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Alertan escaso transporte en las noches tras fin del toque de queda

CONECTIVIDAD. Usuarios y dirigentes de distintos sectores de la comuna sostienen que a partir de la medianoche son escasos los colectivos que circulan. La situación ha obligado a los usuarios a caminar y pagar "autos piratas". Gremio reconoce el problema y acusa falta de choferes. Seremi espera que se normalice el servicio las próximas semanas.
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cronica@australosorno.cl

El término del toque de queda el pasado 30 de septiembre, tras más de un año y medio de vigencia del estado de excepción, significó el paulatino retorno a distintas actividades como la entretención nocturna, extensión horaria en la atención de pubs, restaurantes, casino de juegos, entre otros. Ello también significó retomar o readecuar la rutina laboral de cientos de personas en la comuna, al igual que en el resto del país.

Si bien la pandemia se mantiene, esta nueva realidad dejó en evidencia la falta de transporte público nocturno, situación que es visibilizada por dirigentes vecinales y usuarios, quienes denuncian que después de las 24 horas son muy escasos los colectivos que circulan por los distintos sectores de la comuna. Ello ha generado una serie de situaciones irregulares que atentan contra la seguridad, bolsillo y calidad de vida de las familias más vulnerables que no poseen un vehículo particular, por lo que dependen del transporte público para trasladarse desde sus hogares hacia cualquier otro punto de la ciudad y viceversa.

Con el inicio de la pandemia en marzo del año pasado se implementaron una serie de medidas y protocolos para frenar el avance del covid-19 en la comunidad, lo que generó una disminución inmediata del transporte público, agudizando la problemática que por años se arrastra en la comuna por la mala calidad de la locomoción colectiva.

Entre los sectores más complicados están las villas Cautín, Santísima Trinidad, La Cumbre, Paula Jaraquemada, Lololhue, Metropolitana, Sofía, Santa Norma, poblaciones Quinto Centenario, Murrinumo, Carlos Condell, Vista Hermosa, entre muchas otras emplazadas en Rahue Alto; a ello se suma la totalidad de Ovejería Alto y Bajo, al igual que Francke, donde miles de personas deben soportar un mal servicio de transporte público diurno y nocturno.

Normalidad excluyente

Josué Carrasco trabaja como guarda de seguridad en el rubro industrial, donde cumple turnos de noche desde el mes de julio. "Vivo en la población Quinto Centenario y debo llegar hasta el sector Oriente con el fin del toque de queda. Mis turnos tienen horarios donde me toca entrar o salir del trabajo posterior a las 02.00 de la mañana y no hay colectivos. Simplemente quedamos aislados, cosa que no se notaba porque los turnos con toque de queda también eran distintos. Ahora tengo que caminar o pagar un Uber que están carísimos", comentó Carrasco.

Misma situación vive Maricela Tapia, quien vive en la villa Sofía y trabaja en un pub del sector centro, el cual extendió su horario de atención hasta las 02.00. "Pensé que con el fin del toque de queda volvería el recorrido nocturno de los colectivos como era antes, pero eso no sucedió y ahora tengo un gran problema para volver y con el costo económico que eso significa", reconoció la joven.

Olga Manque, presidenta de la junta de vecinos de la Villa Cautín, manifestó su preocupación frente a la casi nula presencia de transporte público durante la noche, lo que está generando un explosivo aumento del transporte irregular o "pirata".

"Junto con el fin del toque de queda vino la reactivación laboral, lo que es muy positivo, pero que no ha estado acompañado de regular temas operativos como el transporte público del cual dependen los más vulnerables. Además, muchos colectivos están actuando de Uber y dejan el recorrido tirado o te cobran el precio que quieren", detalló la dirigente.

Gladys Catrilef, dirigente del Barrio Industrial de Ovejería Bajo, enfatizó que su sector siempre ha tenido el peor servicio de transporte de la comuna,