienzo de una escalada de poder y ambición que, junto a Lady Macbeth, lo conducirán a la oscuridad y el crimen. La habilidad de Shakespeare para combinar la tensión con la introspección, en una obra que tiene elementos fantásticos y simbólicos, es trasladada por Coen a la pantalla con maestría narrativa y una apuesta visual de alto nivel. Eso ayuda probablemente a que esté disponible en Apple TV +, plataforma de streaming con pocos títulos y cierta vocación de vanguardia. Hay todo un mundo afuera de Netflix.

El actor especialista en cine de acción denzel washington ofrece un tono distinto al interpretar a macbeth.


En resumen

Es el primer largometraje en que Joel Coen trabaja sin su hermano Ethan.

Por Andrés Nazarala

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