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ENTREVISTA. Tirza Barría, arquitecta osornina y académica de la Universidad Austral de Chile (Uach):

"Valdivia tiene una belleza increíble, pero no posee una buena arquitectura"

IMPRONTA. La experta en estudios urbanos analiza su vínculo con la academia y la capital de Los Ríos.
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E n la última semana de noviembre el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio resolvió el concurso de diseño de la Biblioteca Regional, Archivo y Depósito Externo de Colecciones (en Los Ríos). En la convocatoria se inscribieron 39 propuestas que fueron evaluadas por un jurado integrado por 13 expertos. Entre quienes tomaron la decisión de la idea ganadora de Max Núñez Arquitectos Asociados (Max Núñez y Steffano Rolla) estuvo la arquitecta osornina Tirza Barría.

La doctora en Arquitectura y Estudios Urbanos fue convocada en representación de la Universidad Austral de Chile, donde es académica en el Instituto de Arquitectura y Urbanismo. La oportunidad le permitió no solamente aportar a la discusión sobre una millonaria inversión en infraestructura cultural, sino que además le permitió reforzar su vínculo con un tema que le apasiona: la historia de la ciudad.

Presencia

Tirza Barría nació, se crió y vivió hasta los 22 años de edad en Osorno. Egresó del liceo Carmela Carvajal de Prat (ex A-18), terminó la carrera de Arquitectura en la UACh de Valdivia y se tituló en 2003. En aquel entonces se le encargó un estudio de la Zona Típica General Lagos de Valdivia, además fue profesora colaboradora en talleres para estudiantes de primero, segundo y quinto año; e inició una carrera docente enfocada en los estudios urbanos.

Gracias al doctorado, recientemente obtenido en la Pontificia Universidad Católica, amplió su campo de investigación en la zona de la Araucanía y en proyectos de otras universidades, sobre las industrias obreras del sur de Chile. En paralelo a su especialización también destaca por encabezar en años distintos la subdirección de la Escuela de Arquitectura y la Coordinación de Vinculación con el Medio de la Facultad de Arquitectura y Artes.

¿Hay algún hito en su historia personal que sea clave al momento de optar por su especialización?

- No, pienso que fue una suma de varios gustos y situaciones. Siempre me gustó la historia, era buena para las matemáticas y practicaba la pintura. Todo me interesaba, lo buscaba y llenaba mi tiempo con actividades y libros, era y soy bastante curiosa. Sin embargo, elegir estudiar arquitectura fue la primera opción y porque a la distancia pienso que esta profesión tiene todas estas búsquedas y libertades, imaginar ideas que se pueden realizar. Pienso que por el lado de mi papá esta el lado creativo, compartimos mismos intereses, los libros, la música, las manualidades, las plantas, en el fondo es el hacer, construir, disfrutar y alimentar el espíritu y dar algunas respuesta a las preguntas.

-A diferencia de un transeúnte común y corriente, ¿cómo se decodifica el entorno cuando se es arquitecto?

- Creo que todo parte de cómo vemos y qué miramos. Recuerdo que en primer año de arquitectura, nos decían 'les vamos a enseñar a ver'. Claramente en mis primeros croquis no veía nada, solo superficialidades, no me daba cuenta de la luces y sombras del espacio, y de cómo nuestros cuerpos interactúan con los objetos y las superficies. Sin embargo, y es el mensaje que siempre les trasmito a mis estudiantes de los primeros años, es que no se desesperen si muchas cosas nos las entienden, en algún momento las verán y comprenderán, por ahora solo dejen que la intuición los guíe.

Hay algo en nuestra formación como arquitectas y arquitectos que justamente nos abre a nuevas formas de leer la ciudad como un todo, es decir, la calle, la forma de como camina el peatón, el impacto de un buen mobiliario urbano, la composición de una fachada o la desproporción de una gran volumen y su impacto en las construcciones de su alrededor. Ver los detalles, matices y la profundidad de las cosas urbanas en relación al uso que las personas, nos permite problematizar y preguntarnos cómo encontramos la mejor solución.

Desde la universidad

Como académica Tirza Barría ha integrado su propio quehacer como ejemplo para abordar diversas materias. Desde esa perspectiva es que identifica cómo a los jóvenes en proceso de formación universitaria les afecta en mayor o menor grado, entre otros factores, el tipo de educación recibida en la enseñanza secundaria.

¿Cómo definiría a la nueva generación de arquitectos, al menos a la que le ha tocado instruir en sus años de académica UACh?

- Llevo 16 años impartiendo docencia y he notado varios cambios entre una generación y otra, sobre todo en los últimos 5 años, lo cual pienso que se debe al tipo de educación que traen desde la enseñanza media. A diferencia de los alumnos de mi época y las anteriores, estos alumnos son mucho mas dependientes de las pautas que determinan el saber 'hacer', es decir necesitan de guías claras que les aseguren hasta cierto punto el éxito del encargo. Asimismo son pocos los transitan en el saber 'pensar', porque claramente requiere de otras herramientas de aprendizaje, que con mucho trabajo hemos tratado de desarrollar. Ese es el desafío que como docentes tenemos con cada generación que se forma en esta disciplina. Sin embargo, puedo destacar el compromiso con sus territorios de origen ya que muchos de ellos vuelven a desempeñarse a sus ciudades y son parte activa del desarrollo de sus localidades.

-Si el entorno es objeto de estudio e intervención inmediata como meta de los egresados, entonces ¿hay alguna diferencia entre ser formado en la zona norte o en la zona sur?

- Pienso que tanto los estudiantes del sur como del norte y la zona central trabajan con los mismos soportes de estudio y escalas, el territorio, la ciudad y la arquitectura. Nos diferencian los enfoques y claro está, las variables del contexto que en mayor o menor medida se toman en cuenta a la hora de proyectar. Asimismo, el conocimiento que tienen nuestros estudiantes sin duda da cuenta de estas realidades y no las del norte, dado que sus objetos de estudio son del territorio sur austral.

-¿Qué es lo que más le interesa transmitir a sus alumnos desde el punto de vista personal y de la experiencia, más que desde la teoría?

-Siempre les digo que no den todo por sentado. Me gusta la idea de pensar que desde la arquitectura y todo lo que ella implica, se manifiesta el ámbito de la exploración y del asombro.

capital de los ríos

Además de hacer clases en Valdivia y caminar por sus calles, la arquitecta tuvo la oportunidad de participar en un estudio sobre la valorización de las arquitecturas de la Región de Los Ríos. Fue un documento que en su momento revistió un mayor grado de importancia del que finalmente tuvo. O al menos así lo sostiene Barría.

-¿Cómo evalúa a Valdivia en términos de desarrollo urbano?

-Muchos catalogan a Valdivia como una de las ciudades mas bellas para vivir. Yo no creo eso. Si, Valdivia tiene una belleza escenográfica increíble, los ríos, algunos parques y las áreas circundantes son la evidencia de ello. Sin embargo soy mas critica en cuanto a nuestro edificios y calles. Valdivia no posee una buena arquitectura, salvo contado edificios que son excepcionales por su emplazamiento, forma y lo que representan. Me refiero a la Iglesia Luterana, el Correo frente a la plaza, el edificio de Asuntos Estudiantiles de la UACh, en el campus Teja, el Teatro Cervantes, la municipalidad, entre otros. También hay buenos barrios históricos, como la población Kulczweski en la Isla Teja, la Huachocopiue en el Regional, y las llamadas 'casas Cucu' cercanas al Hospital Regional.

Pero tras una rápida mirada a la zona céntrica nos damos cuenta de la fragmentación y la escasa relación que tiene el peatón con las construcciones. No hay un cuidado estético de los edificios que existen y los que se construyen. Por el contrario los letreros saturan las pocas y buenas fachadas de edificios que quedan y las nuevas construcciones son discordantes con lo construido, por tanto, no hay una lectura de continuidad urbana en fachadas, ni mucho menos de otros elementos como marquesinas que nos protegen de la lluvia y el sol.

Desde mi punto de vista de peatón puedo decir que es increíble el mal estado de las veredas, últimamente se ido arreglando, pero no basta con cambiar los pavimentos. El espacio público debe pensarse y proyectarse integralmente con mobiliario, marquesinas, arboles, iluminación, señalética, letreros, entre otros. Las calles y las veredas deben ser espacios que inviten al caminar y a la interacción entre personas.

Lo bueno de Valdivia, es que pesar de ello, la gente sale a las calles, se toma un cafecito y conversa. Pocas veces se ve este fenómeno en otras ciudades donde la gente es mas introvertida.

-Recientemente fue jurado en la elección del diseño de la nueva Biblioteca Regional, Archivo y Depósito Externo de Colecciones. ¿Fue complejo fue decidir por la propuesta ganadora?

-Toda elección es compleja porque se cruzan opiniones y argumentos diferentes que si bien escuchamos a veces no compartimos. En este caso la elección del proyecto ganador tenía un proceso claro de eliminación de propuestas que débilmente cumplían con los requerimientos. Ello permitió seleccionar un grupo que pasó a una semifinal, los cuales fueron analizados por una serie de criterios arquitectónicos, programáticos y estructurales que ahondaban en sus respectivas propuestas. El proyecto ganador es el resultado de la discusión disciplinar en cuanto a lo arquitectónico y técnica porque dentro del jurado contábamos con los especialistas en temas de archivos y bibliotecas.