Salario
No toda la gente tiene un salario digno: aunque te esfuerces toda tu vida, si tu sueldo es el mínimo, o sea, 326.500 pesos, ¿en cuántos años tendrás tu casa propia, si con eso tienes que alimentarte, pagar las cuentas y tratar de buscar un lugar para vivir con ese sueldo precario, mientras los diputados ganan millones y millones de pesos?. Lo más seguro es que no te alcanzarían los años.
Si algún político lee esta carta, me gustaría pedirle que suba el salario mínimo y que él se lo baje, porque como niño no se me ocurre otra solución.
Joaquín Leal, alumno de 6° básico, Colegio San Mateo
Inmigrantes en el norte
Pienso que a todas las personas que están esperando entrar a nuestro país deberían darles una oportunidad de tener una vida digna y no estar muertas de frío por las noches, con hambre y sed. Sólo desean vivir mejor.
Hace algunos días, unas personas que están en contra de dejarlos pasar les quemaron sus cosas, ¡hasta los coches de los bebés!. Los inmigrantes también son personas y tienen derechos, como humanos que son. No hay razón para discriminarlos. Angélica Antriao, alumna 6° Básico, Colegio San Mateo
Acusación constitucional
Para la mayoría de los congresistas, la Constitución Política de la República vale sólo parcialmente. Valen los artículos que se refieren a las acusaciones que se formulen contra el Presidente de la República, pero no vale el inciso 6º del artículo 65, que le otorga al Mandatario la iniciativa exclusiva de los proyectos de ley que establezcan o modifiquen las normas sobre seguridad social; precepto que fue vulnerado por los proyectos de ley de reforma constitucional -que tuvieron origen en una moción parlamentaria- para permitir el retiro de parte de los fondos que los cotizantes mantenían en las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP).
Tales proyectos eran, en la forma, una reforma constitucional, pero en realidad eran reformas legales que pasaban a llevar la institucionalidad vigente mediante un "resquicio", un fraude al texto constitucional, lo que atenta contra el orden institucional de la República y la gobernabilidad del país.
Adolfo Paúl Latorre, abogado
Reconocimiento a docenteFelicitaciones sinceras al profesor de Hueyusca Osvaldo Grob, por el reconocimiento recibido desde el Ministerio de Educación. Si se hizo merecedor por su aporte que fue y seguirá siendo valioso para los niños de su escuela o en cualquier lugar donde cumpla su rol docente. Más valioso si consideramos el centralismo en nuestro país donde raramente se concede un reconocimiento de este tipo a personas de provincias.
La comunidad también debe saber que en la misma escuela donde trabaja el profesor Grob, cumplió labores docentes por cuarenta años la inolvidable maestra María Filomena Godoy Carrasco, oriunda de Chillán y que llegó a Hueyusca en 1938 a lomo de caballo, porque con suerte había un camino que comunicaba a esa localidad con Purranque o Río Negro.
Durante 40 años doña "Fillo" fue más que maestra: consejera de medio mundo; generosa en ayudar a toda persona e implacable en el cumplimiento de una pedagogía que dejó recuerdos inolvidables en cientos o miles de hueyuscanos.
Muchas escuelas de nuestro país honran con sus nombres a insignes maestros o personajes dignos de su recuerdo. Personalmente formé parte de una comisión, integrada por ex alumnos y ex profesores que trabajamos junto a tan digna maestra para que la escuela de Hueyusca lleve su nombre. Pero nuestra petición fue negada. Las generaciones presentes desconocen el aporte de personas como doña María Filomena en una comunidad de muy escasos recursos y en épocas muy difíciles para trabajar o para desplazarse a los centros urbanos, y se dejan llevar por visiones sesgadas y egoístas en sus juicios y apreciaciones.
Felizmente, todavía quedan personas que fueron alumnos de doña "Fillo" repartidos por la región y por todo Chile.
Ojalá recojan el guante de nuevo y lo intenten para honrar a la anciana maestra que un día de 1978 dejó Hueyusca para nunca más regresar y donde dejó su juventud, que aunque la vida le negó la maternidad, trató a cientos como hijos propios, emulando la pasión de la inmortal y divina poetisa, maestra y Premio Nobel Gabriela Mistral.
Ricardo Cea Vargas, profesor