Secciones

  • Portada
  • Actualidad
  • Opinión
  • Actualidad general
  • Deportes
  • Clasificados
  • Cartelera y Tv

La "fiebre" que revolucionó la pesca en la costa osornina

El alto precio y gran demanda por el molusco loco generó un intenso movimiento a mediados de los '80.
E-mail Compartir

Fotografías: Archivo diario El Austral de Osorno

El alto precio y demanda que registró el molusco loco (concholepas concholepas) a inicios de los años '80 en países como Japón, Taiwán, Corea, Estados Unidos, entre otros, generó en Chile una verdadera "fiebre" por la extracción de este producto marino. Miles de pescadores del norte y centro viajaron al sur del país para explotar locos durante la primera mitad de la década de 1980. Muchos emigraron con sus familias para "hacer fortuna" con este nuevo boom que duró hasta mediados de los años '90.

El fenómeno tuvo un fuerte impacto en las caletas sureñas, entre ellas las del litoral de Osorno, como Bahía Mansa, Pucatrihue y Maicolpué. De pronto se vieron envueltas en un ir y venir de pescadores foráneos, comerciantes e intermediarios que buscaban "su tajada" del suculento pastel que significó la extracción de locos.

Debido a la sobreexplotación del recurso, el Gobierno Militar decretó vedas o prohibiciones que se intensificaron con los años.

La fuerte demanda e interés quedó plasmada en múltiples crónicas publicadas en el diario El Austral de Osorno. En octubre de 1985 se dio cuenta que "cientos y cientos de embarcaciones esperan el 16 de octubre para lanzarse a la extracción del loco, el recurso que ha hecho ganar mucho dinero a los buzos y gente de mar, y fortunas a algunos comerciantes y especuladores, lo que tiene al loco en peligro de extinción. En esta 'guerra' se ha llegado a pagar precios tan altos, que ha persistido la extracción ilegal. Asimismo, y aún cuando el periodo de extracción permitido fue de 45 días, siempre hubo apozamiento de locos, guardados en mallas en el mar, lo que significó la muerte de buena parte de ellos".

En la nota se informó sobre el reclamo en el mercado exterior por la mala calidad de una parte del producto enviado, originado en el loco "apozado": "Los supermercados de Japón y Taiwán, los más interesados, están abarrotados de locos en lata. Esto ha hecho que el precio internacional baje de 10 dólares el kilo a seis o siete. Debido a ello, los pescadores esperan ganar este año (1986) la mitad que en temporadas anteriores".

En la misma crónica se indicó que la captura para la temporada era de 5 mil toneladas, donde 3 mil de ellas eran para la Décima y Undécima regiones. El año anterior (1985) el desembarque fue de 21.236 toneladas. "Sólo en la Décima Región llegó a 19.937 toneladas: ¡4 millones 600 mil locos!", se detalló.

Debido a la intensa explotación, el loco casi desapareció del mercado nacional, "de modo que los chilenos no pueden disfrutar de un recurso propio. Y cuando se puede comprar legalmente, en el periodo de extracción, su precio es prohibitivo".

Precios de locos…

El 20 de enero de 1993, el titular de El Austral fue "$1.000 por unidad de loco, extracción alcanzó a un 50% en dos días de faena".

"Informes recogidos ayer en Bahía Mansa, a 65 kilómetros de Osorno, indican que la cuota establecida de extracción de locos, conforme el número de autorizaciones otorgadas por Sernap (Servicio Nacional de Pesca) se hallaba a la media tarde de ayer (19 de enero de 1993) copada en un 50%, en tanto el precio del producto seguía subiendo ante la fuerte demanda de varias empresas conserveras, cotizándose los ejemplares más grandes entre $400 y $1.000 la unidad", se informó.

Los pescadores de la caleta osornina vieron en ese momento, con tranquilidad, la posibilidad de ver subir el precio del molusco, pues estaban conscientes que el levantamiento provisorio de la veda hasta el viernes 22 de enero de 1993, con una cuota máxima de extracción autorizada de 3 mil unidades por persona, les podía reportar entre un millón y un millón y medio de pesos, dependiendo del precio, partiendo de $350 la unidad.

"La caleta de Bahía Mansa fue el epicentro del fenómeno, donde numerosos compradores, intermediarios e industriales conserveros y exportadores del producto desean ojalá adquirir toda la producción, sabedores de la gran demanda y aceptación que el molusco tiene en países como Estados Unidos, Japón y Corea, donde el precio que alcanza cada ejemplar llega a veces hasta los 3 dólares. Ello motiva un fuerte movimiento comercial, de transporte y similares, cuyo epílogo está previsto para el próximo viernes 22, fecha en que vence el levantamiento de la veda. La autorización concedida establece que al cabo del viernes, se dispondrá de 48 horas para faenas de transporte del recurso hacia las distintas plantas faenadoras del país", señala la nota periodística.

Actualmente, la pesca de este molusco está sujeta a periodos de veda y existen disposiciones sobre las tallas mínimas de extracción de 10 centímetros entre Atacama y Magallanes, y la Antártica Chilena; y de 9 centímetros desde la Región de Arica y Parinacota a la de Antofagasta.

El Estado introdujo en la segunda mitad de los '90 un régimen denominado Áreas de Manejo y Explotación de Recursos Bentónicos, donde se asignan a pescadores artesanales formalmente organizados derechos exclusivos de acceso al molusco en áreas costeras delimitadas para su explotación y manejo. A pesar de ello, persiste la captura ilegal o no declarada, lo que atenta contra la supervivencia de la especie.

1. En la imagen se observa el intenso movimiento de explotación y venta de locos en el muelle de Bahía Mansa en 1986.

2. En días de mayor actividad, la población flotante, atraída por el negocio del molusco, se aproximó a 1.500 personas en las caletas de la costa de Osorno. La foto es de Bahía Mansa en 1985.

3. Buzos mariscadores de San Juan la Costa en plena faena de extracción de locos en 1988.

4. Un bote cargado con locos en Bahía Mansa en 1993.