Vocación totalitaria
Los convencionales constituyentes de ultraizquierda que controlan la Convención Constitucional han demostrado una clara vocación totalitaria, antidemocrática por naturaleza. Ellos desprecian la libertad; validan la violencia como método de acción política; muestran desprecio por las minorías y una voluntad de aplastar toda oposición; pretenden imponer una determinada verdad histórica y destruir la unidad de la nación chilena.
En los regímenes totalitarios, el aparato de control estatal tiene el dominio absoluto de la vida política, económica, social y cultural; los ciudadanos carecen de derechos humanos fundamentales y son férreamente vigilados y dirigidos en todas las actividades de su existencia.
Estos convencionales muestran afanes refundacionales de la República, una ideología estatista y colectivista y la intención de imponer "el régimen de lo público" postulado por Fernando Atria Lemaitre y que, como todo socialismo, pretende que el Estado abarque toda la vida de las personas (incluyendo la educación, que solo debería ser impartida por este). Asimismo, aspiran a un cambio profundo en el concepto del derecho de propiedad y del modelo de desarrollo actual que promueve la iniciativa y el emprendimiento del sector privado y el crecimiento económico.
La Convención Constitucional es una vía para realizar la revolución marxista de la Unidad Popular que quedó inconclusa.
Adolfo Pául Latorre
¿Ideología de género?
Como estudiosa de la cultura y el discurso, pido ser críticos con nuestro lenguaje, el que tiene un aspecto cultural. Intervienen muchos aspectos de saberes y acciones vinculadas a la cultura. Cuando los diputados solicitan información a una universidad sobre programas con «ideología de género» no consideran la carga simbólica, dando espacio para la interpretación de la idea "adoctrinamiento" respecto al género. Más allá de la discusión inmediata, es importante destacar la deuda respecto a la educación de la ciudadanía: una enseñanza crítica sobre ideologías y el análisis del discurso, puesto que los diputados, al parecer, no previeron el impacto de sus palabras.
Pilar Valenzuela Rettig, académica U. Autónoma de Chile
Ahorremos energía
Este jueves se conmemoró el Día Mundial del Ahorro de Energía y una de las formas más importantes es considerar el etiquetado de la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC) que poseen nuestros electrodomésticos.
Los productos etiquetados con la letra A poseen una mayor eficiencia energética, pero no basta con ver la letra, ya que dentro de esta categoría es muy importante fijarse que la nomenclatura incluya signos "+". Mientras más signos acompañen a la letra A, más eficiente será el producto. El resto de letras posibles, de la B a la G, indica una eficiencia energética menor.
Igual de importante en la etiqueta es el color, siendo el verde el de mayor eficiencia (presente en las letras A, B y C). Posteriormente están los tonos amarillos (letras D y E), que tienen niveles de consumo medios; y finalmente el rojo, que equivale a un alto gasto energético, representado por las letras F y G.
Es de gran relevancia conocer estos detalles, cuando más y más productos eléctricos ingresan a nuestros hogares, entre ellos equipos de aire acondicionado, que registran notables diferencias en consumo según el tipo de motor con que se adquieran. En este Día Mundial del Ahorro Energético es vital que tengamos conciencia.
Milena Santos Romay
Detenernos a reflexionarAl revisar medios de comunicación, redes sociales e intervenciones de políticos, observo un ritmo acelerado y una carrera del hacer porque es "urgente". Estamos viviendo cargados de urgencias; todo es "para ayer". En el mundo político tenemos el ejemplo del cuarto retiro de los fondos de pensiones, que muchos rechazaron y hoy validan en favor de lo que, supongo, será la urgencia electoral.
Por eso, me cuestiono el valor que tiene comenzar a reflexionar respecto de lo que es importante para cada uno -y la sociedad- más allá de lo urgente. Para poner el foco en lo importante, necesitamos distinguir entre lo que sirve o perjudica. ¿Cuánto podría impactar en nuestro bienestar si todos -políticos, empresarios, empleados, estudiantes- nos detenemos a reflexionar sobre esto?.
Nitza Sánchez