Mujeres y hombres de todo el país se inscriben en la página de "Puenting Chirre", en la comuna de Río Bueno, para saltar al vacío desde el segundo puente más alto en Chile (tiene 100 metros de altitud) en una experiencia única, de acuerdo a lo señalado por quienes viajaron de diferentes ciudades del sur, centro y norte del país "para sentir la adrenalina al 100", como dijo Johana Ruz, tras el salto extremo.
El riobuenino Danilo Sánchez Caurapán, que está al frente del equipo organizador, precisó que 3 profesionales, entre ellos un experto en seguridad, se encargan de todos los elementos que deben usar las personas para autorizar el salto, desde uno de los costados del puente Chirre, distante a 40 kilómetros al Este de la capital comunal.
El viaducto ferroviario, construido sobre la quebrada por donde baja el río Chirre, tenía una altura de 98 metros por el antiguo caudal, aunque hoy se calcula que es de 100 metros.
Y pese a que el tren que comunicaba La Unión, Río Bueno, Crucero y Punta de Rieles o Entre Lagos, en el actual Puyehue, ya no funciona, la estructura aún presta un servicio al rubro del turismo a través de los saltos.
Saltar
En efecto, el llamado salto pendular, en el borde del puente, incluye la preparación con un arnés de paracaidista atado con 5 cuerdas para la seguridad absoluta de las personas decididas a saltar y se ha transformado en un atractivo turístico.
La preparación dura 45 minutos, y una vez aperado con todos los elementos de seguridad, el inscrito decide lanzarse, "para que las personas se vayan con la alegría de haber logrado la exigencia y sin el terror de haber sido obligados. Les entregamos recomendaciones para su absoluta seguridad. Si la persona decide no saltar, respetamos esa decisión. Trabajamos con 5 cuerdas dinámicas debidamente certificadas, los arnés tienen una resistencia de más de mil kilos y las inscripciones se hacen por nuestro Facebook Puenting Chirre, donde se anuncia la actividad", explicó Danilo Sánchez.
Los interesados hacen el abono respectivo, que es el costo de logística del evento y la movilización de los 3 profesionales a cargo de la seguridad. El encuentro con esta aventura extrema se hace una vez al mes, por la preparación que demanda.
Nueva mujeres y seis hombres se aventuraron en el Chirre al momento de realizar esta nota. "Las mujeres saltan más que los varones, y como dato estadístico, se deciden más rápido que los hombres. Vienen de todo el país e incluso desde fuera", aseguraron los anfitriones.
La joven madre de 35 años, Johana Ruz, originaria de Puerto Montt, abrió los saltos la jornada dominical. Llegó atraída por la invitación de una amiga y decidió participar de esta aventura extrema, aunque reconoció que tuvo una duda cuando ya le habían puesto los elementos de seguridad: "es muy heavy, impresionante la adrenalina como fluye antes de saltar y que desaparece por una tranquilidad enorme cuando uno ya está en el vacío", reveló.
Trabajó como buzo en Río Negro y Hornopirén, desde donde se retiró hace un par de años; y ahora quiso participar de esta experiencia extrema. "Dudé durante un par de segundos, pero ya con los equipos puesto dije 'es ahora o nunca', cerré los ojos y salté", recuerda.
Los organizadores de esta aventura avisan cada mes, a través del sitio "Puenting Chirre", la fecha de los saltos, donde ofrecen a los "valientes" todos los elementos de seguridad necesarios para que la experiencia sea inolvidable.
El equipo
Danilo Sánchez aclaró que los saltos es más bien un hobbie, no una empresa, porque ellos son montañistas, "hacemos aventura extrema, que incluye trecking y canopy desde 2016".
Miguel Navarro está a cargo de las cuerdas, la parte más delicada, y para ello cuenta con una certificación internacional nivel 3, junto a César Caro, que también es parte del grupo de aventura extrema.
40 kilómetros de la ciudad de Río Bueno se ubica el puente Chirre.