Correo
Profanación vergonzosa
En Washington DC existe el cementerio Arlington, donde se sepulta a los ex Presidentes, héroes de guerra y soldados de la Guerra Civil. Sus restos son resguardados permanentemente por turnos de cadetes de la Escuela Militar. Estos marchan con paso de parada de un extremo a otro y se detienen súbitamente cuando escuchan conversaciones en voz alta de algunos visitantes, exigiendo respeto por los que ahí reposan. Ahí están los restos de los generales vencedores y vencidos de la Guerra Civil.
En Chile creo que se ha perdido una gran oportunidad de educar a los presos de las revueltas de octubre de 2019 y 2021. En la cárcel debió obligárseles a asistir a clases obligatorias de Historia y Educación Cívica, que no tuvieron en el colegio. Así se enterarían que en 1879 hubo una Guerra del Pacífico, que nuestros héroes conquistaron un territorio rico en minerales que hoy nos dan sustento económico y sabrán también el rol que tuvieron el general Baquedano y el soldado desconocido, a los que ellos profanaron salvajemente.
Rodrigo Montesinos Vásquez
Apología al horror
Durante la jornada del 24 de octubre, un reportaje alusivo a Hermann Göring fue publicado en un importante medio de comunicación.
Es importante resaltar que el personaje en comento fue uno de los promotores más importantes del nacional socialismo, así como las atrocidades cometidas durante ese régimen totalitario, entre ellos el asesinato sistemático de miembros de la comunidad judía, así como de otros grupos sociales y opositores al Tercer Reich.
El reportaje parece mostrar con simpatía su vida, omitiendo o bajando bastante el perfil a las atrocidades que el personaje fue parte y defensor hasta el final. Hoy, donde la democracia está en juego, parece que hay tierra fértil para pensamientos totalitarios, ya sean rojos, amarillos y pardos, en donde las atrocidades cometidas en contra del pueblo judío son minimizadas. Francisco Sánchez y Cristián Parada
Cuarto retiro de fondos
A propósito del cuarto retiro de fondos previsionales, estamos ante una muy mala política pública, ya que cerca del 40% de los afiliados del sistema quedará con saldo cero en sus cuentas, lo que posee un alto impacto en los montos de las pensiones actuales como futuras. Asimismo, es una medida regresiva, porque quienes podrán realizar un cuarto retiro no pertenecen al segmento más vulnerable, ya que cuentan con mayores recursos, menores lagunas previsionales y empleos formales. Los retiros anteriores han aumentado las tasas de interés y provocado una mayor inflación, tenido efectos negativos en la actividad económica y la generación de empleos. Las propuestas de reforma de pensiones han considerado un componente de ahorro, de manera que reducir los actuales sólo refleja una inconsistencia sobre este tema. Es fundamental construir acuerdos que permitan amortiguar la pérdida de fondos de las cuentas y es muy preocupante que este tipo de iniciativas encuentren amplio apoyo en el Congreso, considerando las repercusiones que tendrá en nuestro sistema, sobre todo en un contexto de recuperación económica. Diversas candidaturas presidenciales consideran un Pilar Contributivo como parte del esquema previsional, por lo que nuestros políticos deberían darse cuenta de que continuar con los retiros apunta precisamente en la dirección contraria a la de sus propios candidatos.
Martín Durán
A dos años
El problema de la romantización e idealización del 18-O es que no se puede evadir la naturaleza de los hechos que lo inauguraron: la nefasta destrucción, pérdida de vidas, heridos y paralización de actividades producto de una oleada sin precedentes de violencia anómica y vandálica. Inorgánica, sin líderes, autoconvocada, el 18-O fue la irrupción de la política de la identidad, la deslealtad democrática y un refundacionalismo sin mayorías.
Siguiendo al historiador Alfredo Jocelyn-Holt, los estallidos en Chile son la otra cara del orden establecido. La tesis devota de que la violencia es necesaria para producir cambios ("La violencia es partera de la historia"), debe asumir que del estallido viene el contraestallido y que, para asegurar nuestra convivencia (y existencia) colectiva, debemos retornar a la estabilidad institucional, la tranquilidad pública, los equilibrios macroeconómicos, al rigor técnico y a un reformismo proactivo.
Por desgracia, la decepción ciudadana tras los Pandora Papers, la malversación de fondos de un ex director de la PDI, el alza de los costos de vida, el precario debate en torno al cuarto retiro, los espolonazos al Banco Central y la baja aprobación de la Convención, claramente nos llevan, paradójicamente, al mismo lugar al cual nos llevaron los violentistas del 18-O: la inestabilidad y el rupturismo.
Camilo Barría-Rodríguez