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Vida social, diversión y cultura alemana en el corazón de la unión

El club funcionó primero en 2 hoteles, pero luego edificaron su tradicional casona de calle Serrano con Letelier.
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Datos históricos y fotos: Archivo Guillermo Sáez Eickhoff

El Club Alemán de La Unión, junto con el Colegio Alemán Rudolf Amandus Philippi, es una de las intuiciones más antiguas y tradicionales de la capital del Ranco. Forma parte del legado y aporte de los colonos alemanes que llegaron a la ciudad en la segunda mitad del siglo XIX.

Hoy luce un edificio renovado en su tradicional ubicación de calle Serrano con Letelier, en pleno centro. No obstante, aún se conserva una parte de la estructura antigua: recientemente fue restaurado el teatro del club, con aportes propios y estatales; y aún resta por recuperar y mejorar espacios como el salón de palitroques, entre otros.

La institución nació el 18 de junio de 1964. En aquella lejana fecha se reunieron Federico Grob, Guillermo Knabe, Carlos Naegel y Juan Gaspar Benz en un restaurante propiedad de Julio Boettcher. Posteriormente, la institución fue formalizada con la firma del acta que suscribieron en presencia del gobernador de la época, de apellido Arredondo.

Su objetivo era simple claro: cultivar el relajo, la diversión y realizar veladas artísticas. Surgió, también, como necesidad de los primeros inmigrantes para fomentar sus costumbres, lengua y tradiciones.

Obtuvo su personalidad jurídica en 1899, por decreto número 2185. Y una de sus primeras tareas fue adquirir un terreno para destinarlo a cementerio, además de comprar libros y suscribirse a revistas y periódicos, para aportar al esparcimiento y cultura de los socios. Las primeras reuniones se llevaron a efecto en el restaurante de Julio Boettcher.

El desaparecido diario La Prensa de Osorno le otorgó el 18 de junio de 1964 una página especial al aniversario número 100 del club. En aquella crónica se destaca que "es una de las instituciones más apreciadas y respetables de La Unión. Enclavada a media cuadra de la plaza, el antiguo, pero hermoso edificio sigue constituyendo un centro de atracción social. Actualmente sirve de hotel y bar, atendido por su concesionario Víctor Dippel; anexo al mismo funcionan locales comerciales. Se trata de uno de los mejores establecimientos hoteleros de la ciudad, muy visitado por las corrientes turísticas que llegan a la zona".

En los hoteles Jung y Kohler

En el volumen La Colonia Alemana en Chile, de fines del siglo XIX, donde se describen las principales instituciones germánicas de la zona, se menciona que el Club Alemán unionino "fue creado por los mismos señores que fundaron la Escuela Alemana de La Unión en 1860. Hoy forman la institución más de 100 socios; no obstante, los fundadores no tuvieron la misma previsión que la Escuela Alemana, no preocupándose de la adquisición de una propiedad para el club, probablemente a causa de los sacrificios que les imponía el mantenimiento de la escuela, a la que con buen acuerdo dedicaron sus esfuerzos, considerando el club una cuestión secundaria. Es por esto que funciona en el Hotel Jung (propiedad de Carlos Jung, emblemático establecimiento destruido por un incendio en octubre de 1926) donde hay buen mobiliario y una biblioteca con más de 4.000 volúmenes, entre ellos, obras de importancia literaria, lo cual habla muy alto en pro de este centro recreativo. Los socios pagan una cuota mensual de 2 pesos. Cuenta también con un club anexo de Palitroque, en cuyo deporte se distinguen varios de sus miembros".

En 1890 ya se habían retirado del Hotel Jung y entraron de lleno a funcionar en el Hotel Kohler, el mismo sitio donde se ubica actualmente. Como dato ilustrativo podemos decir que el primer hotel en La Unión fue abierto por Juan Pentz, después llamado hotel Central y de propiedad de Esteban Álvarez.

Para fines de la segunda década del siglo XX el club contaba con alrededor de 120 socios, entre los cuales se encontraban algunos prominentes agricultores y por sobre todo emprendedores e innovadores empresarios, acaudalados industriales y comerciantes.

Fue un 18 de octubre de 1921 cuando se inauguró el edificio que mostramos en las fotos de esta semana. Contaba con amplios comedores, bar, cocina, salón de eventos y bailes; y el hotel se caracterizaba por sus altas y señoriales piezas.

Casi 90 años funcionó como sede del club, pero no pudo resistir el paso del tiempo y fue reemplazado por el actual inmueble. Por sus salones y pasillos circuló la historia de La Unión del siglo XX. Su hotel albergó a personas importantes, políticos, vendedores viajeros, profesionales ejecutivos y empresarios. Allí se efectuaron cientos de eventos como kermesses, matrimonios, despedidas y licenciaturas.

Sin duda, el antiguo edificio de madera fue parte de la ciudad, de su historia, de su identidad y pudo haberse transformado en patrimonio arquitectónico, aunque una parte -el teatro- ha cobrado relevancia en el último tiempo, tal como antaño.

El antiguo edificio de madera del Club Alemán, testigo de buena parte de la historia del siglo XX de La Unión. En el mismo lugar se ubica la edificación actual y el remodelado teatro.

Así lucía la antigua casona del club hasta cuando fue demolida y reemplazada por el edificio actual.

Vista de la calle Serrano con el Club Alemán a la izquierda.

El hotel Jung, donde funcionó por unos años el club.