Buena respuesta, pero todavía falta
La comunidad reaccionó bien ante las alertas preventivas de ayer, lo cual indica la importancia de educar en esta materia. Bomberos, Armada y Carabineros, quienes además contribuyeron a mantener la calma y a informar sobre la evolución de lo sucedido.
La jornada del sábado estuvo marcada por las alertas de tsunami activadas en la tarde, debido a la llegada a las costas chilenas de las olas causadas tras la erupción del volcán subterráneo Hunga Ha'apai, en Tonga, Oceanía. El fenómeno telúrico fue captado por los satélites y las imágenes que mostraban su magnitud se difundieron profusamente a nivel internacional, mientras los efectos del hecho alcanzaron lugares tan lejanos, como Japón y el litoral de San Juan de la Costa.
Fue necesario evacuar las playas, suspender la navegación y activar medidas de prevención. En Los Lagos, las alertas enviadas desde la Onemi (Oficina Nacional de Emergencias) de manera sucesiva fueron acatadas por la comunidad sin contratiempos, con apoyo de personal de municipios, Bomberos, Armada y Carabineros, quienes además contribuyeron a mantener la calma y a informar sobre la evolución de lo sucedido.
Todo lo anterior se logró con relativa tranquilidad y rapidez, lo cual habla de una creciente conciencia y mejor organización frente a este tipo de fenómenos naturales. Además, demuestra que la educación para responder ante los riesgos es altamente necesaria y que debe mantenerse de manera continua en la agenda pública.
Este contexto permite, también, llamar la atención sobre la importancia de realizar ejercicios de emergencia. El más reciente a nivel local se efectuó en mayo de 2021 y estuvo dirigido a medir la capacidad de respuesta de los organismos públicos, pero no contó con participación de pobladores. Fue positivo, por supuesto, pero lo ideal sería retomar la práctica masiva de simulacros en cuanto las condiciones sanitarias lo permitan, con escolares y ciudadanía en general.
Paralelamente, lo vivido ayer puso otra vez en evidencia la precaria conectividad vial de la costa.
El tema suena reiterativo -y lo es- pero se debe seguir hablando de él, porque un atasco de tránsito de las proporciones que sufre la Ruta U-40 contribuye muy poco a la seguridad colectiva.